El mayor problema que me he encontrado como mujer deportista es el de la maternidad
-A sus 34 años esta sevillana ha ganado tres campeonatos del mundo de windsurf y uno de Europa. Su próximo reto son las olimpiadas de Paris en 2024.
-Pide al Consejo Superior de Deportes que modernice los protocolos para que las mujeres deportistas no tengan que abandonar la competición si quieren ser madres.
-Pertenece a una familia de deportistas. Sus padres y su hermano siguen compitiendo. Le hicieron amar la vela desde muy pequeña e incluso navegó en el vientre de su madre.
Blanca Manchón lo tenía claro desde el principio. Contra viento y marea quería ser campeona de Windsurf. Lo que empezó como un juego para divertirse desde muy niña se convirtió muy pronto en el principal sueño de esta gran mujer de 34 años que muy pronto haría historia en el deporte nacional e internacional, compitiendo en Atenas 2004 con sólo 17 años y ganando después tres campeonatos del mundo y uno europeo.
BM.-Como toda mi familia practicaba este deporte, aunque no profesionalmente, yo desde muy chica hacía lo mismo para divertirme. Pero con 13 años entré en el equipo preolímpico y me preguntaron si querría intentar ir a los juegos y tomármelo más profesionalmente. Me encantó la idea, empecé a destacar, a hacerlo bien y, poco a poco, el windsurf fue convirtiéndose en mi profesión.
«Evidentemente me encanta competir y siempre he tenido el afán de llegar a ser campeona del mundo. Entrené muchísimo y me lo propuse. Al final lo conseguí. Pero no me esperaba todo esto cuando empecé muy chiquita, con 8 años».
Esta es una fase de transición para Blanca Manchón, pues se prepara para París 2024 en la nueva clase de windsurf, IQFOIL: «Ya no iremos sobre el agua, sino volando sobre ella», dice, al tiempo que se convierte en la primera española en ir a tres juegos olímpicos en sendas modalidades diferentes: Mistral, RS:X y IQFOIL. Su receta, esfuerzo y entrenamiento.
BM.-Han sido muy duros estos años, pero es mi pasión y lo volvería a hacer. Es el estilo de vida que he querido llevar. Siempre he sido muy competitiva. Me encanta entrenar. Hay edades complicadas porque a veces tus amigas salen a la discoteca y tú al día siguiente tienes que entrenar…. Además, económicamente, tus padres te recuerdan que tienes que tener un Plan B, que el deporte no es para toda la vida y que no es seguro al 100% porque te puedes lesionar…
Para hacer crecer su sueño como deportista profesional la windsurfista de acento andaluz ha tenido que conseguir desde muy joven muchas becas y muchos campeonatos: cuando volvió de Atenas 2004, después de quedar 8ª, con 17 años, hizo la selectividad y su padre le dijo que debía de pensar también en estudiar una carrera. Ella insistió en que quería ser profesional del windsurf. Acordaron que se matricularía en la Universidad si a los 18 años no conseguía ser campeona del mundo. Como lo consiguió se demostró a sí misma y a su padre que lograría vivir del deporte: «En otras competiciones puedes compaginar el estudio pero con el windsurf es muy difícil, no te da facilidades el sistema». Cómo será la cosa, recuerda Blanca, que en 4º de la ESO tuvo que recuperar en septiembre la asignatura de Educación Físca que le habían cateado por no poder asistir a clase a causa de sus entrenamientos para las olimpiadas.
Si entrenar es duro y estudiar casi imposible para una windsurfista de alto rendimiento, de la maternidad ni hablamos. Pero Blanca sí quiere hacerlo, porque para ella ha sido también muy complicado tener a su hijo. Se quedó sin patrocinadores y tuvo que volver a reiniciarse para poder estar en Tokyo en 2021. Noah, que ahora cumple 5 años, ya ha dado la vuelta al mundo acompañándola en sus competiciones:
BM.- Yo lo tenía claro desde el principio. Quería ser madre joven y experimentar también lo que se me había inculcado: que mi hijo sintiese conmigo el deporte, me acompañase a las competiciones, vivir el deporte como otra etapa siendo madre. No tener que elegir, como le pasa a la mayoría de las mujeres deportistas, entre ser madres o seguir con tu carrera, ya que no cuentas con ningún tipo de facilidades para compaginar las dos cosas.
«Nuestro trabajo es hacer mucho ejercicio físico, algo que compaginar con la logística familiar, tener hijos, cuidarlos, etc. es complicado. Casi todas las chicas eligen terminar su carrera deportiva para poder ser madres».
ROMPIENDO BARRERAS
Poco a poco esta deportista andaluza, junto con otras compañeras que han sido madres, están abriendo puertas y rompiendo barreras para exigir que se normalicen estas situaciones : «que haya amparo y ayudas -dice- a la hora de poder tener tu familia, tus hijos y poder entrenar para unos juegos olímpicos».
Se trata de mujeres conscientes de lo injusto de pertenecer a un deporte individual que no tiene paro, por lo que el año que se quedan embarazadas pierden la beca. Al no competir es como si dejaran el deporte:
BM.-«Los patrocinadores se retiran porque como porque no podemos competir y ganar premios, no ingresamos. Es anular todo lo que has conseguido y sacrificarte por tener un hijo. El estado se limita a darte una beca anual de 1200 euros por su nacimiento y te deja a merced de tu Federación. No hay un protocolo establecido: estamos en manos de lo que piense un señor, el presidente de tu federación o de tu club, que puede o no gustarle que haya una embarazada en el equipo.
«Una mujer que se queda embarazada en un quipo deportivo es un problema y eso no puede ser».
Blanca y otras mujeres deportistas están exigiendo que la situación cambie. Quieren saber a qué atenerse, contar con una normativa, un protocolo con el que puedan calibrar lo que van a encontrase si deciden quedarse embarazadas: ayudas, tiempos, regulación, nivel del rendimiento… «y ya veremos si nos cuadra o no», dice.
«El mayor problema al que me he enfrentado por ser mujer en el deporte es el de la maternidad. Es un tema tabú que poco se está abriendo porque hay muchos casos.»
Le toca al Consejo Superior de Deportes actualizar su plan Mujer y Deporte. A a día de hoy se están moviendo cosas: «en 2022 no se puede ser tan antiguo», dice Blanca Manchón. Y es que los mejores años deportivos de las mujeres coinciden con sus mejores años para la maternidad. «Deben sacrificarlo todo cuando se podrían hacer perfectamente las dos cosas», insiste esta deportista de élite nacida en Triana.
BM.-«Hay que modernizarse. Tener un programa -igual que cuando un futbolista se lesiona de la rodilla y está nueve meses de baja: se le mantiene el sueldo, tiene su tiempo de rehabilitación, etc.- para que al final, sabiendo que ya tienes establecidadas determinadas condiciones, puedas decidir con más libertad sobre tu maternidad.»
«En la sociedad que me encontré una buena deportista que se queda embarazada se tiene casi que esconder, y si después vuelve y tiene resultados, ahí tenemos ya a la ‘mami’ deportista«.
Aparte de este asunto de vital importancia para una mujer, Blanca Manchón asegura que en su deporte, el windsurf, no ha sufrido problemas de machismo: «En el mar los hombres y las mujeres padecemos las mismas condiciones de vientos y de olas. En eso es un deporte igualitario».
MS.- ¿Y hablando de vientos, levante o poniente?
BM.-El levante me encanta. Es un viento más cálido y fuerte, divertido. Pero el poniente con su ola larga también es precioso, los dos me van bien.
A ellos se enfrenta asidua e indistintamente en la bahía de Cádiz esta windsurfista integrante del equipo de vela del CN Puerto Sherry. Las aguas del Puerto de Santa María se las conoce a la perfección desde muy pequeña porque, aunque hizo sus primeros pinitos sobre la tabla en el Guadalquivir, sus padres enseguida se compraron una casa en tierras gaditanas para poder navegar siempre que pudieran. Blanca está convencida de que el secreto del windsurf andaluz, cuyo nivel ha conseguido hitos históricos, está en la bahía de Cádiz.
BM.-Lo bueno de la bahía es que tenemos muchos tipos de viento, de olas… de condiciones que, al final, hacen que salgan deportistas muy completos/as. Los equipos se vienen a entrenar aquí porque ofrece mucha variedad, tienen situaciones muy diferentes para practicar. Somos varias las campeonas andaluzas -entre ellas sus grandes competidoras, las también sevillanas, Marina Alabau y Pilar Lamadrid– porque nuestros diferentes vientos y el buen clima te permiten entrenar todos los días del año. Además, tenemos la suerte de contar con muy buenas instalaciones para practicar el deporte profesional de la vela. Es un lujazo disfrutarlo en la bahía.
El último triunfo de la windsurfista de la calle Castelar, bética para más señas, fue el pasado mes de octubre en aguas de Hondarribia (Guipúzcoa). Se proclamó campeona de Europa 2021 de Raceboard al imponerse en el Campeonato del Mundo Máster y Europeo absoluto de la especialidad, destacando entre sus rivales varones.
También se clasificaron en el campeonato guipuzcoano su hermano Curro y su madre, Mª Antonia Domínguez. Una mujer que sin duda les ha impregnado a ambos su sello y su amor por el mar, pues remonta olas desde muchos años antes de que nacieran e incluso llevó a Blanca navegando en su vientre hasta los seis meses de embarazo.
Y así, treinta y cuatro años después y con su hijo al lado, Blanca se prepara para el oro de París. Quiere vivir del windsurf profesional todavía muchos años, aunque como le recomendara su padre, cuente ya con un Plan B que le permite estar tranquila, una clínica de Fisioterapia y Rehabilitación en el centro de Sevilla que dirige su marido. Tiene en mente sugerir al Ayuntamiento la creación de una escuela municipal de Windsurf -como la que había a orillas del río cuando ella aprendió- para que los niños y niñas puedan practicar este deporte en el Guadalquivir como actividad extraescolar. Además de todo eso Blanca Manchón no ha dudado en abanderar Mujeres del Sur en estos días tan especiales de cambio de año. Una mujer completa.
Nani Carvajal
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