TITO BERNI O EL ENGAÑO A LAS MUJERES.
No sé a ustedes, pero a mí cada vez que este putrefacto asunto del Tito Berni sale en conversación me entran ganas de vomitar. Lo mismo les pasa a otras muchas mujeres que, como yo, empiezan a tener las tragaderas llenas. Que un tipo representante del pueblo utilice el Congreso de los Diputados y Diputadas para vacilar de poder ante empresarios tan corruptos como él, pase. Que sus muestras de influencia se traduzcan en contratos tramposos o trapicheos varios, que le permitan obtener dinero o prebendas de estos productores, no nos espanta. No sería la primera vez que sucede algo semejante en la Cámara Baja, en la Cámara Alta o en cualquier sede parlamentaria o fuera de todas ellas: sobre la corrupción y sus innumerables métodos ya disponemos de demasiados inventarios, nada nos sorprende a estas alturas. Pero que el tipo en cuestión levante la mano por la mañana para votar la abolición de la prostitución como le exige su partido y por la noche se vaya de putas con facturas a cargo, precisamente, de los empresarios a los que, en aras de su influencia, les facilita favores a cambio de recompensas económicas nos coloca es la depravación más absoluta de lo ilícito. El no va más del envilecimiento. Y las mujeres, sobre todo las feministas, no podemos tolerarlo.
El Tito Berni es un sinvergüenza como la copa de un pino, un putero, un corrupto, un machista, un nepotista y además, un mentiroso, como también lo ha llamado la jueza canaria que le tomó declaración la semana pasada.
Su partido, el PSOE, hizo bien en retirarle las credenciales de diputado en cortes «tan sólo 16 horas después » de que se conociera la trama corrupta en la que estaba liado con empresarios canarios -que se sepa de momento-, altos cargos del Gobierno de las islas e incluso un general retirado de la Guardia Civil, que por cierto, es el único encarcelado hasta el momento.
Al gobierno más feminista de la historia se le escapan los trajines de los machistas más chirriantes de la democracia. El caso -conocido como «Mediador» porque ha sido el buscón que actuaba de intermediario el que lo ha confesado todo- llevaba investigándose desde 2021 pero hasta hace dos semanas sentaba sus posaderas en el Congreso como representante del pueblo soberano el mayor de sus puteros: Juan Bernardo Fuentes, alias Tito Berni. El muy bellaco tenía la pervertida costumbre de rematar en prostíbulos de lujo las negociaciones corruptas que mantuvo durante años con empresarios tan indecentes como él y que orquestaba el «Mediador», Marco Antonio Navarro Tacoronte.
Tito Berni invitaba también a las «convidás» de sus putas pagadas por los empresarios, cuyo «menú» previamente elegía a través del «catálago» que les proporcionaba el hediondo Tacoronte, a su sobrino Thaiset Fuentes, a quien había colocado en el mismo cargo de Director General de Ganadería del gobierno canario que él tuvo que abandonar al ocupar escaño en el Congreso ¿Nepotismo democrático se llama la figura? Las imágenes del ex diputado Juan Bernardo Fuentes y de sus colegas de felonías acompañados de prostitutas han sido recogidas en televisiones y publicaciones de ámbito nacional.
El sobrino y otro alto cargo más del ejecutivo de las islas han tenido también que dimitir de sus cargos por sus fechorías en la trama corrupta que investiga la jueza nº4 de Tenerife, María de los Ángeles Lorenzo-Cáceres. En su poder están numerosas horas de grabaciones realizadas por el mediador Tacoronte, –«por si acaso», dice su abogado- entre las que se incluyen cenas de Tito Berni con otros diputados socialistas -pagadas en parte por los mismos empresarios corruptos- cuyos nombres aún no se han confirmado a pesar de la investigación interna iniciada por el PSOE que llega demasiado tarde. Quiénes sean o cuántos sean «qué más da», dice Patxi López, mientras el Ministerio de Igualdad no abre la boca.
No quiero caer en la insensatez de afirmar que existan otros Titos Berni camuflados de diputados feministas en nuestras cámaras de representación popular, pero me gustaría tener la certeza de que no es así. Desde que el caso ERE, aquí en Andalucía, permitió descubrir las corruptelas de la FAFFE, Fundación de la Junta para la Formación y Empleo, en la que su director Fernando Villén desvió mediante tarjetas black más 32.000 euros a gastos en prostíbulos desde 2004 a 2008, no atisbaban nuestros ojos semejante indencencia política ni mayor hipocresía machista.
Los Titos Berni o los Villén no son asesinos de mujeres -como los machistas extremos- pero dan al feminismo los mazazos más sonados. Logran que se pierda la credibilidad en las políticas de Mujer que se aprueban en el Parlamento y la confianza en los políticos que las votan. Permiten a la sociedad constatar el fariseísmo de la política, la doblez de sus representates elegidos en las urnas, sus falsas proclamas progresistas, la patraña de su feminismo de postureo, el cinismo del discurso de los que iban a mejorarte la vida, su traicionera codicia, su desprecio hacia los derechos humanos que simboliza la prostitución y la cosificación de las cortesanas en catálogos puteros y, lo que es peor, su gran engaño a las mujeres de este país empezando por las propias ministras del Gobierno y compañeras de escaño de todas las siglas políticas.
Nani Carvajal