QUÉ DIFÍCIL RESULTA DEFINIRSE COMO FEMINISTA
«Necesitamos conseguir que haya un solo feminismo, con todas las sensibilidades respetadas. Siempre vamos a tener diferencias, entre grupos incluso a nivel individual, pero lo importante es encontrar vías de diálogo y de acción que nos ayuden a impedir retrocesos de lo conseguido…»
Por Paula Gómez Rosado
Cuando yo comenzaba a asumir el feminismo como filosofía de vida, final de los setenta y principio de los 80 del pasado siglo XX, podía declararme feminista sin tenerque añadir ningún “apellido” porque quedaba medianamente claro para la mayoría de la gente. Quienes no habían teorizado sobre el tema ya sabían dónde me situaba y originaba sus filias y fobias, además de un motivo para apoyarme, darme consejos o criticar abiertamente mi actitud. Tenía suficientemente clara mi posición y no me importaba entrar en debates educados sobre ello. Incluso hacer un poco de pedagogía, para algo era docente.
Solo la gente muy entendida, las militantes que habían leído cuanto se editaba, me ponían en la tesitura:
-¿Del feminismo de la igualdad o de la diferencia?
Y aquí venía mi dificultad para explicarme porque quienes preguntaban solían estar
muy posicionadas en uno u otro lado, lo cual las hacía no entender mi postura fruto de este espíritu libre y mirada crítica que fui adquiriendo por los mil caminos que me construyeron. Y al final el tiempo me ha dado la razón porque buena parte de los postulados que un feminismo y otro defendían, hoy son aceptados como cimientos de la igualdad entre mujeres y hombres.
Yo tenía claro algunas cosas:
1- Importancia de la igualdad política, es decir, leyes que nos ayudaran a superar la desigualdad social y nos hiciera, al fin, ciudadanas de primera con iguales derechos y libertades reconocidas.
¡Cuánto se ha avanzado en ese sentido desde la aprobación de la
Constitución del 78, con sus luces y sombras, y todas las leyes que han ido aprobándoseen pro de esa justa igualdad!
Aunque todas sabemos que a veces las leyes solapan la realidad y tenemos que seguir ojo avizor.
2- Si nos quedábamos en la igualdad legal, no llegaríamos nunca a una sociedad de pares, seguiríamos teniendo entradas de segunda en muchos espacios, especialmente en el privado de la familia o en las relaciones eróticas. Era importante poner en valor los cuidados y colocar la defensa de la vida en el centro de los intereses personales y olectivos, visibilizar el papel de las mujeres que a nivel individual habían destacado y el
patriarcado se había encargado de esconder debajo de la alfombra y de las mujeres como colectivo en el día a día de la historia de los pueblos como creadoras y sostenedoras de la vida.
«Era importante lograr que los hombres, como colectivo y a nivel individual, se deconstruyeran, como hemos ido haciendo nosotras durante décadas, para ser conscientes de sus privilegios y aceptar la igualdad real ¡cuánto queda por hacer en esesentido!»
Era importante superar el trinomio mujer-matrimonio-hij @s para visibilizar, aceptar y normalizar toda la diversidad de opciones reales en cuanto a la identidad, las relaciones eróticas y las opciones de vida. Y, por último, invitar a los hombres a llevar a cabo su propio proceso de redefinir la masculinidad.
En resumen, hacía falta realizar un profundo cambio social para superar el patriarcado y acabar con las violencias de las que somos víctimas las mujeres por el hecho de serlo, lograr una sociedad más justa en la que todas las personas fueran libres para tomar decisiones, autónomas en lo personal, independientes en lo económico, dueñas de nuestro cuerpo y nuestra sexualidad y sujetas activas tanto en las distintas esferas de lo privado como en la construcción de lo público.
El tiempo ha ido jugando a nuestro favor en la consecución de objetivos, incluso más allá de las leyes, cuando hemos aunado esfuerzos y todas hemos remado en la misma dirección y es bueno hacer ese análisis retrospectivo para empoderarnos por los avances logrados y para impedir que nos los quiten. Sabemos que retroceder es mucho más rápido que avanzar, desgraciadamente. Queda mucho por hacer y no nos podemos perder en debates ideológicos que aunque necesarios, no son motivo de enfrentamientos cainitas que nos erman las fuerzas y nos hacen andar por las nubes sin ver la lluvia que cala la tierra para buena cosecha o desborda arrasando.
Necesitamos conseguir que haya un solo feminismo, con todas las sensibilidades respetadas. Siempre vamos a tener diferencias, entre grupos incluso a nivel individual, pero lo importante es encontrar vías de diálogo y de acción que nos ayuden a impedir retrocesos de lo conseguido (empezando por las políticas cercanas como las pérdidas que ya vemos con las actuaciones del Gobierno Anadaluz) como para seguir logrando nuevos objetivos de igualdad real. Sabemos que hay mucho por hacer y que juntas podemos, además de que el debate sereno y argumentado nos lleva, con el tiempo, a encontrar espacios compartidos.
¡POR UN 8 DE MARZO FEMINISTA, UNITARIO Y REIVINDICATIVO!
Paula Gómez Rosado es escritora y feminista.