A partir de hoy, las periodistas afganas no tienen rostro en la televisión. Si quieren comentar o dar alguna noticia sea cual sea el programa tendrán que hacerlo con el rostro completamente tapado. Se trata de una orden dada por el ministerio talibán para la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio: «La decisión es definitiva y no hay espacio alguno para la discusión en este tema», ha dicho zanjado un portavoz de dicho Ministerio.
Esta orden se incluye dentro de las nuevas normas sobre el uso del hiyab y del burka impuestas por los talibanes a las mujeres y niñas de Afganistán, después de que se hiciesen con el gobierno de aquel país el pasado mes de agosto. Curiosamente, prometieron entonces respetar los derechos ganados por las mujeres durante los últimos 20 años, algo que en la práctica ha resultado ser absolutamentem falso: deben de taparse, no pueden estudiar y tienen muchas limitaciones para trabajar. Ademçás están completamente excluídas del poder político. M.S.
NUESTRAS HERMANAS LAS AFGANAS
Tal y como se esperaba el recorte de derechos fundamentales de las afganas es cada vez mayor y se ha vuelto insoportable… Ya no pueden salir a la calle más que con el burka, esa especie de armadura que esconde debajo cualquier atisbo de mujer, y, solo pueden salir, si es necesario. Nada de pasear o de tomar el aire o ir de visita. Todas encerradas. Zapatos de tacón, prohibidos, cosméticos, otro tanto. Las mayores de doce años a casa. Ya no pueden acceder a la enseñanza. No se necesitan mujeres instruidas para ser recipiente de la semilla de los hombres y procrear a muchos musulmanes para mayor gloria de Allah…
Mientras tanto, silencio por parte de nuestro Ministerio de igualdad sobre ese tema… silencio por doquier…
La batalla del Ministerio es conseguir cada vez más apretar el cerco a los hombres. El tema de la menstruación es un ejemplo. Por supuesto que la menstruación puede invalidar durante unos cuantos días a algunas mujeres, pero en ningún caso se debe generalizar a todas. Con la ley actual, cualquier mujer que quiera descansar esos días, le duela o no la regla, tendrá la oportunidad de hacerlo. Ahora bien, tengamos en cuenta las consecuencias…
Primero, esa ley puede permitir abusos. Segundo, esa ley nos invalida tres o cuatro días al mes a todas. Tercera, esa ley puede inducir a algunos empresarios a no contratar a un colectivo que presenta semejante deficiencia.
Nuestras jóvenes, que encontraron el techo de cristal ya roto por la generación anterior, esa generación de la que formo parte y que tanto luchó para conseguirlo, creen que por el mero hecho de ser mujeres se puede gozar de unos privilegios.
Ahora bien, ser mujer no debe constituir un privilegio para conseguir mejores condiciones de trabajo. Las mujeres luchamos por la igualdad y la igualdad niega los privilegios de un género sobre el otro.
Y, mientras las afganas van perdiendo toda posibilidad de humanidad, transformadas en meros objetos, aquí nos consideramos las reinas del mambo merced a la coacción de unos acuerdos políticos y conseguimos privilegios que a la postre nos costarán muy caros…
Donde están los gritos de las manifestaciones del 8 de marzo. “Si agreden a una, nos agreden a todas”, ¿qué pasa, que las afganas no existen?