DEL JUEGO A LA PESADILLA
- El 60% de las niñas y adolescentes de todo el mundo han sufrido ciberacoso.
- Amparados en el anonimato, los acosadores campan a sus anchas en las redes sociales.
- El confinamiento ha agravado los problemas de salud mental generando ansiedad en personas que nunca la padecieron.
Las redes sociales han supuesto una revolución en la comunicación entre las personas en cualquier rincón del planeta. Es indudable que facilitan la interconectividad, lo que es altamente positivo, pero también es cierto que tienen un lado oculto capaz de hacer daño e incluso de generar nuevas formas de violencia. Así lo asegura la psicóloga, María Arconada, en su perfil de Twitter (@nefesh_) desde donde realiza un ejercicio de difusión para “gente corriente”:
-“Creo que algunas facilitan el acoso y derribo, y el uso de discursos más irónicos, ponzoñosos y sangrantes como, por ejemplo, Twitter. Aun así, no pienso que sea muy diferente con respecto a lo que vivimos en nuestro día a día. Es un lugar de encuentro y se tiene que tomar como tal”.
Y es que el acoso en las redes sociales es una realidad. Según los últimos datos oficiales recogidos en la Macroencuesta de Violencia Contra la Mujer del año 2019, el 18,4% de las mujeres residentes en España de 16 años o más han recibido insinuaciones inapropiadas, humillantes, intimidatorias u ofensivas en Facebook, Twitter e Instagram. Asimismo, el 15,9% ha recibido correos electrónicos, mensajes de WhatsApp o de texto sexualmente explícitos inapropiados, que les han hecho sentir ofendidas, humilladas e intimidadas.
¿Cuál es la razón que propicia este comportamiento? ¿Por qué cada vez más las redes sociales se convierten en dañinos escaparates plagados de amenazas o insultos? Tamara Gómez, que es psicóloga y tiene un perfil en Instagram (@psico.tam) dedicado a divulgar contenido sobre bienestar, autoestima y conducta alimentaria con perspectiva de género, lo tiene claro:
-“Desde el anonimato es mucho más fácil pasarte de la raya. Se está llegando al punto de despersonalizar a la persona porque hay gente que piensa que como es famosa ya existe el derecho de meterse con ella”. «Falta educación, añade, ya que esto se tendría que tratar desde los centros porque tener un usuario en redes sociales no da derecho a insultar a una persona. Nadie va por la calle insultando a otras personas, ¿por qué por las redes sociales sí? Porque se aprovechan del anonimato”.
Las chicas encabezan la lista de víctimas del ciberacoso. Tanto es así que el 60% de las niñas y adolescentes de todo el mundo han vivido alguna experiencia de este tipo (1). En España, el 88% de las encuestadas señala que ellas u otras chicas de su entorno se han enfrentado a más de una forma de ciberacoso. Las más habituales, insultos y lenguaje ofensivo, que el 77% de las encuestadas dice haber recibido “muy frecuentemente”. Un 62% afirmó haber sido acosadas principalmente por su apariencia física y la red social donde se han detectado más casos de ciberacoso en España es Instagram, con un 35% del total.
REDES SOCIALES Y SUCICIDIOS
Hablar de la influencia de las redes sociales en la salud mental obliga a mencionar también la realidad que sufre España respecto al suicidio. El último caso conocido ha sido el de la actriz Verónica Forqué. Mientras se recuperaba de una fuerte depresión, la artista concursaba en Masterchef. Durante varios programas mostró sin censura los altibajos de un trastorno que se agravó por las durísimas críticas de los espectadores en redes sociales. Incapaz de superar el rechazo, la actriz se quitó la vida y puso de nuevo sobre la mesa una realidad social que muchos consideran tabú. Pero las cifras están ahí…
Según la Fundación Española para la Prevención del Suicidio, en España se producen 11 suicidios al día y uno cada 2 horas y cuarto. Es la primera causa de muerte no natural entre los jóvenes de 14 y 19 años en nuestro país. “El dato es desolador, desde que yo me he levantado se han suicidado dos personas”, agrega la psicóloga Tamara Gómez. “El suicidio no es un síntoma de un sistema socioeconómico que falla. El suicidio es una realidad coherente con él”, puntualiza María Arconada.
La situación se agrava, según los expertos, ante la pasividad de las instituciones públicas
-“Se les llena la boca a todos cuando dicen que es importante la salud mental, que pidan ayudan, pero no se toman medidas. Salud mental no es solo meter dinero en la partida de sanidad, que también, sino tener un sueldo digno y la posibilidad de acceder a una vivienda, no solo un cartel bonito de prevención contra el suicidio”, afirma Tamara. “El psicólogo está muy bien llegado cierto punto, pero solo esto es un parche, la realidad es la que está empujando en masa a generaciones a quitarse la vida. Lo que hay es meramente postureo y subirse a un carro que suena atractivo”.
Las psicólogas aseguran que la actual situación laboral de los jóvenes también repercute en el aumento de los trastornos mentales, sobre todo entre las familias trabajadoras de clase media. Ellas son las que más han sufrido también durante el obligado confinamiento de la pandemia. Una situación excepcional que ha vuelto a poner sobre la mesa la fragilidad de la salud mental y la necesidad de buscar soluciones que acaben con la pesadilla de enfermos y familiares.
EN CARNE PROPIA
Ana (nombre ficticio) recuerda con más claridad de la que le gustaría el ciberacoso que sufrió hace unos años. Alguien quiso humillarla difundiendo en redes sociales un video falso dcon connotaciones sexuales en el que se aseguraba que la protagonista era ella. “Lo consiguió. Cuando me enteré por el mensaje de una amiga sentí que el mundo se me venía encima. Era consciente de que no era yo, pero no tenía ningún control sobre la situación. Empecé a llorar como si no hubiera un mañana. Llamé a mis padres y les conté todo, mi amigo no me dejó dormir sola en casa. Esa noche fue el principio del fin, ya que la justicia no me ayudó y el caso se archivó, sin que supiera nunca quién empezó esa pesadilla… Todavía me pregunto qué le hice a esa persona para que me jodiese la vida de esa manera a mí y a mi familia”.
EL CONFINAMIENTO HA AGRAVADO LA SALUD MENTAL
La pandemia ha marcado un punto y aparte en el tratamiento y la consideración social de las enfermedades de salud mental. La incertidumbre y el aislamiento han provocado no solo un considerable aumento de casos, también ha abierto la puerta a tratar, de ttu a tu y sin connotaciones negativas, una enfermedad que hasta ahora avergonzaba tanto a pacientes como a familiares.
La sociedad ha empezado a hablar y a compartir experiencias sobre depresión, ansiedad y otros trastornos psicológicos. Los medios de comunicación y las redes sociales también se han hecho eco de ello. En el marco político, Iñigo Errejón, diputado de Más País, ha sido uno de los primeros en dar visibilidad al problema de forma pública, poniendo el acento en la falta de recursos del sistema sanitario, la medicalización del dolor y su desacertado y peligroso tratamiento en las redes sociales.
TIPOS DE ACOSO
Happy slapping: Grabación de una agresión física, verbal o sexual a un menor, que se difunde y comparte a través de Internet , por Whatsapp, en redes sociales o en una página web.
Grooming: consiste en el engaño o abuso sexual online por parte de un adulto hacia un niño o niña.
Sexting sin consentimiento a menores: envío de fotografías o conversaciones de menores con contenido erótico a terceras personas, sin el consentimiento del menor.
La situación es delicada y necesita ser visibilizada con seriedad, dejando a un lado la intención de conseguir el aplauso fácil en la esfera pública y las redes sociales. Estas últimas suponen una variable que influye, y mucho, en la salud mental, como ha puesto de manifiesto Frances Haugen. Esta ingeniera informática, extrabajadora de Facebook, demostró que los responsables de la multinacional conocían los efectos tóxicos que sus redes sociales tienen en la población (sobre todo en los adolescentes) y denunció que no hacen nada para solventarlo.
Texto: Isabel Perea
Ilustraciones: Belén Calle Domínguez
(1) datos del informe “(In)seguras online: experiencias de las niñas y las jóvenes en torno al acoso online”, elaborado por la ONG Plan InternationaL.