HERMANDADES DE PENITENCIA EN LOS COLEGIOS PÚBLICOS
Por Paula Gómez Rosado
Ya en la década de los 90 presencié en vivo y en directo la celebración de La Semana Santa con una procesión en el centro donde estaba destinada y me pareció algo inusual propio de ese centro únicamente. A partir de entonces, en más de una ocasión, desde mi respeto a las creencias religiosas de todo el mundo y las prácticas pedagógicas de mis compañeras y compañeros, siempre he sido muy crítica con estas actividades y he expuesto en los claustros las diversas razones por las que me parecen improcedente.
Una circular de la Junta de Andalucía que sugiere la celebración de actividades relacionadas con la Semana Santa en los colegios ha provocado las críticas de parte de la oposición y de sindicatos y asociaciones de padres, mientras el Gobierno regional defiende que no es una imposición y que va “en consonancia con la propia tradición”. En algunos colegios, estas procesiones se celebran desde hace décadas. La Consejería de Educación recuerda que no están permitidas las actividades con connotaciones religiosas fuera del horario de Religión, pero sí las que tienen que ver con las tradiciones. En los utlimos años hay centros que han suspendido estas procesiones por decisión de sus consejos escolares. M.S.
Pero este año mi sorpresa es que la misma Consejería de Educación de la Junta de Andalucía ha enviado una circular a los centros animando a celebrar esta festividad. Y
ahí me tienen sin comprender por qué desde la más alta instancia de la Junta se promueven prácticas que, como mínimo, entran en colisión con la Constitución y las
Leyes de Educación.
La Constitución del 78, todavía en vigor, que yo sepa, hasta cuesta dar un pequeño retoque para adaptarla a los tiempos, sin embargo, cuando conviene se nos olvida lo que, recoge. En su Título 1, capítulo II, Sección 1ª, Artículo 16, dice:
1.Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.
3.Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.
Con esta circular han dado el visto bueno para que aún más centros de Infantil y Primaria concertados y públicos, incluso de Centros de Infantil 0-3, monten una cofradía de penitencia con todo lujo de detalles para pasear por el centro y el barrio. Las familias,
encantadas de ver a sus niñas monísimas y a sus niños tan graciosos metidos en el
papel.
Yo no dejo de preguntarme qué pasa por las cabezas de estas personas, en teoría responsables del cuidado y educación de la infancia, ciudadanas y ciudadanos ejemplares incluso para llegar a los puestos más altos de toma de decisiones.
¿Nadie se pregunta qué influencia tiene esto en la educación de las/los menores?.
Voy a exponer tres argumentos en contra de esta actividad que me parecen de mínimos:
1- Como hemos visto más arriba, España es un Estado oficialmente aconfesional y con libertad de culto y, por ello, me opongo por principio a que se apoye de manera
institucional una Religión determinada, aunque se considere mayoritaria. Igual me molesta la representación del Equipo de Gobierno Municipal en determinadas procesiones y actos religiosos que una misa en los funerales de Estado y mucho más que se utilice a la infancia porque esto SÍ ES ADOCTRINAMIENTO, sin posibilidad de defensa ni análisis crítico, dada la edad del alumnado.
2- El derecho a la igualdad y la no discriminación por razón alguna también viene recogido en la Constitución y en este caso hay una discriminación clara y palpable entre ela lumnado que da clases de Religión Católica que pasará un día de fiesta feliz y quienes no dan esa materia que se quedan en clase, posiblemente sin una planificación bien pensada para el día y oyendo como sus compas de aula se van a celebrar una fiesta.
Porque para ellas y ellos es una fiesta, como para las personas mayores, en Andalucía al
menos. ¿Qué secuelas a largo plazo tras un año y otro y otro sufren estos pequeños
grupos que suelen salir de su aula a un espacio reducido varias veces por semana y
encima se encuentran con este “castigo” inmerecido?. Si las personas con convicciones
religiosas quieren hacer una procesión de menores, desde la parroquia o una hermandad
lo pueden hacer, me guste o no, son libres porque los ampara esa Constitución que se
saltan cuando les interesa, pero no lo veo desde el colegio.
3- Aquí viene el remate de contraindicaciones: de la forma que se organizan, estas procesiones van en contra de los objetivos básicos de la coeducación que aparecen en la ley de Educación. La LOMLOE, en su exposición de motivos ya habla de ”la adopción de un enfoque de igualdad de género a través de la coeducación” con el objetivo de lograr la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres y prevenir la violencia de género.
Pues vamos a ver una procesión de cualquier cole: ¿Quiénes van vestido de manera informal y cómoda pero necesitan demostrar su fuerza física para cargar con el paso? ¿Habéis visto muchas niñas costaleras? ¿Cuántos músicos y cuántas músicas con su uniforme y su instrumento vemos? ¿Hay muchas niñas músicas? Si van nazarenos también son mayoritariamente niños que llevan sus velas, dan caramelos…
Seguro que como las que yo he presenciado, las niñas en su inmensa mayoría van de modelo-escaparate para la ocasión: tacones, vestido negro elegante de adulta, maquillaje y peinado de peluquería y… ¡la mantilla española!
¡Ole mis niñas qué guapas y qué femeninas van, parecen mujercitas!
Y lo triste es eso, que parecen mujercitas de toda la vida. ¿Se preguntan las familias y los claustros qué valores transmiten estos estreotipos?.
¿Qué se puede conseguir con niñas hipersexualizadas vestidas como adultas con el único objetivo de gustar y ser objetos decorativos?¿Qué tipo de masculinidad potenciamos con niños fuertes que no necesitan cuidar su aspecto y tienen un papel de acción?¿Son sanos estos estereotipos de género tan marcados y tradicionales?.
Mi experiencia es que cuando en algún grupo, a mi edad, de abuelas y algunos abuelos, hago alguna de estas reflexiones, muy moderadas porque comprendo que les guste todo esa parafernalia, nadie me rebate los argumentos con otros favorables a las procesiones salvo que “es la tradición”, ”Es bonito”. ”Están graciosos y guapas”. Nadie me habla de los aspectos educativos de tales prácticas y, si insisto, me dicen “Todo no va a ser estudiar”. Es decir, no entienden nada, tristemente, a esto se llega. Todo no es estudiar, pero TODO SÍ ES EDUCAR, de forma programada o con cada gesto/palabra/actuación que una personas menor ve y escucha, mucho más si participa.
Yo me pregunto ¿cómo podemos soñar con un mundo igualitario, con igualdad real entre hombres y mujeres, si solo tenemos estos mimbres?¿Qué podemos hacer, porque está claro que es necesario y urgente hacer algo, además de contestar de forma contundente a la Consejería como han hecho algunos colectivos, para lograr una
sociedad más justa, más libre y feminista?.
Paula Gómez Rosado es escritora y feminista.