«LOS CUIDADOS Y LAS PERSONAS EN EL CENTRO DE LA VIDA«
–Por
Paula Gómez Rosado
«No necesitamos que los hombres nos apoyen por solidaridad porque , aunque se agradece, podemos y sabemos avanzar solas. Lo que la sociedad necesita es que los hombres se deconstruyan, como hemos ido haciendo las mujeres, para quitarse todas las capas que el patriarcado les ha echado encima…»
Varias son las noticias de actualidad que me llevan a reivindicar alto y claro uno de los pilares que sostienen ideológicamente el feminismo: la necesidad de una cultura de los cuidados que impregne todo el tejido social, empezando por una política que se centre en las personas y sus necesidades, de todas las personas todas sus necesidades, para hacer una ciudadanía más feliz en una sociedad más justa.
Ese ideal que en vez del PIB se fije en el IFB (Índice de felicidad bruta) que es posible con una idea de felicidad realista y alcanzable, nada de ilusa y romántica, la que equivale al bienestar físico, emocional y mental tanto personal como colectivo que se consigue con trabajos y sueldos dignos para toda la población en edad laboral, unos servicios públicos que funcionen y den respuesta a las necesidades de todas las personas usuarias y una participación social más horizontal en el que todas las voces de todos los colectivos tengan su cauce de expresión y se traduzca en medidas políticas a cuanto de justo se demanda.
Pero hemos elevado a los altares la economía y el consumo, lo cual deja a demasiadas personas insatisfechas y desprotegidas, aumenta día a día la desigualdad social que genera un colectivo pequeño de personas ricas muy ricas alejadas de la realidad, una clase media mermada y empobrecida y una gran bolsa de pobreza extrema en todo el mundo porque este mal se ha ido extendiendo como una mancha de aceite, poco a poco, incluso a esta Europa que todavía se cree instalada en el Estado del bienestar, pero éste hace aguas por día y las ideas neoliberales se instalan en cada espacio sociopolítico y económico.
¿Cómo nos influyen estos cambios a las mujeres? En primer lugar, en un sistema economicista y patriarcal, la “feminización de la pobreza” y el “malestar sin nombre” se agravan por varios motivos:
BRECHA SALARIAL
1º La brecha salarial es un hecho que no se supera. A igualdad de trabajo, las empresas siguen haciendo encaje de bolillos para pagar más a los hombres y no tener problemas legales. Su poder se lo permite y su conciencia también. Las jornadas reducidas están principalmente cubiertas por mujeres y en los puestos de responsabilidad la mayoría son hombres. Las mujeres se ven infravaloradas y mal pagadas
FAMILIAS MONOMARENTALES
2º El número de familias monoparentales, mejor dicho monomarentales porque a la cabeza suele estar una mujer, es muy elevado, y una economía precaria incide en el bienestar de esas familias, incluyendo el alto índice de riesgo de pobreza infantil. La carga física y emocional pesa sobre los hombros y la psiques de las mujeres madres en precario.
PRESTACIONES SOCIALES
3º En este sistema de capitalismo salvaje los servicios sociales empiezan a bajar sus presupuestos y, por tanto, sus prestaciones y atención a usuarias/usuarios. Eso genera mayor carga de cuidados en las familias que suelen corresponder a las mujeres que son las que siempre los han asumido y siguen haciéndolo en un elevado número.
INDIVIDUALISMO
4º Un sistema economicista propicia el individualismo, se desconfía de sindicatos y otras estructuras de apoyo y defensa de la ciudadanía. Se busca el “Tú puedes y si no llegas eres fracasada/fracasado”, “Desconfía del resto porque la vida es competición y hay que apostar a ganar” ”Menos Estado y más libertad de mercado” ”El Estado nos roba con los impuestos”… Se genera una sociedad fragmentada, menos solidaria, y la participación social languidece. Lo estamos viviendo en el movimiento feminista de este país que cada vez se moviliza menos, incluso en casos graves que merman los derechos que tanto nos costó adquirir.
MISOGINIA
5º Un sistema economicista va unido a la esencia del patriarcado y recela del feminismo porque pone en cuestión las estructuras en las que se siente seguro. Y vemos el aumento de la misoginia a la vez que disminuyen las políticas de igualdad y se atacan grandes conquistas de las mujeres como el derecho al aborto.
¿Qué noticias nos afectan de forma directa e indirecta en estos momentos como ciudadanas, mujeres y feministas?
DONALD TRUMP
1º El triunfo de Trump en las elecciones de Estados Unidos, republicano del ala más radical y misógino, que se envanece de actitudes machistas y humillantes con las mujeres, y para colmo, ha ganado frente a una mujer que intentaba hacer una política más social.
Sabemos que en un mundo tan globalizado, ese éxito supone dar alas a todos los movimientos ultraderechistas y antifeministas del mundo, incluyendo los países de la Unión Europea. Nos queda un gradual giro a la derecha más neoliberal en lo económico y tradicional en cuanto a la moral y las costumbres, casi imperceptible pero imparable, como ya estamos sufriendo en las políticas sociales del gobierno andaluz (educación, sanidad y políticas de igualdad a la cabeza) con el desmantelamiento del tejido social público y se observan en Sevilla con el auge de las cofradías y el aumento de procesiones y otros eventos, a la vez que aumenta el apoyo institucional a determinadas organizaciones ultraconservadoras, como las subvenciones de la Consejería de Juventud Inclusión Social e Igualdad, que hasta ese totum revolutum de intereses y ámbitos de actuación nos dice la importancia que le dan a cada colectivo.
LAS GUERRAS
2º La guerra de Oriente Medio, cuyo elevado índice de víctimas en Gaza, es alarmante y más aún el número de niñas/niños y mujeres que conforman una mayoría de víctimas.
La guerra es el sistema defensivo más antinatural y nunca soluciona los conflictos, más bien los enquista y quedan pendientes para la posteridad. Es la mayor negación de la cultura de los cuidados y tanto la de Oriente Medio como la de Ucrania, más cerca, nos afectan en cuanto a que generan un ambiente general de defensa en todos los países, de posicionarse y temer, aumentando el presupuesto en armas que, lógicamente, se retira de otras partidas más necesarias para el bienestar social.
LA DANA
3º La dana y sus graves consecuencias en la Comunidad Valenciana. Con independencia de las responsabilidades legales y políticas directas, hay una realidad clara: cuando se desmantelan o descuidan los sistemas de protección social, la ciudadanía está más expuesta. En toda catástrofe las personas más vulnerables son las posibles primeras víctimas: personas con movilidad reducida, la infancia y la gente mayor tienen más dificultades para ponerse a salvo. Ha fallado la cultura de los cuidados y como dice el lema “lo personal es político”, por tanto corresponde a quienes administran lo colectivo (los responsables políticos y algunos empresarios desaprensivos no han estado a la altura). Cuando no se asume el bienestar general como primer pilar que sostiene una sociedad, se produce un dolor que genera frustración, desesperación y rabia en la mayor parte de la sociedad. Tardará mucho en normalizarse la vida en estas poblaciones. Esperemos que, una vez pasados los primeros días, las cargas se repartan y no caigan como siempre del lado de las mujeres (adecentrar casas, cuidar a menores sin sus espacios habituales de juego y colegios en mal estado, cuidar de mayores y dependientes).
CASO ERREJÓN
4º El caso de Íñigo Errejón que ha salido a la luz porque unas mujeres han hablado.
¿Cuántas callan por este u otros señoros de todo el espectro ideológico, político y social?
Todavía, a estas alturas del siglo XXI, a pesar del “Me too”, de leyes igualitarias y de dos siglos de feminismo activo, muchos hombres siguen creyendo que las mujeres somos sus objetos de deseo y pueden utilizarnos sin ningún límite. Y las mujeres víctimas les cuesta hablar, por miedo, culpa o vergüenza. Un miedo que aumenta hasta el extremo cuando el victimario es un hombre con poder y buena prensa.
LOS ASESINATOS MACHISTAS
5º El número de mujeres asesinadas por parejas o exparejas no deja de aumentar. Es otro síntoma más de la violencia que nos acecha y a la que ni leyes ni medidas “buenistas” dan respuesta porque es necesario un cambio profundo de sociedad en su estructura, valores y funcionamiento.
Duele, mucho, que alguien a quien creímos cercano nos traicione, pero eso nos confirma que no vale con intelectualizar una idea, si no la hacemos pasar por el corazón, si no la hacemos nuestra, acabamos por olvidarla y eso pasa con ese feminismo teórico que se aprende, pero no se acaba de sentir. No necesitamos que los hombres nos apoyen por solidaridad porque , aunque se agradece, podemos y sabemos avanzar solas. Lo que la sociedad necesita es que los hombres se deconstruyan, como hemos ido haciendo las mujeres, para quitarse todas las capas que el patriarcado les ha echado encima, tanto cargas como privilegios, y se vuelvan personas más cuidadoras de sí, sus iguales y el entorno. Sólo de esta manera lograremos una sociedad igualitaria, justa y con un buen grado de bienestar social y personal.
En conclusión: estos son cuatro ejemplos de “moda en la prensa” estos días, el manejo de la actualidad por los medios es otro tema del que hablar largo y tendido, pero no me alargo, y todos junto a los demás nos pintan un escenario difícil como mujeres y feministas.
Estos casos son lo suficientemente diversos en todos los sentidos como para demostrar que las mujeres feministas tenemos que estar más alerta y comenzar de nuevo a activar redes que nos unan para diseñar estrategias contra todo lo que se nos viene y lo que ya tenemos encima. No es cuestión de poner parches a cada violencia recibida o derecho borrado, es necesario un consenso global para que entre todas seamos capaces de encontrar y defender la respuesta al patriarcado que todavía pretende dejarnos los asientos de segunda, incluso utilizando todas las violencias desde el machismo amable o la violencia sutil a la económica, sexual y los feminicidios que no cesan.
Así que, ahora que viene el 25 de noviembre, salgamos a la calle, sí, es importante. Pero más necesario es que, aparcando nuestras legítimas diferencias, tejamos redes amplias y bien rematadas para enfrentar con dignidad y valentía todos los frentes que de nuevo nos acechan a lo largo del año.
Paula Gómez Rosado es profesora, escritora y feminista
A lo largo de este mes de noviembre y conforme se acerca la fecha del 25, Día Internacional contra la Violencia de Género, las voces institucionales y sociales coinciden en la denuncia mundial de la violencia machista contra las mujeres, las niñas y los niños y el apoyo a todo tipo de actos organizados para reivindicar la necesidad de acabar con esta lacra que afecta a todos los países. Comenzamos hoy desde Mujeres del Sur con un magnífico artículo de la profesora Paula Gómez Rosado, en el que plantea cómo el contexto de la realidad actual nos afecta «de forma directa e indirecta en estos momentos como ciudadanas, mujeres y feministas». A estas páginas de Mujeres del Sur traeremos las actividades que se están programando y lleguen a nuestra Redacción para que esa unidad de personas, colectivos, ongs y administraciones en torno al 25-N resulte decisiva, combativa y eficaz. Podéis enviarlas a mujeresdelsur@mujeresdelsur.es