LAS VIOLACIONES A MUJERES SE ESTÁN PRODUCIENDO YA EN LAS GRANDES CIUDADES INVADIDAS POR EL EJÉRCITO RUSO
Mucho han tardado los titulares de los medios en dar cuenta de las violaciones contra mujeres que se están produciendo en las grandes ciudades ucranianas nada más ser invadidas por el ejército ruso. En Jerson, al sur, se denunciaban 11 violaciones hace unos días y 6 mujeres asesinadas:
-“Me lo contaron personas que conozco desde hace mucho tiempo. Me dijeron que, a una chica de 17 años que yo conocía, le ocurrió y luego la mataron”, dijo por televisión un famoso presentador. «Estamos aterrorizados y asustados, pero no nos vamos a rendir”.
También lo ha denunciado en Londres el pasado viernes el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, acusando a soldados rusos de haber cometido violaciones de mujeres en ciudades ucranianas.
-«Cuando las bombas caen sobre las ciudades, cuando los soldados violan a las mujeres en las ciudades ocupadas, y tenemos numerosos casos, lamentablemente… cuando los soldados rusos violan a las mujeres en las ciudades ucranianas, es difícil, por supuesto, hablar de la eficacia del derecho internacional». afirmó Kuleba.
«Desnazificar Ucrania», como quiere Putin, era esto. Las atrocidades del ejército son ya un elemento fijo en las miles de crónicas que se ofrecen a diario de esta guerra tan injusta como la que más, en la que de además de violar a mujeres se bombardean hospitales, centros sanitarios, se impiden los corredores humanitarios y se ven escudos humanos donde hay mujeres pariendo y niños enfermos. La situación humanitaria es crítica especialmente en lugares como Mariúpol, ciudad en la que se encuentran atrapadas miles de personas, sin luz, sin agua, sin gas. Se habla ya de dos millones y medio de refugiados.
Mientras en Rusia , la economía se está axfisiada tras la respuesta de los aliados europeos y Estados Unidos. . La censura es absoluta. Los precios se han disparado y el caos bancario es enorme. Las multinacionales dejan el país y los medios oficiales siguen con su propaganda de que su ejército en Ucrania se comporta como angelitos del cielo y su único objetivo es «desnazificar Ucrania». Las imágenes reales de la guerra están prohibidas y nadie habla de la crudeza de esta invasión. Y mucho menos de los crímenes contra las mujeres.
Son ellas, como siempre, las grandes víctimas de cualquier contienda y el objetivo más fácil para los ejércitos y el ruso no podía ser menos. La violación como arma de guerra la practicaron los soldados desde la antigüedad. Se la disfrazaba a veces de “limpieza étnica” y, en innumerables casos, las mujeres además eran convertidas en esclavas sexuales durante años. Sólo en la Segunda Guerra Mundial se denunciaron 860.000 violaciones de mujeres alemanas. Como principal inculpado se señaló al ejército soviético cuando las tropas aliadas entraron y ocupatron Alemania. Pero también participaron en estos crímenes tropas estadounidenses y francesas. En Berlín, el 5% de los “niños de la guerra”, la generación de mediados de los 50, nació de mujeres no casadas y como consecuencia de aquellas violaciones.
Por su sencillez y claridad en la forma de resumir la violenta agresión que para las mujeres supone cualquier guerra, Mujeres del Sur se hace eco desde aquí del editorial emitido en el programa feminista de RNE 5, «ELLAS PUEDEN», (3/5/2022), por parte de su directora, Marta Pastor:
ELLAS PUEDEN
«¿Saben una cosa?»
«Hay una guerra ahí fuera, y como todas las guerras será devastadora para todos y todas, pero especialmente para las mujeres. Lo primero que les voy a recomendar es que vean el documental de Hernán Zin, “La guerra contra las mujeres”, que a pesar de ser de hace unos años desgraciadamente no se ha quedado viejo.»
«En las pasadas guerras de hace bien poco, los abusos sexuales contra las mujeres se convirtieron en un arma contra el enemigo. Las mujeres como campo de batalla. El cuerpo de la mujer ha sido utilizado por las distintas fracciones en guerra, sin distinción alguna: Rebeldes, ejércitods, oficiales, paramilitares o frentes de liberación. Todos ellos han visto en el abuso sexual una de las armas más poderosas y devastadoras que pueden utilizarse.»
«Los abusos no solo destrozan y arruinan la vida de la víctima, que ya nunca podrá ser igual, sino también la de la comunidad, la del resto de mujeres aterrorizadas por una posible violación, obligadas a marchar y a huir por miedo a ser la siguiente.»
«¿Saben una cosa?»
«Más de 40.000 fueron las mujeres violadas durante los 3 años que duró la guerra de Bosnia y nadie movió un dedo para a reparar este tema, si es que tiene alguna reparación. Y cuándo acabó la guerra los responsables fueron acusados de delitos contra la humanidad pero no de delitos sexuales. El jefe del ejército serbio, a pesar de ser identificado por cada una de esas víctimas de abusos sexuales, fue absuelto por estos hechos porque entonces nadie consideró un delito la violencia sexual. Después sí, y ya ha pasado bastante tiempo, el tribunal internacional sí que considero esos abusos y violaciones como delito y como herramientas de genocidio, pero a pesar de esta sentencia, los abusos y la violencia contra las mujeres siguen efectuándose en las guerras y siguen siendo impunes ante una comunidad internacional que pasa del tema, porque tienen otras cosas en las que pensar.»
«Por eso conviene volver a ver «La guerra contra las mujeres», un documento excepcional de denuncia , un trabajo documental que da visibilidad a aquellos rostros que la historia y los grandes titulares ignoran. Ono Mujeres -sepan ustedes- ha decidido quedarse sobre el terreno, en Ucrania para, precisamente en la medida de lo posible, vigilar que estas aberraciones no se produzcan. Pero, tal vez para que esto no ocurra, nosotros, la sociedad civil, ha de jugar un papel mucho más activo y más comprometido. En vez de estar tan preocupados por si vamos a tener o no calefacción central o si van a bajar nuestros fondos de inversión o si va a subir la gasolina, tendríamos que estar pensando en el sufrimiento de una sociedad aplastada por una invasión arbitraria propiciada por un sátrapa. Las guerras no son buenas para nadie, pero la historia dice que las mujeres siempre llevamos las peores consecuencias de los conflictos bélicos.»
«Piensen en ello esta semana»
Mujeres del Sur