LA ACADEMIA SUECA RECONOCE CON EL MÁXIMO GALARDÓN DE LAS LETRAS A LA ESCRITORA DE LA INTIMIDAD, EL FEMINISMO Y LA VENGANZA.
Después de dos años de ausencia a causa de la pandemia de COVID-19, los premios Nobel de Medicina, Física, Química, Economía y Literatura han vuelto por fin a entregarse por parte de la Academia Sueca. Dos mujeres junto a nueve hombres han recibido los prestigiosos galardones en la Sala de Conciertos de Estocolmo. Annie Ernaux ha recogido el Nobel de Literatura al tiempo que el Nobel de la Paz se otorgaba al encarcelado activista bielorruso Ales Bialiatski y a las organizaciones rusa Memorial y la ucraniana Center for Civil Liberties.
Por Macarena Carvajal
A finales de los 70, gracias a que en mi familia siempre ha estado muy presente Francia, su literatura, su modernidad y su cultura, leí en francés alguno de los libros de Annie Ernaux. No me enteré de mucho, la verdad, pero me dejaron unas sensaciones extrañas, algo así como ver pasar por delante de mis ojos mis propias experiencias infantiles, mis deseos ocultos, mi rabia ante la realidad que entonces me rodeaba. Al leer ahora su discurso ante la Academia sueca me han encajado muchas piezas, Ernaux toma claramente partido en sus libros; su literatura es política, su compromiso es total con los seres humanos que luchan por la dignidad y la libertad, su escritura es rebelión , es la voz que surge de su clase y de su género, intentando que las generaciones venideras vivan un mundo diferente, más justo, más solidario, y más humano.
La escritora francesa Premio Nobel de literatura 2022, Annie Ernaux, de 82 años vive actualmente en Paris. Con ella, son 17 las mujeres que han recibido el Nobel de literatura a lo largo de los años, lo que representa el 14% del total de premiados.
En su discurso ante la academia sueca la escritora dice buscar una frase que le otorgue libertad y firmeza para hablar sin temblar:
“Y esa frase surge con toda nitidez y violencia. Lapidaria. Irrefragable. La escribí hace sesenta años en mi diario íntimo: Escribiré para vengar a mi raza». Era este un eco del grito de Rimbaud: «Soy de raza inferior por toda la eternidad. Tenía yo 22 años». Con estas palabras, Ernaux hace una declaración de principios y honor a su dicho, la literatura nunca es neutra».
Nacida en 1940, Annie Ernaux ha tenido siempre como objetivo vital escribir; escribir para sacar a la luz la manera de existir de los suyos; escribir para poder entender las razones que la habían alejado de sus orígenes, de su “raza”.
Ella misma, en su discurso a la Academia, define su forma de expresarse diciendo que necesitaba romper con lo que se considera “escribir bien” para comprender y exhibir el desgarro que sentía en su interior. Por eso su lenguaje arrastra consigo la ira, la vulgaridad, la insurgencia y los excesos que utilizan los humillados y los ofendidos como forma de responder a la memoria de los desprecios y de la vergüenza. “Vengar a mi raza y vengar a mi sexo con la escritura”.
Annie Ernaux escribe desde su categoría de mujer y de migrante interior, desde su experiencia, desde su memoria. Su compromiso es hacer que lo indecible salga a la luz, es decir, mostrar las relaciones de dominación de clase, de sexo y de raza, porque considera que en ello reside la posibilidad de emancipación individual y colectiva.
Obtuvo el premio Renaudot en 1984 por su novela “La Place”. En esta obra y de manera autobiográfica, la autora se refiere al ”lugar social” es decir, a la escalada de peldaños a través de la educación de una niña de orígenes humildes dentro de la sociedad burguesa y culta, hasta alcanzar una posición superior a la de sus padres como profesora.
En «Les Années» (2008), considerada una obra maestra que ha recibido numerosos premios (el Marguerite-Duras, el François Mauriac de la région Aquitaine y el premio de la langue française) la autora relata el paso de los años y nos sumerge en un mundo donde «la memoria, como el deseo sexual, no se detiene nunca». En “El acontecimiento” narra el aborto que tuvo en su juventud, con absoluta franqueza y crudeza.
En “Memoria de una chica” Ernaux desarrolla la autoficción y a través de sus propios recuerdos la autora se desnuda y exhibe sus humillaciones en la adolescencia. Este libro muestra el coraje de mostrarse ante el público sin pudor, la valentía de afrontar y contar el fin de la infancia y la pérdida de la virginidad, para finalmente reencontrarse con la adolescente que fue.
En “Los armarios vacíos”, con brutal crudeza, la autora se debate entre el origen proletario y poco instruido de su familia y el mundo burgués y educado con acceso a la cultura. Esa brecha es analizada sin filtros, con un lenguaje duro y conciso.
“La vergüenza” es un libro desgarrador. Habla del día en que su padre intentó matar a su madre. La autora se avergüenza por ello y desmonta los códigos de conducta y las normas sociales de los años cincuenta en Francia.
La obra de Annie Ernaux, compuesta por más de una veintena de libros, en gran medida autobiográficos, describen en muchos casos las relaciones íntimas entre hombres y mujeres, el sexo aparece continuamente como telón de fondo. YTermino con algunos fragmentos de sus obras:
Pura pasión
«Este verano he visto por primera vez una película clasificada X en la televisión, por el Canal +. Mi televisor no tiene descodificador, las imágenes en la pantalla eran borrosas y, en vez de diálogos, se oía una banda sonora extraña, chisporroteos, chapoteos, una especie de lenguaje diferente, suave e ininterrumpido. Se distinguía una silueta de mujer en corsé y medias, y a un hombre. La historia era incomprensible y no se podía anticipar nada, ni los gestos ni los actos. El hombre se acercó a la mujer. Hubo un primer plano, apareció el sexo de la mujer, perfectamente visible en el centelleo de la pantalla, luego el sexo del hombre, en erección (…) Han pasado siglos y más siglos, centenares de generaciones, y tan solo ahora se puede contemplar algo así (…) Me ha parecido que la escritura debería tender a eso, a esta impresión que provoca la escena del acto sexual, a esta angustia y a este estupor, a una suspensión del juicio moral».
Una mujer
«La infancia de mi madre es más o menos esto: un apetito nunca saciado. Devoraba el mendrugo añadido a la pesada de pan cuando volvía de la panadería. «¡Hasta los veinticinco años me habría zampado el mar con peces y todo!»
«El cuarto común para todos los hijos, la cama compartida con una hermana, ataques de sonambulismo durante los que la encontraban de pie, con los ojos abiertos en el corral, los vestidos y los zapatos heredados de una hermana a otra, una muñeca de trapo para Navidad, los dientes agujereados por la sidra.»
Macarena Carvajal es profesora jubilada de Historia y Geografía