
50 AÑOS DE REIVINDICACIÓN EN LAS CALLES
Por Lola Barba

El 8 de marzo de 2025 se presenta lluvioso pero cargado de emoción. Las manifestaciones son de nuevo el reflejo de la lucha, la fuerza y la unión de las mujeres para seguir pidiendo a gritos erradicar las desigualdades de género.
Un grito público que se remonta a 1877, cuando el 8-M es la fecha declarada por la ONU como Día Internacional de la Mujer, aunque dos años antes ya empezó a celebrarlo así. Pero, como venimos contando cada 8 de Marzo en Mujeres del Sur, las mujeres empezamos a celebrar este día reivindicativo cuando a nivel internacional se tomó conciencia de la explotación y ausencia de los derechos del colectivo femenino obrero tras la Revolución Industral, a mediados del siglo XIX.

La fecha del 8-M se eligió en memoria del centenar de mujeres víctimas de los trágicos sucesos que tuvieron lugar en la fábrica Cotton de Nueva York ese fatídico día de 1857: Las obreras del textil fueron quemadas en el interior de la fábrica en la que trabajaban por declararse en huelga y pedir subida de sus salarios. El patrón las encerró y prendió fuego a la nave.

En Europa, desde comienzos del siglo XX, se organizaban manifestaciones para exigir el derecho al voto de la mujer y la igualdad ante la ley con los hombres. En Rusia, el 8 de marzo de 1917 las mujeres declararon una huelga para reivindicar «pan y paz» que iniciaría la revolución soviética: cuatro días después, el zar abdicó y las mujeres obtuvieron el derecho de sufragio.
Previamente, en 1910, la activista Clara Zetkin propuso en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague la creación de un día de la mujer para honrar las luchas de las trabajadoras. De tal forma que el 8 de marzo se convertiría en una jornada de lucha global imparable.

En lo que a España respecta, los derechos de las mujeres empezaron a reconocerse en 1975, tras la reforma del Código Civil y la abolición el derecho marital. Entonces las mujeres obtuvieron la capacidad jurídica para realizarse autónomamente en su vida laboral y económica. Después vendría la despenalización del adulterio (1977) y la aprobación del divorcio (1981) de tal forma que la línea de salida para la conquista de los derechos femeninos se abrió de par en par. Estos logros no cayeron del cielo. Han pasado 50 años de lucha y se han conseguido muchas cosas pero la igualdad dista mucho de ser real.
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