LA GRAN DAMA DE LA TRANSICIÓN PERIODÍSTICA
El mundo del periodismo lamenta conmocionado la pérdida de la veterana periodista, Victoria Prego (Madrid 1948), que logró como nadie explicar a la sociedad española los pormenores de ese período tan difícil para nuestro país que sucedió a la muerte de Franco y que se conoce como «la transición». Tenía 75 años y le había dedicado al periodismo toda su vida.
Nos deja precisamente esta trabajadora infatigable en el oficio de la comunicación un 1º de Mayo en el que, desde distintos ámbitos de la profesión, se lanzan voces de rechazo contra las amenazas rondantes de poner ataduras a la libertad de prensa. Algo que la periodista madrileña que narró desde los estudios de Prado del Rey para la audiencia de TVE la intentona golpista del 23 de febrero de 1981, jamás hubiera podido aceptar según Pilar Cernuda, una de sus mejores compañeras y amigas: «Victoria no aprobaría las intenciones de algunos que dicen llorarla», asegura refiriéndose también a quiénes quieren degradar la importancia de la transición.
Profesional en un mundo de hombres sin apenas referencia de mujeres, sus coetáneos, compañeros y compañeras que compartieron con ella mesa de redacción coinciden en que, si algo marcó la importante carrera periodística de Victoria Prego fue su empeño en la objetividad, la imparcialidad y la libertad de información en cualquiera de los medios en los que desempeñó su trabajo. Valores de los que ella hacía gala y que se anclaban en las aspiraciones democráticas de una sociedad con prisas por abandonar cuatro oscuras décadas de dictadura y mordaza.
Victoria Prego apostó por las mujeres periodistas y les marcó camino no sólo desde la presidencia de la Asociación de la Prensa de Madrid, cargo que ocupó durante 4 años, sino también haciendo valer su capacidad de influencia a través del grupo de mujeres profesionales que formó junto a otras colegas al que periódicamernte invitaban a personajes del mundo de la política, la empresa o la cultura.
Fue corresponsal en Londres pues una de sus pasiones era la política internacional. También pudimos verla de tertuliana, escribía artículos en El Mundo o El Independiente, y se la recuerda como la primera cara de un telediario nocturno que innovó los formatos de la época, en una televisión que por fin contaba noticias sin pasar por la censura. ¡Y cómo no hacernos eco de sus numerosas entrevistas y su particular sello, que no dejaban indiferente a la audiencia!
Muy querida en la profesión por su sencillez y generosidad, hasta hace pocos años podíamos verla en la tribuna del congreso siguiendo en directo los grandes debates de la nación porque el gusanillo interno no se lo mataba ni el cáncer ni el ictus que en los últimos años la fueron apartando del mundo de la información. Descanse en paz esta gran persona, periodista y compañera y un abrazo a su familia desde Mujeres del Sur.