No se pierdan esta ciudad romana del siglo I a. C.
Por Macarena Carvajal
Cerca ya de la frontera portuguesa, en el corazón de la sierra de Aracena y picos de Aroche, encontramos este agradable y acogedor pueblo que nos abre las puertas de la historia más antigua de la península.
Su fundación romana data de la época de Augusto en el siglo I a.C. Atraída por los yacimientos mineros de la zona y por una intensa actividad agraria, mucha población emigró hacia este enclave al que llamaron Turóbriga. La ciudad creció y desarrolló un programa urbanístico que ya en el siglo II d.C. se encontraba consolidado. Incluso contó con el privilegio de acuñar moneda, lo que indica la importancia que había alcanzado. Las excavaciones que se están realizando nos hablan de la existencia de termas, necrópolis, foro, mercado, anfiteatro y casas de bastante riqueza constructiva.
Con el paso del tiempo la ciudad romana se fue abandonando y la población se desplazó hacia una zona más elevada y algo alejada del enclave romano. Pero sus materiales sirvieron de cantera para las nuevas obras urbanísticas como es el caso del castillo almohade o de la ermita de san Mamés.
El castillo de Aroche obra de los almohades, se levantó en el siglo XII dominando la Vega del río Chanza. Fue construido sobre el antiguo anfiteatro romano.
El pueblo creció en torno al castillo que cumplió su papel de fortaleza defensiva cuando a mediados del siglo XIII, Sancho II de Portugal conquistó la población incorporándola a la corona portuguesa. En el siglo XVI Aroche ya pertenecía al reino de Sevilla.
Es un dato curioso que, aunque en el siglo XIX con la división de España en provincias Aroche pasó a formar parte de la nueva provincia de Huelva, su plaza de toros, situada dentro del mismísimo castillo, seguía dependiendo administrativamente del ayuntamiento de Sevilla. ¡Cosas de la burocracia!
Durante la guerra civil, este pueblo fue uno de los más castigados de la provincia por la represión fascista. En la posguerra gran parte de su población sufrió una cruel persecución política, hechos narrados con maestría en el libro” La historia silenciada”.
Aroche es un pueblo amable y lleno de vida, toda su trayectoria histórica queda plasmada en sus calles, en sus plazas y monumentos. A esto hay que añadir un entorno paisajístico que se aprecia maravillosamente desde la parte más alta del pueblo.
Saliendo del pueblo y atravesando la carretera que va a Portugal encontramos a la preciosa ermita de San Mamés.
Esta ermita, construida sobre la antigua basílica romana de la ciudad de Turóbriga aprovechando muchos de sus materiales, data del siglo XIII. Constituye un pequeño tesoro, elegante y proporcionado, que destaca por su belleza y su buen estado de conservación.
El interior de la ermita conserva su enfoscado original del siglo XV. Los frescos de sus paredes nos muestran escenas de san Cristóbal, el Apóstol Santiago, la Última Cena y la Anunciación.
Los porches que rodean la fachada se añadieron en el siglo XVIII. Con sus arcos encalados y rústicos nos invitan a descansar y a sentir a nuestro alrededor el paso y el peso de la Historia.
Fotos: Macarena Carvajal