LA PLAZA DE LA ABOGACÍA Y EL TOCOMOCHO MACHISTA
Mientras media España está hoy pendiente del sorteo de la Lotería más importante del año, muchas mujeres sureñas seguimos todavía intentando digerir el tocomocho que nos han dado esta semana en la rifa diaria del machismo. Resulta que después de años luchando un grupo de abogadas locales por el cambio de nombre de la «Plaza de los Letrados» -situada frente a la Audiencia de Sevilla- por el de «Plaza de la Abogacía», para que la nomenclatura callejera incluya en sus rótulos a las mujeres y las visibilice, cuando se produce formalmente ese cambio tan esperado nos topamos con dos estafas machistas dirigidas contra todas las mujeres pero, en especial, contra sus promotoras. La primera, porque aunque participan en el acto no existen en su difusión oficial. Y la segunda, aún más grave, porque el cambio de nombre de la plaza no era para incluir a las mujeres sino para distinguir la palabra «Letrados», como constaba en el antiguo rótulo, de los actuales Letrados de la Administración de Justicia. ¡Millllll…..euros!
Por Nani Carvajal
Algunas compañeras periodistas han calificado estos detalles del acto como de «miseria machista», pero se trata de un timo en toda regla. Una estafa a la igualdad en la que han participado al alimón el Ayuntamiento de Sevilla y el todavía llamado Colegio de Abogados de esta ciudad. María Jesús Correa, abogada sevillana impulsora junto con otras colegas del cambio de nombre de la «Plaza de los Letrados» por «Plaza de la Abogacía», no esconde su decepción feminista a pesar de que, por lo menos, el rótulo sí ha sido modificado:
–«Es un reto conseguido desde el feminismo», dice Mª Jesús Correa. «Pero hay que aclarar que ni el Ayuntamiento ni el Colegio de (todavía) «Abogados», han sustentado el cambio en la necesidad de un lenguaje inclusivo y no sexista, sino en el hecho de distinguir la palabra «Letrados», como constaba en el antiguo rótulo, de los actuales Letrados de la Administración de Justicia».
La abogada sevillana, especializada en violencia de género, dice que «mantiene sus palabras –pronunciadas en el acto– de agradecimiento al Ayuntamiento y al Colegio». Pero a cambio, añade, «sólo pido coherencia»:
–«Hay una total incoherencia entre lo que dicen y lo que hacen, asegura Correa, ya que hacen gala de un compromiso con la Igualdad que no demuestran con sus actos. Hago referencia a las notas de prensa emitidas posteriormente desde ambas instituciones, donde se invisibiliza y silencia a la única mujer que intervenía en el acto, que en este caso era yo, que era la persona que había registrado la iniciativa del cambio de nombre de la plaza.»
Este timo a la igualdad, disfrazado de reconocimiento a las mujeres, ha sido denunciado contundentemente por las asistentes al acto de nueva rotulación de la plaza que tuvo lugar el pasado miércoles 18 de diciembre, con la presencia del alcalde sevillano, José Luís Sanz, y del decano del todavía Colegio de «Abogados», Oscar Fernández. Ambas instituciones se han querido poner una medalla en igualdad y lo que han demostrado es su machismo y su falta de respeto hacia una reivindicación histórica de las mujeres abogadas.
MISERIA MACHISTA
En su cuenta de facebook, la periodista Mar Correa, hermana de la abogada, no ha dudado en poner los puntos sobre la íes ante lo que considera una muestra más de la «miseria machista»:
«No tengo más remedio que reaccionar airadamente a lo que ocurrió ayer en Sevilla. El Ayuntamiento -con su alcalde a la cabeza- inauguró el nuevo nomenclátor de la plaza delante de los Juzgados como Plaza de la Abogacía (se llamaba hasta entonces Letrados de Sevilla). La constancia, el tesón y la lucha de un buen número de abogadas, con mi hermana María Jesús Correa a la cabeza, llevaban años batallando por el cambio de nombre de la placita en cuestión por lo excluyente de su designación, ya que ellas, letradas, se consideran obviadas con ese masculino genérico que pretende englobar a profesionales de ambos sexos.«
«El lenguaje inclusivo no sólo está contemplado por ley sino que es imprescindible en una sociedad que lucha por ser igualitaria. Salvados todos los preámbulos necesarios para el cambio de designación a la plaza, dos años después de la solicitud, finalmente ayer tuvo lugar el acto. En él participaron mi hermana, como portavoz de las letradas que han luchado y luchan por la igualdad, el decano del Colegio de Abogados de Sevilla (que increíblemente sigue denominándose así pese a las innumerables protestas y requerimientos de las abogadas sevillanas) y el alcalde. Incomprensible (y miserablemente) ni en la información que da el Ayuntamiento ni en la de la institución colegial sobre el acto, aparecen referencia ni imagen alguna de María Jesús Correa, pese a haber sido la impulsora del cambio y haber participado en el descubrimiento de la placa».
«Ignorarla por sistema, a ella y a todas las letradas que lucharon por el cambio del nombre de la plaza, invalida la presunta actitud igualitaria que ambas instituciones pretenden tener, envuelve a sus representantes en un halo machista que deja en evidencia cuál es su percepción real acerca de la igualdad y, sin duda, humilla a todas las mujeres que luchan día a día por hacer de ésta una sociedad más global e incluyente. Se me ocurren muchos adjetivos, pero vamos a dejarlo en actitud vergonzosa y miserable. Seguiremos en la lucha».
PENDIENTE EL CAMBIO DE NOMBRE DEL COLEGIO
Las palabras de Mª Jesús Correa, ignoradas en la información oficial posterior al acto de cambio de rótulo de la plaza, fueron claramente en el sentido de interpretar el acto como una forma de visibilizar a las numerosas mujeres que ejercen la Abogacía.
–«Con esta nueva denominación, explicó la letrada, estamos curando esa ceguera histórica y cumpliendo con normativas que exigen un lenguaje inclusivo, porque el lenguaje no inclusivo es discriminación y vulnerala Ley. Este acto nos hace mejores como sociedad y como personas”.
A pesar del estupor ante la engañifa machista, no hay duda de que la lucha de las mujeres abogadas con sus reivindicaciones de inclusión y visibilización de las letradas ha conseguido colocar su primera pica en Flandes, digo en Sevilla. Más allá de las maniobras orquestales en la oscuridad oficial, por una vez han conseguido dejar de ser «letrados» para figurar en la «Abogacía» y ahora tienen pendiente la gran reivindicación igualitaria que plantearon hace más de dos años: el cambio de nombre del actual «Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla» por el de «Colegio de la Abogacía de Sevilla», una nomenclatura que han adoptado ya numerosas instituciones similares en otras ciudades españolas como, por ejemplo, Madrid.
La decisión sobre el nombre del Colegio está en estos momentos en manos de los tribunales: Después de que Mª Jesús Correa registrara oficialmente la petición de cambio de nombre en 2016, el 25 de julio de 2022, en junta general extraordinaria, se abordó el cambio legal obligatorio de la denominación y se propuso una votación por entender que no era un mandato, sino solo una recomendación. Se votó a mano alzada, y ganaron los defensores del nombre tradicional, Colegio Oficial de Abogados. Un grupo de abogadas discrepantes, también encabezado por Mª Jesús Correa, ha recurrido el proceso y está a la espera de que se pronuncien los tribunales.
Será en pocos meses cuando se conozca el resultado judicial. Un fallo que colocará a las abogadas no ya ante el timo de la «estampita» de la «Plaza de los Letrados», sino ante la madre de todos los sorteos. El «Gordo», o la «Gorda», según prefieran. ¡Cuatromillonesssss… de euros!
Nani Carvajal es directora y editora de Mujeres del Sur
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