«ACABAR CON LA VIOLENCIA DE GÉNERO NO ES NINGUNA UTOPÍA»
.-«Terminar con esta lacra requiere la implicación de toda la sociedad y en ello los poderes públicos tienen mucha responsabilidad».
.-«La violencia machista ha sobrepasado el límite de la pareja y es ya general en la sociedad».
.-Preside desde hace diez años el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ, encargado de tratar y analizar la violencia contra las mujeres en la Administración de Justicia.
.-«Para dictar sentencias justas hay que tener perspectiva de género», asegura.
.-«El Pacto de Estado contra la Violencia de Género (diciembre 2017) supuso un punto de inflexión en esta lucha. Por eso habría que reeditarlo».
Por Nani Carvajal
Sevillana, en la cincuentena, un hijo adolescente, un porte envidiable y feminista, Ángeles Carmona lleva en su mochila una experiencia de casi veinte años en el mundo de la judicatura en puestos comprometidos con la erradicación de la violencia contra las mujeres. Desde hace diez años está en primera línea de batalla presidiendo el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial.
M.S.: -Desde su atalaya del Observatorio donde todo se examina, todo se ve y todo se padece ¿Cómo definiría la situación actual de la violencia de género en nuestro país?
A.C.: -«Este año estamos en una situación de riesgo extremo. Son ya 51 las mujeres asesinadas por violencia de género y además las agresiones siguen creciendo. Hablamos de una una violencia general en cuyo rechazo todas las instituciones implicadas tenemos que hacer un esfuerzo mayor de coordinación. Esa es, junto con la formación especializada, la principal línea de actuación del Observatorio con todas las instituciones que intervienen en la protección de las víctimas, desde policías a médicos, funcionarios, juzgados…etc. en todos los niveles territoriales.»
LA NECESARIA IMPLICACIÓN SOCIAL
M.S.: -Acabamos de pasar uno de los veranos más negros de los últimos años para las mujeres, ya llevamos tantos asesinatos como los cometidos a lo largo de todo el año pasado ¿Por qué este repunte de la violencia machista, qué es lo que está pasando?
A.C.: –» Echamos de menos más campañas de implicación y sensibilización social. Y además también ocurre que a veces, el tratamiento que se le da a estos asesinatos genera un efecto perverso, sobre todo si hay una utilización política para sacar rédito o para atacar a otras instituciones. Desgraciadamente, cuando hay un asesinato -desde el Observatorio analizamos todo el procedimiento desde el principio hasta el final- a veces vemos que esa mujer había pasado anteriormente por situaciones de violencia que no habían sido denunciadas. Eso te crea una situación de impotencia, te preguntas por qué nadie puso en conocimiento que esa mujer estaba corriendo ese riesgo difícil de afrontar por ella misma, y es que, primero, tiene que darse cuenta del peligro que está viviendo para pedir ayuda y después, tener la valentía de enfrentarse al maltratador y afrontar las posibles represalias».
Dice Ángeles Carmona que vive cada asesinato como «un impacto que verdaderamente te afecta», un trance revulsivo que la lleva a preguntarse dónde ha podido estar el fallo, con qué medida se ha fracasado y qué se debe modificar.
A.C.: –«Jamás en la vida nos acostumbramos a que haya un delito de estas características y no me refiero solamente a asesinatos machistas, sino también contra niños y niñas, agresiones graves e incluso de violencia virtual o psicológica que afectan especialmente a mujeres, es decir nunca nos dejamos de sensibilizar. Esto no es como los médicos que pueden llegar a acostumbrarse. No. Es un tema tan gordo que las personas que estamos cerca debemos de cuidarnos psicológicamente para saber resistir. Tenemos que hacer un esfuerzo para no derrumbarnos, para no pensar que nuestro trabajo no ha servido para nada.»
Hablar con esta experta en violencia contra las mujeres que muestra su lado humano al tiempo que desgrana datos estadísticos mezclados con términos legales te obliga a una pericia poco habitual en las entrevistas convencionales. Lo bueno es que llegas a vislumbrar el fondo de la cuestión con perspectiva meridiana: «campañas y más campañas, de implicación y de sensibilización de la sociedad; educativas desde la más tierna infancia y formativas para todas las personas que intervienen de una u otra forma en los procesos de agresiones y violencia general contra las mujeres».
Para la jurista sevillana que ha compatibilizado durante muchos años su trabajo en el Observatorio con la Secretaría de un juzgado de violencia en Sevilla hay además otros asuntos que se resisten y que deben priorizarse: «Tenemos que trabajar para la resolución de los conflictos de manera pacífica y, sobre todo, para las relaciones de afectividad sanas».
En este último trimestre las estadísticas del Observatorio han reflejado un aumento del número de denuncias que presentan familiares de las víctimas, lo que para Ángeles Carmona significa que: «Estamos ampliando la conciencia de que la violencia machista no solo es violencia en pareja, sino general en la sociedad. En ese sentido yo creo que lo importante es seguir invirtiendo para que los jueces, los fiscales, la policía, los agentes sociales… tengan recursos para poder proteger a las mujeres».
«Hay que seguir concienciando porque esto sólo lo vamos a parar si toda la sociedad está implicada y todo el mundo es consciente de que es un delito público y no sólo un problema de pareja».
M.S.: -¿Cómo conseguir que se implique la sociedad?
A.C.: –«Es fundamental que contribuyan los poderes públicos, los medios de comunicación y la Justicia. Notamos que desde el poder falta todavía esa especial sensibilidad con las víctimas y que nos estamos acostumbrando a estos asesinatos. El minuto de silencio ya no causa ningún tipo de impacto y pude incluso inducir al adormecimiento y a la normalización. No es el relato de que la violencia machista se cobra otra nueva víctima sino de que un asesino ha cometido el delito más tremendo, el más grave contra los derechos humanos y que atenta contra toda la sociedad. Eso es lo que hay que visibilizar».
«Hay que dejarse de utilizar clichés porque un asesinato machista es la punta del iceberg. Hay muchísima violencia que no se denuncia nunca, que las mujeres sufren porque tienen miedo, vergüenza, sentimiento de culpa… hay que visibilizarla».
En este sentido traemos a colación como recientemente hemos podido ver al presidente francés, Enmanuel Macron, asistir a las honras fúnebres del profesor, Dominique Bernard, asesinado en Arrás por el terrorismo islámico. Un acto que contribuye a afianzar la condena social de esta violencia y a transmitir a la población de forma contundente este sentimiento de repulsa.
Y también nos hacemos también eco de las palabras formuladas en estas mismas páginas de Mujeres del Sur por la periodista Marta Pastor sobre la responsabilidad del poder en la creación de conciencia y rechazo ante estos asesinatos de terrorismo machista: «La desafección del poder hacia las víctimas es tremenda», asegura. «Escriben un tuit, se dan golpes de pecho -si es que se los dan- y hasta la próxima». Así opina Ángeles Carmona:
A.C.: –«Marta tiene toda la razón. Me acuerdo de la época en la que nos levantábamos todos los días con un asesinato de ETA hasta que pasó lo de Miguel Ángel Blanco y todo el mundo se echó a la calle. Fue fundamental que toda la sociedad manifestara su rechazo. Desde el poder hay que contribuir a que haya un punto de inflexión también en la lucha contra la violencia machista. No se trata de responsabilizar a nadie salvo al propio asesino, pero una mayor implicación de las autoridades con las víctimas despertaría más interés social».
Es obligatorio preguntarle a Ángeles Carmona sobre el papel que desempeña el llamado «Comité de crisis», organismo al que recurre el Ministerio de Igualdad cada vez que se producen más de cinco asesinatos machistas en un mes.
A.C.: –«En el Comité de Crisis no está el Consejo General del Poder Judicial a pesar de que los jueces son los que toman las riendas en pleno campo de batalla contra la violencia de género. Es un Comité sólo gubernamental. El hecho de que se reúna y demuestre interés y preocupación ya de por si lanza un mensaje a la sociedad: es un problema enorme que hay que combatir, el Estado tiene responsabilidad, debe cumplir los convenios internacionales firmados y aplicar todas las políticas contra la violencia machista para proteger a las mujeres y evitar los delitos más graves, especialmente los asesinatos. Su principal efecto es el de escenificar la preocupación».
PACTO DE ESTADO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
No es cómodo vivir en Sevilla y trabajar en Madrid y encima compaginarlo con la incertidumbre que atraviesa el Consejo General del Poder Judicial desde hace años, pendiente de una renovación que no termina de llegar. Carmona lo sabe y pacientemente espera una solución.
Pero mientras, infatigable, sigue recorriendo varias veces por semana su trayecto de ida y vuelta. Tiene tiempo de hacer balance y está convencida de que en la lucha contra esta embestida criminal que son las agresiones machistas ha habido un antes y un después marcado por el Pacto de Estado Contra la Violencia de Género (1917). «En ese momento todas las fuerzas políticas -menos Podemos- fueron unánimes y acordaron aplicar una serie de medidas aportadas por especialistas en violencia contra las mujeres. Ese Pacto de Estado habría que reeditarlo porque contempla la aplicación de medidas que han hecho de la legislación española en este tipo de violencia una de las más avanzadas del mundo».
Como presidenta del Observatorio recibe delegaciones internacionales cualificadas casi todas las semanas: «Hay un consenso absoluto en que España está en la vanguardia tanto por su gestión presupuestaria como por el esfuerzo que hace en lo político, normativo y de especialización en la lucha contra la violencia machista». Pide que no haya vuelta atrás y asegura que países como Italia, Alemania e incluso Francia están a «años luz de España en número de asesinatos, gestión de las estadísticas, estudios científicos… Tenemos jueces especializado, fiscales especializados, Policía especializada, protocolos avanzados para atender a las víctimas incluso sin denuncia previa. No podemos permitir ninguna una vuelta atrás.»
LA VIOLENCIA MACHISTA EN LOS MEDIOS
M.S.: – Otra de las patas de la conciencia social son los medios de comunicación. ¿Hasta qué punto permiten con su tratamiento que la sociedad se sienta comprometida con la eliminación de la violencia?
A.C.: –«Para crear conciencia en una sociedad machista es importantísima la labor que hacéis en los medios. Cambiar el chip en el tratamiento que se le da a las víctimas de la violencia puede ser también un punto de inflexión para que la gente se implique. Hay aspectos en los que ya se viene notando, como por ejemplo, el hecho de que cada vez hay más personas, incluso ajenas a las propias víctimas, que voluntariamente se prestan a declarar como testigos en casos de violencia que han presenciado, porque entienden que es necesario ayudar».
El feminismo interesa cada vez más y los medios se esfuerzan en informar sobre violencia. Los periódicos ya no escamotean detalles sobre la perversión de los agresores y las televisiones muestran siempre que pueden las imágenes de los asesinos machistas siendo juzgados o recibiendo sus sentencias casi siempre condenatorias. Son aspectos positivos y novedosos que comentamos con Ángeles Carmona: «Queda todavía mucho por hacer. Aún se cuelan titulares que tienden a exculpar al agresor o a culpabilizar a la víctima. Pero hay una tendencia a mejorar el tratamiento profesional», asegura.
LA JUSTICIA A EXAMEN
M.S.: -Y la Justicia, el elemento fundamental para que la sociedad comprenda que se puede salir de la violencia ¿Cómo se implica? ¿Es el mundo de la judicatura tan machista por dentro como se percibe desde fuera?
A.C.: –«Sin duda vivimos en unan sociedad machista aunque en la carrera judicial el 60% son mujeres y ellas atienden el 79% de los juzgados de violencia de género. Esto no quiere decir que ser mujer te exima de tener una mentalidad machista, evidentemente, por eso para el Consejo (CGPJ) la formación es lo principal y estamos obteniendo una respuesta muy amplia en la carrera judicial, en la que hay, como en toda la sociedad, muchas cosas que cambiar, hasta el lenguaje».
«Para dictar una resolución justa hay que tener perspectiva de género. No se puede, en una situación desigual aplicar por igual la legislación».
La jurista sevillana basa sus palabras en que en España el 80% de los asuntos que van a juicio acaban en sentencia condenatoria y en la importancia que se le da a la preparación especializada de jueces, fiscales, funcionariado judicial, etc. :«No es tan exacto hablar de una justicia patriarcal ni machista ni nada de eso».
M.S.: -¿Está segura?
A.C.: –«Hay que tener en cuenta que los jueces ya no solamente se rigen por la legislación actual, aunque la Española sea de las más avanzadas del mundo en violencia contra la mujer. Es decir, que para dictar sentencia, primero tendrían que aplicar esta legislación. Segundo, considerar el resultado de los recursos que se presentan en las Audiencias Provinciales que disponen, cada una de ellas, de secciones especializadas en esta violencia. Y, por último y más importante está la Sala Segunda del Supremo cuyas sentencias son las que generan jurisprudencia e interpretan con perspectiva de género la legislación que deberá plasmarse en todos los órganos judiciales».
ESCENARIO DEL MIEDO
Fallos aparte que ya se encargarán de denunciar los bufetes feministas, para el Observatorio la preocupación es que el sistema funcione, que esté «perfectamente ensamblado» y se apliquen correctamente los protocolos. En los últimos 20 años -las estadísticas datan desde 2003- se han tramitado más de 2 millones de denuncias por violencia contra las mujeres, hay 105 juzgados especializados y se calcula que de los 5.500 jueces que hay en España, alrededor de 2.500 se dedican en algún momento de su proceso judicial a la violencia de género. En cuanto a las denuncias, su aumento dice Carmona, «es una buena noticia» porque delitos que existían y se ocultaban ahora se visibilizan y se pueden combatir.
A.C.: –«El aumento cada año de denuncias supone un esfuerzo enorme desde el punto de vista institucional. Pero también significa que el sistema funciona, los jueces están implicados y todas las mujeres tienen que saber que si dan el paso de denunciar existen recursos policiales, judiciales, asistenciales y de todo tipo para poder sacarlas de ese escenario del miedo como lo define precisamente el Tribunal Supremo. La implicación, la profesionalización y la especialización en el ámbito judicial son importantísimas para que la mujer se sienta arropada, creída, acompañada y con una red de protección a su alrededor cada vez más fina«.
M.S.: -Los juzgados españoles conceden de media el 70% de las medidas de protección que se solicitan, medidas que muchas veces se saltan los agresores ¿Aún así, qué nos indica esta cifra?
A.C.: –«Es un dato muy bueno que desmonta además, el mito de las denuncias falsas. Refleja que se está actuando de una forma muy activa por parte de la justicia. No hay que olvidar que para conceder una medida de protección el juez o la jueza han tenido que ver un peligro inminente y grave contra la vida o la integridad física o psíquica de la mujer que la solicita. Son órdenes que tienen que estar muy bien razonadas, porque suponen una merma de derechos para el propio agresor como la privación de libertad con la prisión preventiva, las prohibiciones de acercamiento, de comunicación… otras son de tipo civil, como la supresión de visitas a los hijos o la retirada de la patria potestad... Hay que acreditar indicios de delitos imputables a esa persona y la existencia de riesgo eminente y grave de que pueda volver a cometerlos. Cuando la denuncia es falsa es muy difícil justificar estas medidas».
Conversar con Ángeles Carmona permite aclarar dudas, aventurar lo que se cuece entre las togas, disipar la envoltura de las sentencias, destripar su letra pequeña. Pero su mirada azul no esconde la dificultad de estar situada en el punto de mira implacable de una sociedad que se pregunta cuando acabará esta violencia. Su mensaje es pertinaz:
A.C.: –«Son delitos muy graves y frente a ellos tenemos una obligación colectiva. Las víctimas deben sentirse apoyadas por su entorno y por toda la sociedad. Ese sería el gran cambio de paradigma para poder llegar al objetivo de víctimas cero de la violencia sexual y de la violencia extrema que son los asesinatos».
Dice que cada agresión machista, cada asesinato le parte el alma... pero también «la motivan para seguir trabajando». Recuerda que está en nuestras manos salvar vidas llamando al 016, al 112, a Emergencias…y está convencida de que con el rechazo social y la complicidad ciudadana «se cumplirá nuestro objetivo: habrá menos asesinatos. Y no es una utopía».
Lo suyo es vocacional, no puede evitarlo… Aquí no se derrumba nadie.
Nani Carvajal es directora y editora de «Mujeres del Sur», «mujeresdelsur.es»
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