ROSA OLUCHA, UNA MUJER CON ALTURA DE MIRAS.
Por Inés Bonilla.
La única forma de superar un tsunami es estar por encima de la ola, y que no te llegue la fuerte corriente con sus artefactos flotantes y lesivos. No cabe la esperanza de evitar o eludir el daño que nos hace toda la basura que arrastra el agua, así que si se produce cerca de ti, súbete a lo más alto.
Algo muy parecido puede aplicarse al caso en el que, el fenómeno dañino, sea el delito de una filtración de imágenes íntimas a las redes sociales. Le ha ocurrido al actor Santi Millán, que se ha visto sorprendido por la publicación de imágenes suyas, difundidas sin su consentimiento, de prácticas sexuales con una pareja distinta a su compañera sentimental.
El tsunami de reacciones, opiniones, apreciaciones y puntualizaciones que se producen a raíz del delito, sólo puede superarse si se está por encima de la situación concreta, y se elabora una respuesta serena y con profundidad, poniendo el énfasis en lo que realmente tiene importancia, que no es otra Scosa que la violación de un espacio personal; y desde luego, nunca entrando en la valoración pública de las imágenes concretas, ya que esto último llevaría a un debate público entre las partes afectadas, que supondría una nueva exposición de intimidades y más daños.
La reacción del actor ha sido exclusivamente de rechazo a la publicación de su intimidad, sin ir más allá, ni entrar en la explicación pública de las mismas. Lo que es de aplaudir. Pero también es digna de aplauso y más si cabe, la reacción de su mujer, Rosa Olucha, quien lejos de adoptar el papel de víctima, reserva ese papel para su marido como afectado y pone el énfasis en el delito cometido contra él.
De las declaraciones realizadas por Olucha se pueden extraer algunas que son dignas de destacar:
–«Aquí no hay bandos ni propiedades, ni él es mío, ni yo soy suya».
-«Existen muchos tipos de familia».
-«La libertad, el respeto y la tolerancia, son los pilares de nuestro proyecto».
-«Hemos caminado muchos kilómetros juntos, y muchos más separados».
-«Da mucha pereza ver, que a estas alturas, el sexo consentido y privado siga causando escándalos».
-«Sí, señores, la gente folla! Dentro y fuera de la pareja».
Cada una de sus frases son como escalones, que la hacen ascender y distanciarse de las turbulencias del peligroso tsunami, dejándola en una situación más elevada que, seguro, hará que este no la atrape, ni la dañe. Con esta actitud estará sin duda por encima de la mezquindad del delito. Es sin duda una mujer con altura de miras.
Inés Bonilla es bióloga.