FAMILIA, ESCUELA Y LEGISLACIÓN PARA EVITAR LAS CONDUCTAS DELICTIVAS EN MENORES
Por Paula Gómez Rosado
En mi pueblo, Peñaflor (Sevilla), el pasado 17 de mayo, una niña especialmente vulnerable de doce años sufrió una agresión sexual por parte de un grupo de ocho compañeros en un colegio de primaria durante la hora del recreo. Y hablo de que me entristece doblemente porque siempre lo cercano nos afecta más, sobre esto no hay mucho que explicar porque todas y todos vivimos las alegrías y las tristezas de la gente del entorno como si de alguna manera fueran algo nuestra, incluso, como es éste mi caso, no conozcamos directamente a las personas protagonistas. También por el daño causado a una niña que la vida no había tratado bien y este es otro golpe a su vulnerabilidad del que tardará en sanar.
¡Qué importante es el tratamiento acertado de expertas y el afecto de su familia y amistades para que vuelva a ser la que era!
En cuanto a los agresores, no tienen edad penal ni siquiera para un tribunal de menores (a partir de los 14), pero sabemos que los niños conocen desde muy pequeños cuando actúan mal y el daño que hacen. Esos niños no han nacido con una maldad innata que los lleva a agredir sexualmente a la compañera más vulnerable y, por tanto, con menos capacidad de defenderse, como decía Chejov en su cuento “Poquita cosa” “Qué fácil es en este mundo ser fuerte!”. Estos niños se están socializando con un modelo de masculinidad heteropatriarcal y su imagen de ganador depende mucho de esas imposiciones sobre quienes no pueden defenderse. Lo ven en las películas, en los dibujos animados, en los cómics, incluso en su entorno cercano. Por tanto, es una conducta aprendida que toca desaprender y eso hay que exigirle a la familia, a la escuela y a todas las autoridades competentes: lograr que superen el concepto de relaciones dominio-sumisión para aspirar a unas relaciones igualitarias y amorosas.
BUENA EDIUCACIÓN EN CASA Y EN LA ESCUELA
Pero me voy a extender algo más sobre mi mirada de docente que desde el curso escolar 1979-80 elaboró un proyecto de educación afectivo-sexual para el aula en 8º de EGB y he seguido adaptándolo año tras año al alumnado de mi tutoría el cual me ha ido proporcionando bastantes elementos de reflexión sobre el tema y la necesidad de una buena educación en casa y en la escuela.
Desde edades muy tempranas, ya en las clases de infantil, se observan conductas inapropiadas de algunos niños a niñas, como tocar el culo o besar a la fuerza y bajar el pantalón o levantar la falda. Lógicamente, no podemos hablar de agresión sexual, pero sí son conductas aprendidas como acciones machistas de poder.
Por tanto, desde los primeros años hay que trabajar con la infancia la educación afectivo sexual que nada tiene que ver con esas barbaridades que pregonan desde los grupos ultraconservadores, sino con el conocimiento de su propio cuerpo para aprender a cuidarlo y respetarlo, exigir respeto y conocer/reaccionar a los acercamientos que le gustan y a los que no. También es importante que tengan un espacio de confianza donde contar sus miedos, dudas, las amenazas o agresiones recibidas… Son objetivos a desarrollar desde los primeros años para ir avanzando a medida que se hacen mayores, pero es imprescindible trabajar el consentimiento no como un simple “sí, vale”, sino como dos personas que desean/dos personas que quieren/dos personas que expresan/dos personas que actúan en igualdad.
En la misma medida que aprenden a respetar su cuerpo, aprenden a respetar los ajenos, a cuidarse y cuidar a otras personas, a asumir sus responsabilidades.
“Aprender a querer y a ser querido de una forma sana y libre es fundamental para cualquier persona, y esto comienza en la infancia.”(1)
Por tanto, la educación afectivo-sexual parte del respeto, el buen trato, la igualdad, la educación emocional, la autonomía, la responsabilidad y la comunicación asertiva, además de la capacidad de dar y recibir placer, que no siempre tiene connotaciones eróticas. Pero resulta que la mayor parte de jóvenes que, en uno u otro foro o en encuestas de distintos organismos hablan del tema, reconocen no haber tenido una buena educación afectivo-sexual ni en la familia ni en la escuela.
Y eso lleva a que su principal fuente de información, porque la inquietud surge pronto, les llega de las conversaciones entre iguales, con todos sus errores, o de buscar en internet, que conduce directamente a la pornografía.
El 70% de jóvenes reconoce ver pornografía, en páginas gratis y con contenidos violentos y machistas.
El consumo de material pornográfico tiene repercusiones negativas en el desarrollo de la sexualidad y de las relaciones de pareja, de forma que se ha asociado al establecimiento de estereotipos de género, a la disminución de la satisfacción sexual y al aumento de las actitudes agresivas en el ámbito sexual. (2)
POR UNA SEXUALIDAD SANA
Por tanto, ante esta realidad, hay que empezar a cuestionarse qué hacer para ayudar a nuestras y nuestros jóvenes a tener una sexualidad sana, con relaciones satisfactorias en las que quepa la ternura. Pienso que hay varios ámbitos de intervención y todos son importantes, por tanto es necesario un acuerdo social para hacerlo.
LA FAMILIA: Hay que empezar por cuestionarse los modelos que con hechos, palabras y refuerzos o rechazos inculcamos a menores. Es importante crear en la familia espacios de confianza donde se sientan libres para poder expresarse sin sentirse cuestionadas/cuestionados y con la seguridad de que van a obtener una respuesta correcta y satisfactoria. A la vez, inculcarles el sentido crítico para que analicen canciones, películas, libros y series y saquen conclusiones, evitar la hipersexualización desde la infancia y trabajar siempre con ellos desde la empatía. Eso no quita que tengamos muy presente que la curiosidad es muy acusada en estas edades, por tanto, es importante tener algún sistema de barreras para que no puedan acceder a determinados contenidos en internet. El Gobierno acaba de anunciar que tiene lista una app con esta finalidad.
LA EDUCACIÓN REGLADA: Son varias las responsabilidades que se pueden asumir en cualquier centro de infantil, primaria y secundaria. Empezar por tener un mapa con las zonas de sombra (aquellas que no están a la vista y donde puede ocurrir, como ha sido el caso, una agresión) son lugares que necesitan estar vigiladas porque escapan a la vista, como baños, recovecos, despachos o aulas vacías…
En segundo lugar, elegir muy bien los libros y textos a leer en clase, los ejemplos que ponemos al explicar, la forma en que nos dirigimos a niñas y niños, lo que le alabamos y cuestionamos, los roles y tareas que desempeñan. La coeducación hay que trabajarla día a día y es la base para superar la desigualdad que lleva a la violencia.
Tener un protocolo para cualquier agresión de tipo sexistas en el que se escuche a todas las partes, se implique a las familias y por un lado, se atienda a la víctima y por otra se trabaje con la persona agresora en el reconocimiento de su agresión, las consecuencias, que logre empatizar con la víctima y resarcirla.
UN PROYECTO DE EDUCACIÓN AFECTIVO-SEXUAL: Por último, llevar un proyecto de educación afectivo sexual coordinado desde el primer curso al último que incida en el conocimiento, cuidado y respeto del propio cuerpo; el respeto a las otras personas; el consentimiento, la afectividad y la educación emocional; la autonomía personal, la comunicación asertiva y las relaciones de buen trato.
POLÍTICAS SOBRE ECUACIÓN AFECTIVO-SEXUAL
Una legislación con objetivos claros y aplicación obligatoria en los centros con tres finalidades: coeducación y educación en igualdad, prevenir la violencia de género y sexual, aceptación de la diversidad en materia sexual, informar y proporcionar recursos personales para una sexualidad sana e intentar contrarrestar la influencia del porno, teniendo en cuenta que es un negocio que mueve mucho dinero y tiene recursos muy por encima de nuestras posibilidades.
Una formación inicial obligatoria durante la carrera o el máster de educación y permanente para el profesorado.
Recursos suficientes en sanidad, servicios sociales y atención policial y judicial a las víctimas con personal especializado.
HECHO GRAVE Y TRISTE
La agresión de la que hablábamos al principio es un hecho grave y triste por varias razones:
La edad de los menores implicados y la elección de la víctima, una compañera muy vulnerable. Cada vez ocurre a edades más tempranas fruto de la exposición a los estímulos que reciben. Los agresores no tienen edad penal, ni siquiera para que el caso lo lleve el juzgado de menores, pero eran consciente de que agredían y eligieron a la víctima más vulnerable, a la que sabían no podía defenderse como el resto.
Que haya sido una agresión en grupo y que haya ocurrido en el colegio en hora escolar y el personal del centro no se haya percatado de lo ocurrido, es preocupante. El centro necesita tomar medidas de cara al futuro para que no vuelva a suceder, con independencia de las responsabilidades a asumir en el caso concreto.
Tanto el colegio como los agresores tienen que responder de alguna manera por lo ocurrido y por supuesto, la víctima necesita ser resarcida y recibir todo el apoyo especializado posible.
Por último, aunque nos llame la atención por la situación y la edad de los niños, sabemos que las agresiones sexuales con menores como protagonistas aumentan.
El ‘Informe sobre delitos contra la libertad sexual en España’, presentado el pasado día 15 por el Ministerio del Interior, refleja que más de mil menores de entre 14 y 17 años fueron detenidos o investigados por delitos sexuales en 2022, un 18 % más que en el año anterior. Los adolescentes que no han alcanzado la mayoría de edad cometieron el 10,6 % de las violaciones denunciadas (292 casos).
Es un asunto más grave de lo que parece que necesita la reflexión de toda la sociedad porque no valen solo políticas publicas y campañas si no empezamos por la base a cambiar modelos de vida y una educación que atienda a todos los aspectos del ser humano y no solo al intelecto. La coeducación tiene que impregnar el centro educativo en todos los espacios, todas las aulas y todas las horas, porque el derecho a la igualdad es uno de los Derechos Humanos y Constitucionales.
Paula Gómez Rosado es profesora, escritora y feminista.
- Cristina Sanjuán Vázquez, Técnica de Políticas de Infancia Save the Children España
- Las implicaciones del consumo de pornografía en adolescentes. Infocop
- Marina Segura Ramos La educación sexual se estanca en España y tiene consecuencias: más violencia y pornografía EFE.com