Desde hace 45 años, en torno al 18 de mayo se celebra el Día Internacional de los Museos. Una fecha con la que se quiere concienciar sobre el hecho de que los museos son importante medio para el enriquecimiento cultural de los pueblos. Desde Mujeres del Sur nos centramos este día en la retrospectiva de la portuguesa Paula Rego, por la singularidad de su trabajo y la pasión con la que ha reivindicado los derechos de la mujer a través de sus pinceles. Una de las artistas contemporáneas más excepcionales que, sin embargo, ha tenido que esperar demasiado tiempo el reconocimiento que merece su obra.
ÉRASE UNA VEZ… PAULA REGO
Por Sara Ramos
– Con la mujer como protagonista absoluta, esta exposición reúne casi noventa trabajos de la artista portuguesa.
– Todas las obras están conectadas con el contexto sociopolítico en el que surgen y reivindican el papel de la mujer en la sociedad o el aborto libre y gratuito.
– Muchas de las pinturas son autobiográficas, pero otras se inspiran en historias, películas o cuentos como «Alicia en el país de las maravillas».
Paula Rego nació en 1935 en Lisboa (Portugal), bajo la dictadura de Salazar. Sus padres, antifascistas y anglófilos quisieron que su hija viviese en un pais liberal y la matricularon en una escuela de señoritas en Kent (Inglaterra). En los años cincuenta estudió Bellas Artes en la Slade School of Fine Art de Londres y desde entonces no ha dejado de pintar.
La exposición del Museo Picasso de Málaga nos acerca a la obra de una artista insobornable, de extraordinaria imaginación que ha redefinido el arte figurativo y revolucionado la representación de las mujeres. La muestra recorre su notable trayectoria, poniendo de manifiesto el carácter autobiográfico de buena parte de su arte, el contexto sociopolítico donde hunde sus raíces y el amplio espectro de sus puntos de referencia, desde el cómic hasta la publicidad, el cine o la Literatura. Casi 90 obras entre collages, pinturas, pasteles de gran formato, dibujos y aguafuertes, nos enseñan desde sus trabajos en los años sesenta hasta las escenas de las dos primeras décadas de este siglo.
Sus obras parten de una concepción femenina del mundo, donde cuestiona y critica el poder de los hombres y las limitaciones que han impuesto a las mujeres. Rego se revuelve también contra las imposiciones religiosas del catolicismo y se atreve a representar, por ejemplo, a Jesucristo como una mujer. Su compromiso político alza la voz a través de sus cuadros y reivindica lo femenino .
La mujer, protagonista absoluta
Sus pinturas, collages y dibujos de los años sesenta y setenta se oponen con pasión a la dictadura portuguesa. Quizá sean estas imágenes las más extremas de su carrera… como «Salazar vomitando la patria«, donde convierte la costa galesa en una alborotada cocina portuguesa llena de mujeres para recalcar el impulso antipatriarcal de su obra.
En los años 80, la artista portuguesa combina recuerdos de la infancia con sus experiencias de mujer, esposa y amante. Y a partir de los 90 las figuras femeninas protagonizan algunas de sus imágenes más conocidas e impactantes, como las de la serie “Aborto” que la artista integró en la campaña por la legalización del aborto en Portugal y presentan a mujeres el día después de un aborto ilegal. Rego pinta en cuadros cosas que nos avergonzaría hasta pensar.
Ha pintado escenas de degradación y miseria, abandono y asesinato de niños, alcoholismo, proxenetismo y prostitución. Ha hablado abiertamente de sus infidelidades en un matrimonio abierto y también de sus abortos. Porque Rego utiliza la pintura como una manera de comprender las cuestiones importantes de su propia vida.
Los lienzos de Rego, algunos de gran formato, recrean potentes referencias del cine, el cómic o la literatura, desde Kafka a Edgar Allan Poe o Fernando Pessoa. Pero su gran fascinación son los cuentos y las historias narradas de generacion en generación. Su preferido, «Alicia en el país de las maravillas», un mundo fantástico donde todo es posible y animales y humanos intercambian papeles y facultades. Frecuentemente ella se representa como un perro malo; o aparece con su marido y su amante transformados en paloma, oso y mono.
El mundo al revés
Con la pintura se atreve a decir lo que no hubiera podido expresar de otra manera. «En un cuadro puedes cometer un asesinato y no pasa nada», solía decir Rego. Por eso, frente al lienzo ella se desinhibe y deja que la tela se convierta en un escenario donde pasan cosas, como en los cuentos que tanto le gustan. Sueño y realidad se dan la mano para crear un universo paralelo muy particular.
Es como si las pinturas le susurraran al espectador esa tradicional frase con la que comienzan las historias más populares de la literatura fantástica: érase una vez…
Hoy, a sus 87 años, Paula Rego sigue pintando, aunque sale poco de su estudio londinense. Ha tenido que esperar demasiado tiempo a que el mundo del arte reconozca la valía y la excepcionalidad de su trabajo… Curiosamente ha sido otra mujer, Elena Crippa, conservadora de Arte Moderno y Contemporáneo de la Tate Britain y ahora comisaria de su exposición en el Museo Picasso de Málaga, quien le brindó su primera oportunidad. Ahí despegó el interés mundial por su obra.
Estos días, los cuadros de la pintora portuguesa brillan con luz propia en la Bienal de Arte de Venecia y el próximo año, veintiocho museos internacionales expondrán sus obras. Por fin el mundo del arte se ha rendido a su talento.
Foto: © Museo Picasso Málaga
Exposición «Paula Rego» ( 27 abril- 21 agosto 2022)