OTRO 25 DE NOVIEMBRE Y AQUÍ SEGUIMOS IGUAL
«No vale con salir el 25 de noviembre a manifestarnos y pedir que cese la violencia. Es necesario dar la vuelta a la sociedad patriarcal y romper con roles, valores y actitudes masculinas/femeninas que nos diferencian…»
Por
Paula Gómez Rosado
El 25 de noviembre es el día contra la violencia hacia las mujeres por el hecho de serlo, venga de quien venga y no solo de su expareja. Hay de fondo un motivo ideológico propio de la sociedad patriarcal que considera a las mujeres, todavía hoy, ciudadanas de segunda al servicio del varón hegemónico y “rey del universo”.
No todos los hombres son violentos y maltratadores, lo decimos a menudo las feministas, por eso animamos a todos aquellos que no estén de acuerdo con las múltiples violencias que sufrimos, que den un paso al frente y dejen de ser cómplices de sus iguales por acción u omisión.
Hoy despertamos con un nuevo caso de asesinato machista en nuestro país, en nuestra Comunidad y no podemos seguir tratando cada uno de los casos de violencia (física, sexual, psicológica, económica, institucional, vicaria…) como un hecho aislado en el que, en el mejor de los casos, el agresor es condenado y la víctima resarcida y con la ayuda necesaria de las instituciones y su personal experto logra volver a reiniciar su vida con toda la energía y toda la esperanza. Estos son los menos, en la mayoría las mujeres quedan rotas, con el miedo intacto y la sensación de abandono y desprotección, han sido revictimizadas por las instituciones o el entorno y quedan en precario, sin fuerzas para comenzar de nuevo desde cero.
Todas las violencias engarzadas conforman el sustrato ideológico del que se nutre el sistema patriarcal y que se transmite por modelaje, pero no sólo en el ámbito cercano: películas, series, novelas, canciones, arte, actitudes/entrevistas de líderes juveniles (deportistas, actores/actrices, cantantes, “influencers”…) siguen mostrando una masculinidad dominante que con un toque de modernidad conlleva todos los clichés machistas de siempre y cuya principal consecuencia es una relación intersexo desigual en la que las mujeres siguen poniendo los afectos y los cuidados a la vez que la vulnerabilidad que las hace víctimas en potencia.
No vale con salir el 25 de noviembre a manifestarnos y pedir que cese la violencia. Es necesario dar la vuelta a la sociedad patriarcal y romper con roles, valores y actitudes masculinas/femeninas que nos diferencian y por un lado nos crean infelicidad porque nos hacen incompatibles a las unas con los otros y por otro lado nos generla inseguridad a sabernos las mujeres víctimas potenciales de tantas violencias.
Por tanto, por una sociedad que comienza a involucrarse como colectivo en el cambio para un mundo libre de violencias y discriminaciones construyendo una sociedad más justa y con los cuidados y el buen trato en el centro de la vida.
25 DE NOVIEMBRE (2020)
Los golpes siempre caen
sobre la misma piel
incluso los fortuitos
aunque nada inocentes
y duelen
y matan..
Las cargas siempre pesan
sobre los mismos hombros
aunque haya a veces manos
alzadas mas no ayudan
y pesan
y cansan.
Las renuncias se afirman
siempre en las mismas bocas
mas no son voluntarias
aunque parezcan libres
y nos .pierden
y asfixian.
Los miedos atenazan
siempre los mismos cuellos
que se agachan y gimen
o gritan sin que se oigan
y apagan
y paralizan.
Las víctimas se caen
siempre en el mismo bando
y se borra enseguida
la sangre que no huela
y se lloran
y se suman..
Desde aquí me permito
decir que por mujer
víctima de la historia
y la injusticia soy
como todas
como siempre.
Desde aquí yo señalo
con dedo acusador
a quienes lo consienten
a quienes ven y callan
y exijo
y maldigo.
Paula Gómez Rosado es profesora, escritora y feminista