EL PUEBLO LA DESPIDE EXPECTANTE ANTE EL REINADO DE SU HIJO CARLOS III
.-El día del entierro de la reina Isabel II el Reino Unido paraliza completamente sus actividades.
.-Sus restos reposarán definitivamente en la Capilla del castillo de Windsor, junto a los de su marido el duque de Edimburgo.
.-El pueblo británico manifiesta sentimientos encontrados sobre el sucesor de la reina, su hijo Carlos III, y se levantan voces pidiendo que abdique en su nieto Williams.
(Actualizado, 19/09/2022)
Después de recorrer más de 800 kilómetros desde Balmoral (Escocia) a Londres, el féretro de Isabel II reposó cuatro días en el emblemático Westminster Hall tras una corta estancia en Buckinghan Palace, antes de su funeral de Estado del lunes 19 y su entierro definitivo en la Capilla del castillo de Windsor ese mismo día. Su capilla ardiente ha sido visitada por miles de personas llegadas de todos los puntos del Reino Unido y de otras partes del mundo.
La Abadía de Westminster es, once días después de la muerte de Isabel II, el centro del poder mundial al reunir desde las once de la mañana la representación de unas 500 jefaturas de Estado. Asisten además unos 2.000 invitados. Solo faltarán a la cita porque no se les ha enviado invitación las delegaciones de Rusia, Siria, Afganistán, Venezuela, Siria, Nicaragua, Corea del Norte e Irán. Tampoco estará presente el Papa Francisco. Y Entre las numerosas Casas Reales se encuentra la española representada por Felipe VI y la reina Letizia. Ambos han coincidido con los reyes eméritos, Juan Carlos y Sofía, que han sido invitados personalmente al ser familia cercana de la fallecida.
Desde que murió en Balmoral el 8 de septiembre, sobre Isabel II se han escrito millones de líneas y expuesto miles de opiniones y consideraciones. Su reinado, de 70 años, el más largo de la historia británica, ha sido intenso en acontecimientos, cambios políticos, económicos y sociales, no exentos de actuaciones bélicas, procesos de corrupción y escándalos familiares. Un período de estabilidad política y democrática en el Reino Unido, donde la institución monárquica ha sabido mantener en proporción aceptable el respaldo popular, un elemento indispensable para el correcto funcionamiento de una democracia histórica tan especial como la británica.
Mujeres del Sur ha querido recoger el testimonio de personas que se han visto afectadas por el fallecimiento de la monarca inglesa o que han vivido de cerca el largo adiós que desde gran parte del mundo se le transmite:
«CARLOS III DEBERÍA DEJAR EL TRONO A SU HIJO GUILLERMO»
Borja Rodríguez de Medina es malagueño, tiene 38 años y ha vivido 14 años en el Reino Unido. Se marchó a Birmingham en 2005 con el programa Erasmus y allí vivió mientras estudiaba. En junio de 2007 se mudó a Londres, ciudad que abandonó definitivamente en 2019. Durante su estancia como estudiante de Hotelería en la capital británica compartió piso con el que hoy es su pareja, el almeriense Francisco Rodríguez. Actualmente, ambos trabajan en el Hotel Six Senses de Ibiza como Director de Revenue y Auditor respectivamente. Desde allí nos cuentan cómo recuerdan a la reina Isabel II y cómo están viviendo, desde la distancia, sus funerales.
LA REINA
BR: -«Para nosotros la reina siempre ha sido un icono del imperio británico, una institución en si misma, algo que estamos convencidos que nunca volverá a repetirse. No habrá nadie como ella que transmita a la ciudadanía lo que ha hecho a lo largo de todos estos años. La reina representaba a la nación y desde mi punto de vista, era la que mantenía unido al país».
«Durante el tiempo que vivimos en Inglaterra nunca oí a nadie ningún discurso antimonárquico. No se cuestionaba ni la institución real, ni a la reina, como ha ocurrido en España con la familia real, no solo por sus escándalos sino también por la monarquía en sí misma. En el Reino Unido todos éramos conscientes de que Isabel II era la Jefa del Estado, que estaba en el trono por circunstancias familiares, que ella no lo eligió, pero que era leal a su país y siempre mantuvo la compostura. Eso ha sido siempre muy palpable en cualquier conversación con un británico. Todo el mundo le tenía aprecio y entendía su papel, si bien es cierto que también he oído comentarios sobre lo ostentoso de la corona y el gasto público para mantener una institución, a veces, tan clasista».
«Debo decir que a mi no me ha extrañado oír de boca de su nuera, Meggan Markle, que se sintió rechazada por su color de piel. La familia real británica, como todas las familias reales, ha vivido siempre en una burbuja y no es de extrañar que ciertas personas de fuera pudieran manchar la institución.»
«Me ha dado pena su muerte, pero la verdad es que a sus 96 años, poco tiempo le quedaba. A veces se hacían bromas sobre el tema. Por ejemplo, se decía que estaba muerta y la habían sacado del ataud para la foto o también que si era un alienígena…»
FR: -«Mis primeros recuerdos de Isabel II se remontan a la infancia. De niños hacíamos un juego donde elegíamos el nombre de algún personaje famoso de un país y nos declarábamos la guerra unos a otros. Me acuerdo que mi hermana escogió a Isabel II, lanzó la pelota y a mi me sorprendió que hubiera escogido a una mujer y que esa fuera la monarca del Reino Unido. Con el tiempo aprendí inglés y acabé viviendo en Inglaterra donde poco a poco me integré y conocí su cultura, costumbres y tradiciones.«
«El pasado día 8 supimos que estaba en observación médica, lo que ya hizo saltar las alarmas. Volvíamos de la playa cuando lo confirmaron en la radio con ese London bridge is down, la frase que confirmaba la muerte de la reina y sinceramente nos dejó con mal sabor de boca. Creo que nadie puede negar que Isabel II ha sido un ejemplo de responsabilidad, sentido del deber y un símbolo de unión del país. Siempre ha sabido estar en su sitio, en los malos y en los buenos momentos. Ha sido «La Reina” durante parte de los siglos XX y XXI. Nombró a 15 Primeros Ministros de su país, la última dos días antes de morir. Ha conocido a tantas personas públicas, presidentes y políticos de medio mundo, celebridades a largo de su larga vida ,que es indiscutible que ha mostrado su sentido de la responsabilidad hasta el final de sus días. Por supuesto que no va a existir una persona igual que lleve la carga de la Corona como ella lo hizo durante 70 años.»
CARLOS III
BR: -«Creo que la corona inglesa se va a resentir ahora con Carlos III en el trono porque él no tiene, ni de lejos, el mismo tirón que tenía la reina. Sus escándalos y sobre todo, su historia con Lady Di lo ha marcado negativamente. El pueblo británico no lo ve con los mismos ojos que veía a su madre. Y mucho menos a Camila que era «la otra». Yo estoy expectante por ver cómo va a ser su reinado aunque creo, sinceramente, que la corona tendría que haber saltado una generación y pasar al príncipe William, una persona joven con toda la vida por delante».
FR: -«Isabel II le deja a su hijo una pesada carga que ahora tiene que aprender a llevar y gestionar en un momento muy complicado del país. No es lo mismo ser el heredero al trono que ser el monarca. El Rey Carlos ha sido muy polémico por lo que no siempre ha gozado de la simpatía del pueblo. Pero ya se le está juzgando por su humor e incluso por los despidos de Clarence House. Si el rey se muda a Buckingham Palace … ¿por qué tendría que mantener los empleados de su antigua casa? ¿Y no es humano que tenga mal humor cuando acaba de perder a su madre y tiene que llevar a cabo las funciones del Rey exponiéndose en todas las ceremonias y al público mientras hace el duelo por su perdida?».
«Su madre sí entendía su papel de Reina, de cabeza de Estado y de familia. Siempre supo estar en su sitio. La corona que ahora pasa a su hijo es un arma de doble filo porque ella la ha llevado tantos años de forma tan brillante que ahora es difícil que alguien consiga hacerle sombra. La corona ha pasado a quien tiene que pasar que es su hijo que la aceptado. El nieto puede esperar unos años más, siempre y cuando el país decida continuar con la institución y el papel que juega la corona. Si ella decidió que lo correcto era que la corona pasara a su hijo hay que respetar su decisión».
«Por supuesto que William y su mujer cuentan con más simpatía y popularidad, pero creo que la sociedad siempre ha sido injusta con Carlos y Camila. Ellos también sufrieron en su día y aunque arrastraron a Diana con ellos, todos fueron víctimas de la Corona. Al final siguen juntos y quizás merezcan una oportunidad. Incluso la reina lo creía porque decidió que Camila fuera Reina consorte. En cualquier caso, Carlos III afronta su reinado en unos momentos políticos complicados. Y por supuesto se podría abrir otra grieta en el país si se cuestionara la necesidad del Rey. Habrá que esperar para ver que cómo será su reinado, cuánto durará y cómo se desenvuelve.»
LOS FUNERALES
BR: -Estos días he visto mucho la BBC y no hablan de otra cosa, era de esperar que el país se paralizara con la noticia… la televisión ha cambiado toda su programación en señal de respeto. No hay programas de humor porque el país está de luto, y parece que va para largo. Tampoco la BBC ha comentado, por ejemplo, que Carlos III ha despedido a 100 empleados de la casa real o los gestos de mal humor que ha tenido en sus primeras apariciones públicas, temas que la prensa española sí ha contado. Supongo que la autocensura es normal en estos días… A mi me parece un poco exagerado y pomposo cómo están gestionando la noticia, pero quizá es porque en España no somos así.
EL FUTURO
BR: -«A partir de ahora habrá muchos cambios, desde cosas banales como los souvenirs, a los sellos, los pasaportes, los buzones de correos, el dinero… Y ese es un gasto que van a pagar los contribuyentes así que, seguro que habrá críticas. Lo que si está claro es que en Inglaterra, la monarquía y en particular la reina madre, resultaban muy rentables económicamente hablando porque generaban más ingresos que gastos. Ambas han sido, son y seguirán siendo la marca por excelencia del Reino Unido. Como los autobuses de dos pisos, las cabinas telefónicas rojas o el té de las cinco.»
«ES SURREALISTA UN FUNERAL DE 11 DÍAS EN MEDIO DE UNA CRISIS ECONÓMICA TERRIBLE»
La periodista peruana, Rosa Ruíz, vive en Londres hace 21 años. Casada con un británico, trabaja en una organización feminista que aconseja legalmente a las mujeres.
R.R.:-«Desde siempre he sabido de los cuentos y realidades de las monarquías en el mundo, muchas veces involuntariamente. Es posible vivir en el Reino Unido y estar al margen, pero en esta ocasión es imposible. Desde que se anunció el jueves pasado el frágil estado de salud de la reina y luego su fallecimiento, el país entero ha entrado en estado de conmoción total. No hay lugar ni espacio donde no se converse sobre este acontecimiento para muchos de tristeza y duelo nacional, para otros de indignación y repulsa».
«Todos, no importa si estás en contra o en favor de la monarquía, respiran y conversan sobre un tema que los medios nos presentan prácticamente las 24 horas. Cada detalle, desde chismes como si Megan viajara a Balmoral, si Andrew se vestirá de militar, los gestos déspotas del nuevo rey por los bolígrafos y tinta de las plumas, los estilismos y joyas de las princesas, duquesas y demás, hasta todos los detalles del protocolo o las imágenes, a vista de pájaro, de las colas que serpentean el Támesis. Miles de personas que esperan horas para mostrar su respeto, tristeza, ser testigos de un acontecimiento histórico y de paso ver en persona lo que vemos solo en las redes sociales, las revistas o en video, y poder presumir de ese orgullo nacional o de cuento de hadas. Otros más audaces acuden para expresar su desaprobación, con carteles o gritos, pero claro eso no se muestra tanto. A ellos la policía rápidamente los silencia.»
«Y así pasan los días … La ciudad no ha parado completamente, algunos lo viven más que otros, pero el próximo lunes, cuando entierren a la reina, sí se espera que la ciudad se detenga porque ha sido declarado día no laborable. Ya hay anuncios de centros comerciales, centros de salud, cines o teatros, avisando que no abrirán sus puertas. No será un feriado cualquiera; ese día el país entero se paralizará».
«Personalmente lo veo surreal. Un funeral de 10 días, en medio de una crisis económica terrible… porque así como hay colas de miles de personas para ver el féretro, desde hace meses las colas de los bancos de comidas crecen, crecen y crecen. Este invierno muchísima gente no tendrá cómo abrigarse en sus casas. A mí personalmente eso si me estruja el alma. Pero claro, esa es la realidad, el día a día. Quizá, durante diez días, para muchos es mejor escapar de ella y sumergirse en esta especie de Macondo inglés.»
¿EL FINAL DE LA ERA ISABELINA EN AUSTRALIA?
Tom Shadow trabaja desde Melbourne (Australia) como business manager para Pellucid Associates, una compañía que ofrece soporte de información, crecimiento y transformación a pequeñas,medianas y grandes empresas. Esto es lo que dice a Mujeres del Sur:
T.S.: -«Esta ha sido una semana extraña para los australianos que se despertaron el sábado con una ola de sombríos reportajes contados por periodistas vestidos de negro. Muchos comentaristas se preguntaban por qué la muerte de una anciana de 96 años en la lejana Escocia acaparaba los titulares y las noticias, mientras se cancelaban las competiciones deportivas y se suspendía la actividad del Parlamento durante quince días».
Izqda: colas para dar el pésame en la casa del gobernador de Melbourne. Dcha: en Sidney la bandera ondea a media asta.
«La muerte de la reina Isabel II ha puesto en marcha apresuradamente una serie de actos oficiales a lo largo y ancho de Australia. Coronas de flores, banderas a media asta (incluída, para sorpresa de muchos, la bandera aborigen) y el próximo 22 de octubre, día de luto nacional.»
«Mientras los brtánicos hacen colas kilométricas para despedir a su reina en Londres, Australia vuelve poco a poco a su habitual apatía hacia esa jefatura de Estado distante en el pasado y el presente. Muchos comentaristas y líderes sociales reconocen la reputación y la positiva contribución de la reina Isabel II a la vida pública australiana, pero otros han expresado abiertamente su deseo de que su muerte reabra el debate sobre la monarquía en el país. Incluso algunos representantes de la comunidad aborigen australiana han destacado el hecho de que la fallecida reina fuese descendiente de quienes colonizaron y subyugaron a la población indígena hace más de 200 años».
«Este cambio de monarca en la Corona británica no sólo podría suponer el final de una era en Australia, sino también el principio del camino hacia un cambio constitucional. Si este movimiento gana fuerza, el país podría convertirse en una República con un Jefe de Estado elegido localmente. ¿Será Carlos III el último rey de Australia?».
LA SOMBRA DE LADY DI ES ALARGADA
El jueves 8 de septiembre Julio de la Vega se enteró de la muerte de Isabel II camino de su trabajo como encargado de la comunicación digital y la boutique de la diseñadora Tracey Neuls, en una oficina situada en el corazón de Marylebone.
J.de V.: -«De repente comenzó a llover muy fuerte y ese fue durante la mañana el tema de conversación. Se acababa el verano. Fue Hannah, una compañera, quien me comentó la noticia. Según ella, ya había fallecido y era cuestión de tiempo que la casa real lo hiciera público a través de un comunicado oficial.«
«Mientras yo intentaba averiguar más a través de las noticias en Google, el contable de la empresa me contaba que su madre y su ex mujer vivían con mucho interés las noticias sobre la reina. Él recuerda que cuando falleció Diana de Gales su ex mujer se quedó hasta altas horas de la madrugada siguiendo las noticias en todos los medios. Luego se pasó una semana llorando cada vez que volvían a relatar los hechos en la televisión o los periódicos. Es curioso, pero hoy todo el mundo menciona aquí cómo vivió aquelos días la muerte de Diana.»
«Antes de irme de la oficina volví a contactar con Hannah, ese día nuestros asuntos no tenían importancia, los dos queríamos hablar de la reina. Yo quería saber más y a ella le encantaba tener las últimas noticias, aunque las fuentes no siempre fuesen fiables. De camino a casa se confirmó la noticia en Twitter. Eran las 18,30 cuando leí la triste noticia. Hannah tenía razón.»
«Sabía que la noticia tendría un gran impacto y, en efecto, todos los medios y las televisiones mostraban un tremendo pesar. Incluso recibí un mensaje de Selfridges, uno de los grandes almacenes más populares de Inglaterra, en el que comunicaba que por respeto a la reina no abrirían sus puertas al día siguiente.»
«Y ese día, de camino al trabajo pude ver en todas las marquesinas de autobuses una fotografía de Isabel II. Ese día no habría publicidad. Muchos comercios, supermercados, restaurantes, hoteles o bufetes de abogados enseñaban fotografías de Isabel II como muestra de sus condolencias. ¿Cómo les había dado tiempo? Quizás lo tendrían preparado, quise pensar.»
«En la oficina ese día fue no había más tema de conversación. Es cierto que algunas personas jóvenes se mostraban indiferentes a la noticia, alegando que ella nunca había hecho nada por ellos y que no sentían especialmente su muerte, como Bryn, un chico de provincias que lleva en realidad poco tiempo en la gran ciudad. Otras chicas jóvenes como Laura decían que la responsabilidad de la reina fue enorme, ya que tenía su edad cuando heredó la corona y ella misma no se vería preparada para tal acontecimiento hoy por hoy. Como yo quería saber más iba preguntando a unos y a otros. Una compañera de unos 45 años me contaba que en su grupo de familia en WhatsApp no se habla de otra cosa, que estaban planeando ir al Buckingham Palace y llevar flores con su correspondiente mensaje. También comentaba que los más jóvenes de la familia se mostraban más indiferentes. Es interesante, como apuntaba Sarah, que según la religión los funerales juegan con distinto tempo. Ella es judía y aseguraba que bajo ningún concepto un fallecido puede ser enterrado más tarde de las 48 horas, haciendo alusión a las dos semanas de media que transcurre entre que alguien fallece hasta que se celebra el funeral aquí en Reino Unido».
«Cuando salimos de trabajar aquel viernes, en lugar de irnos a tomar algo al pub de la esquina como es habitual, una compañera sugirió ir al palacio para llevar flores y ver el despliegue de medios. Decidimos ir, pero fue muy difícil encontrar flores. Todos los puestos estaban agotados, aunque conseguimos hacernos con uno tras diez intentos, sin exagerar. Atravesando Green Park para llegar a palacio ya empezamos a percibir un gran bullicio, y lo pudimos comprobar cuando conseguimos hacernos hueco y llegar a palacio. Me resultó curioso que a pesar del número de personas no había apenas ruido. Incluso podía escuchar el aleteo de algunas palomas que estarían frustradas por no poder hacer su vida habitual en la plaza frente al palacio. Corresponsales de todo el mundo ocupaban la zona de prensa. Cada cinco metros había un periodista haciendo una conexión en directo para su país.»
«Vi a muchas personas llevar flores, y dejarlas donde buenamente quedaban huecos, con lágrimas en los ojos. Como yo estaba tomando fotografías y observando me alejé un poco de mis compañeros de trabajo. Entonces una señora que lloraba desconsolada a mi lado rompió en un momento determinado su silencio para contarme que la reina para ella era un referente. Un ejemplo de mujer que es capaz de desempeñar sus funciones de forma impecable y salir airosa de todos los escándalos familiares, dijo. También que sentía mucha pena por William, Harry y Kate. No por Meghan. Un sentimiento que también pude apreciar en algunos de los mensajes en los que estaban esos tres nombres, pero no el de ella. Le pregunté por Meghan. Y quiso hacerme creer que como era americana no podría sentir del mismo modo que Kate la pérdida de la reina.»
«Desde entonces no existe nada más en este país. Hasta el día del funeral, el próximo 19 de septiembre, que se ha decretado día festivo nacional. la ciudad estará volcada en la reina. Hoy mismo Paul, el contable de mi oficina, me comentó que iría a visitar la capilla ardiente de la reina porque a su madre le hacía ilusión, a pesar de las 8 horas de cola. Le deseé suerte».
«Ya nadie habla de la inflación, de la subida de los alquileres que ya alcanzan precios prohibitivos en Londres, de los conflictos bélicos que siguen marcando la historia de nuestro continente y el resto del mundo… Ahora mismo todas las energías están puestas en la reina y en el nuevo rey. Todo el mundo tiene sentimientos encontrados ya que él no es tan popular como su hijo William, pero no puede marcarse un Rey Juan Carlos y abdicar en su hijo así como así. No es una opción. Claro que hay alguien que lo tiene peor, y es su esposa, Camila. La gran odiada. Ahora ya no podrá estar más en ese cómodo segundo plano.»
«Hay un nombre que sale y vuelve a salir una y otra vez. La figura que marcó varias generaciones y que a pesar de tantos años de su desaparición aún está muy viva en sus corazones: Lady Di. Todo el mundo siente que en estos momentos sólo podría consolar a esta nación el saber que la corona recaería sobre ella.
La muerte de Isabel II ha hecho que la gente eche de menos a Diana más si cabe, pero es que aquí todos siguen hablando de ella un cuarto de siglo después. Dicen que él también se lo merece, que lleva toda la vida esperando, que ha tenido tiempo para prepararse… Pero lo que no ha conseguido, y quizás es porque carece de ese talento, es el cariño de todos, cosa que hizo Diana sin esfuerzo, y consiguió Isabel II. Ese es el reto que tienen por delante el pobre Carlos III y la odiada Camila. Falta papel couché para todo lo que se viene. Ya habrá tiempo de ver si la nueva Primera Ministra es un cambio a mejor. Pero lo primero es lo primero, y la muerte de la reina es como si hubiera fallecido la bandera de Reino Unido, la Unión Jack. No hay nada más británico que ella, que aúne todos sus valores y deseos. Para los británicos, el nuevo rey no refleja esos valores, así de simple. Sus mayores iconos son MUJERES».
Coordinación: Sara Ramos
Fotos de Londres: Julio de la Vega