LA DIMISIÓN DE ADRIANA LASTRA POR EMBARAZO NO SE ENTIENDE DESDE EL FEMINISMO
A Pedro Sánchez le ha venido muy bien el embarazo de alto riesgo de Adriana Lastra, su vicesecretaria general del partido. Precisamente un cargo que sólo puede cambiarse por la dimisión de su titular o por la Ejecutiva Federal. Adriana ha optado por lo primero, aún sabiendo que la justificación de su decisión traería cola: Lastra, de 43 años, esgrime motivos personales por necesidad de cuidados relacionados con el estado de gestación de riesgo en el que se encuentra desde hace 4 meses. Así lo dijo en un comunicado:
«Ante la dificultad de compaginar las exigencias de reposo y cuidados, imprescindibles en mi situación actual, con la intensidad que exige la dirección del Partido, he presentado mi dimisión como Vicesecretaria General del Partido Socialista Obrero Español».
Las feministas en general y en especial las socialistas consultadas por Mujeres del Sur no dan crédito. Piensan que dimitir por embarazo de un cargo no es una opción, pues se consiguió hace ya muchas décadas la posibilidad de coger la baja y de recuperarlo tras el parto, una vez restablecida la madre. Y que la posibilidad de encubrir tras un embarazo cualquier otro motivo para dejar un puesto público es hacer un daño innecesario al feminismo, movimiento que lleva siglos intentando convencer a la sociedad de que la preñez en una mujer no es un lastre para su inserción social, política o económica: «Es dejarnos, como dicen algunas, a los pies de los caballos».
Desde el movimiento feminista se recuerda ante esta atípica dimisión que las mujeres que ocupan cargos de poder tienen doble responsalilidad: la primera como mujeres y como referentes de todas las demás que aspiran a la igualdad en los puestos de mando para el necesario empoderamiento y la segunda las inherentes al propio cargo que se ocupe. Obviamente, la salida de Adriana Lastra de la vicesecretaría general del PSOE, aunque lo hubiese hecho desde el ejercicico de su libertad más absoluta, entraría en grave contradicción con sus proclamas feministas. Algo sobre lo que algunas de sus compañeras de partido como la ministra Portavoz, la ministra de Hacienda, o de coalición como Yolanda Díaz o Irene Montero no han querido pronunciarse, limitándose a reconocerle sus servicios prestados y a transmitirle todo «su cariño».
La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, en la misma línea, ha agradecido a Adriana Lastra “su esfuerzo, compromiso y amor por España» y ha añadido en twitter que Lastra «siempre será un referente para nosotras. ¡Seguiremos trabajando juntas amiga mía!”.
Sin embargo otras mujeres también feministas han sido más contundentes en el análisis de lo sucedido tras el anuncio de Adriana Lastra de abandonar voluntariamente el segundo puesto más importante del PSOE, y no han tardado en manifestarlo. Así lo han hecho desde la oposición del Partido Popular tanto Cuca Gamarra como María del carmen Navarro Lacoba, vicesecretaria general de política social.
Lo cierto es que esta dimisión, tal como la han contado, le viene a Sánchez que ni pintada para remodelar la dirección del PSOE en un momento de alarma ante lo sucedido con su partido en las elecciones andaluzas.
Lastra además, había perdido poder en el último año y sus enfrentamientos con Santos Cerdán, el secretario de Organización, eran notorios. Con la marcha de Adriana Lastra, que sólo conserva su cargo de diputada, el núcleo duro del Partido Socialista se queda sin paridad. De momento sólo se mantiene Eva Granados, la portavoz en el Senado. De nuevo pierden las mujeres salvo sorpresa de última hora. Y es que a veces, como dicen algunas feministas de dentro y fuera del PSOE, la política resulta más peligrosa para la mujer que un embarazo de alto riesgo.
Mujeres del Sur