.- Presentan el informe sinodial elaborado durante seis meses por mujeres de los cinco continentes.
.-Las mujeres están frustradas por el abuso de poder, el clericalismo, la discriminación, el sexismo y el miedo que experimentan en el entorno eclesial.
.- las mujeres católicas se mueven en la tensión entre resistencia y esperanza.
Una delegación internacional del Consejo de Mujeres Católicas (CWC) —red global que reúne a más de 60 organizaciones de mujeres católicas en todo el mundo— entregará hoy las conclusiones del proceso sinodal llevado a cabo, a la Oficina del Sínodo, en el Vaticano.
Desde marzo a junio del 2022, el CWC coordinó el trabajo de reflexión, discernimiento y oración de colectivos de mujeres de los cinco continentes. A su vez, este trabajo se puso en común en cinco encuentros de escucha internacionales.
Comprometidas con temas como la Situación de las Mujeres en la Iglesia, Poder y Participación, Estructuras y Transparencia, Vida Sacramental y Resistencia y Esperanza, el CWC pone un cuidado especial en incluir la rica diversidad de opiniones, contextos, culturas, sueños y sufrimiento de las mujeres alrededor del mundo, afirmando que no hay una única “voz de la mujer”, sino que las mujeres, en su diversidad, son protagonistas -también- en el camino sinodal
FRUSTRACIÓN
Cuando las mujeres alrededor del mundo hablan de su experiencia de Iglesia, el término más utilizado es frustración: Las mujeres están frustradas por el abuso de poder, el clericalismo, la discriminación, el sexismo y el miedo que experimentan en el entorno eclesial. Asimismo, el informe constata que en muchas partes del mundo la frustración es sólo la superficie y subraya que la manera en que la iglesia trata a las mujeres, así como la cultura de supremacía masculina, conducen a la violencia de género y al abuso sexual, espiritual y de conciencia en la Iglesia y en la sociedad.
El informe también explora los modos en que las mujeres de todo el mundo viven y enfatiza repetidamente que la Iglesia debe profundizar en el lenguaje de lo divino y en sus metáforas, de manera que ninguna persona, independientemente de su género o identidad sexual sea excluida. Además, las mujeres piden a la Iglesia que desarrolle una “sacramentalidad del cuidado”, para que las cristianas y cristianos puedan responder mejor a las desigualdades sin precedentes de nuestro tiempo y puedan abordar de manera proactiva la devastación del planeta en todas sus expresiones (hambrunas, emergencia climática…).
RESISTENCIA Y ESPERANZA
El informe concluye con una reflexión sobre cómo las mujeres católicas se mueven en la tensión entre resistencia y esperanza. Para muchas mujeres se ha vuelto demasiado difícil participar en una institución que se aferra a estructuras injustas. CWC constata que mujeres de todo el mundo están iniciando nuevas formas de ser y vivir la Iglesia, generando comunidades inclusivas y fortalecedoras de la vida.
En su experiencia de fe, las mujeres aún mantienen la esperanza de lograr la igualdad, la dignidad y la plena pertenencia a la Iglesia, y trabajan por ello.
El CWC insta a los líderes de la Iglesia, no sólo a escuchar las voces de las mujeres sino a transformar todos los procesos de elección y toma de decisiones para incluir a las mujeres en pie de igualdad.
M.S.