LAS MUJERES HEMOS SOSTENIDO SIEMPRE LA SOCIEDAD
.-Medalla de oro de Andalucía, de Sevilla y de la provincia, es doctora en Historia de América y la primera mujer que ingresó y dirigió la Academia sevillana de Buenas Letras.
.-Para las mujeres de mi generación haber podido trabajar ya es un privilegio y que se te reconozca tu trabajo, mayor privilegio todavía.
.-Me horroriza que se me vaya la olla a estas alturas de la vida. Por eso tengo que cuidar mi cabeza de la única forma que sé: pensando cosas y escribiéndolas.
.-Habría que ampliar el concepto de maltrato y denunciar también a los hombres que no se implican en las tareas domésticas.
.-En el XVI, las mujeres de los navegantes gestionaban la plata que les mandaban y sus herencias. Se cumplía el mismo patrón de la emigración actual.
Por Nani Carvajal
Acaba de volver de sus merecidas vacaciones, un mes y medio entre Sanlúcar de Barrameda y Marbella. “No he hecho nada ¿te lo puedes creer? Ni siquiera he abierto el ordenador”. Es lo primero que me cuenta Enriqueta Vila cuando empezamos esta charla que más que una entrevista se convierte en un peculiar paseo histórico. Y es que nuestro encuentro coincide precisamente con los actos finales en Sanlúcar de Barameda (Cádiz) y Sevilla, de los tres años de celebración de la primera circunnavegación de la tierra hace ahora 500 años.
Hablamos de la Historia, su pasión y uno de los ejes de su vida además de su familia. También, faltaría más, de las mujeres a las que siempre reivindica: “Han sido las que han sostenido las sociedades en todas las épocas”; de las primeras revolucionarias: “Fueron las del neolítico porque empezaron a sembrar la tierra mientras los hombres se iban a cazar”; de las que se quedaban aquí cuando sus maridos se lanzaban a descubrir mundos: “Como todas las mujeres de emigrantes recibían el dinero que ellos les mandaban o sus herencias. La emigración – asegura- ha seguido siempre el mismo patrón, antes y ahora”; y seguimos con Isabel la Católica, Juan Sebastián de Elcano, Magallanes y su mujer, Beatriz de Barbosa, el hijo mayor de ambos, Rodrigo, y el que estaba en camino cuando el navegante portugués zarpó al mando de la expedición que daría la primera vuelta al mundo y que no llegaría a conocer.
E.V.: –”La gesta de la primera vuelta al mundo impulsada por Magallanes y que lograría culminar un reducido grupo de marinos al mando de Elcano fue tan importante como la de Colón y el Descubrimiento. En ambos casos se ponía fin a un ciclo.”
-“Estas hazañas marineras de los siglos XV y XVI que darían un cambio radical a la historia del mundo, recuerda Enriqueta, tenían siempre un mismo principio para los que zarpaban y un mismo fin para los que lograban volver: la costa de Sanlúcar de Barrameda”, la patria chica de la investigadora sevillana en los meses de estío. “Aunque el puerto de partida fuera el de Sevilla, dice, la última tierra que veían los barcos que iban a América desde la península era la de Sanlúcar de Barrameda.” Así lo cuenta la historiadora en el último de sus artículos de prensa dedicado, como cada verano, a esta ciudad gaditana y titulado “Sanlúcar, principio y fin de un viaje de ensueño”.
M.S. -Hablando de viajes, ¿qué papel tenían las mujeres de aquella época entre tanta aventura masculina?
E.V.: -“Precisamente ese fue el asunto que me interesó y que investigué para mi discurso de ingreso en la Academia Sevillana de Buenas Letras titulado `Las mujeres en la Sevilla americana’. Ahí yo reivindicaba que las mujeres que vivían en aquella sociedad de entonces, en la que se alababa a la `Perfecta casada’ de Fray Luís de León por poner un ejemplo, tuvieron un papel muchísimo más amplio y relevante de lo que se venía creyendo. Entre otras cosas porque, además de educar a los hijos, eran las que manejaban los testamentos, creaban capellanías y gestionaban las fortunas cuando se moría el marido. Había empresarias, aunque minoritarias, que mantenían una importante actividad. Me topé con una holandesa que comercializaba con Portugal y América del Sur.”
-“Que se sepa, recuerda Enriqueta Vila, en la expedición de Magallanes no iba ninguna mujer. Tampoco en los viajes del Descubrimiento de América aunque en los últimos se contaron algunas. Después, cuando empieza la colonización de México sí empiezan ya a embarcarse mujeres”.
Cuenta Enriqueta Vila Vilar, la cuarta mujer miembro de la real Academia de la Historia y primera mujer en ingresar y dirigir la Academia Sevillana de Buenas Letras (2011), que si bien las mujeres de aquellos siglos XV, XVI o XVII podían disponer de todo tipo de bienes por su identidad como mujeres no estaban consideradas aptas para realizar actos jurídicos:
E.V.: -“Recibían la plata que les enviaban sus maridos y heredaban todas las riquezas obtenidas por ellos en sus expediciones transoceánicas o mediante el comercio intercontinental o europeo. Sin embargo, las reclamaciones y gestiones administrativas no se les permitía realizarlas por ellas mismas sino a través de las figuras masculinas de su familia, el padre, el tío…”
El envío de la riqueza se producía, paradójicamente, como consecuencia de la decisión política, económica y administrativa tomada personalmente por una mujer que impulsaría el Descubrimiento y abriría el mundo a la Edad Moderna.
E.V.: -“Efectivamente, fue la reina Isabel la Católica la que le dio el permiso a Cristóbal Colón para que hiciera el primer viaje a las Indias a pesar de la oposición que se encontró en la corte. Igualmente, fue ella la que se empeñó en que se hicieran todos los viajes colombinos. Hasta el tercer o cuarto viaje no empezaría su marido, el rey Don Fernando, a comprender que aquello tenía más importancia de la que él creía y fue entonces cuando se decidió a apoyarla”.
La extraordinaria familiaridad que demuestra Enriqueta Vila cuando habla de los acontecimientos del pasado y de los personajes históricos es fruto de toda una vida dedicada al estudio y a la investigación. Su pasión y especialidad, la Historia de América, junto a su intenso trabajo académico la han convertido en una autoridad nacional e internacional en la materia.
E.V.: -“Yo me considero una auténtica privilegiada. Muy trabajadora sí, pero privilegiada. Haber podido trabajar ya es un privilegio y que encima te reconozcan tu trabajo es todavía un privilegio mayor”.
La obra de la historiadora sevillana es conocida en todo el mundo. Tiene 22 libros publicados, centenares de artículos científicos y de divulgación y se reclaman sus intervenciones en los foros americanistas especializados pues sus investigaciones se han centrado sobre todo en la historia de distintos países americanos, en la esclavitud africana y en los aspectos sociales del comercio con América.
E.V.:-“Hay muy pocas mujeres de mi edad que hayan podido dedicarse como yo a lo que les interesaba. Yo he tenido un marido que nunca ha puesto ninguna objeción a mi trabajo, más bien al contrario: siempre me ha apoyado y cuando me metí en política todavía más. También he podido, aunque con muchísimo esfuerzo, criar a mis cuatro hijos. Las mujeres de mi generación, incluso las que estudiaban, se dedicaban generalmente a su casa.”
M.S.:-Uno de sus grandes méritos ha sido romper, no ya techos de cristal, sino de cemento armado. ¿Cómo ha logrado conciliar?
E.V.: -“En mi casa la conciliación no existía. Mi marido es maravilloso pero tiene siete años más que yo. He sobrevivido gracias a la ayuda de personas externas y, aún así, la crianza de mis hijos me costó tres depresiones por no poder llevar para adelante todo lo que me hubiera gustado. Muchísimas mujeres han pasado por lo mismo que yo”.
EDUCAR A LOS HOMBRES
Enriqueta Vila está convencida de que las mujeres han comenzado a subir peldaños no por las listas cremalleras o porque les dediquen organismos específicos, “eso puede dar un empujoncito”, dice, sino porque felizmente “han conseguido alcanzar la misma capacidad de formación que antes disfrutaban sólo los hombres.”
Cree la investigadora que las mujeres tenemos más intuición y que «nos damos cuenta de las cosas antes que ellos» y que en todas las revoluciones del mundo las mujeres han desempeñado un papel importante, “en el Neolítico se produjo la Revolución más grande porque se empezó a sembrar la tierra. Y tanto la siembra como la doma de los animales las hacían las mujeres. Los hombres se iban y cazaban.”
“Las mujeres hemos sido las que hemos ido sosteniendo las sociedades a lo largo de los siglos”
M.S.- ¿Y por qué estamos tan poco representadas en los consejos de administración de las grandes empresas y multinacionales?
E.V.: -“Eso es lo que todo el mundo se pregunta. Por qué las empresas privadas no tienen mujeres. No es porque no las quieran, creo yo, sino que porque muchas de esas mujeres que están perfectamente preparadas renuncian a ese tipo de puestos al no poder conciliar sus vidas familiares con la compleja actividad que se les exige en esos altos cargos. A una hija mía le ha pasado eso”.
-“La política de conciliación actual no está consiguiendo nada. Se está invirtiendo mucho en la visibilidad pero la conciliación es más necesaria. Hay que repartir las tareas y los hombres deben aprender que además del trabajo está la casa, y que si quieren tener hijos tienen que ser tan responsables como sus mujeres”.
AMPLIAR EL CONCEPTO DE MALTRATO
Insiste Enriqueta Vila en la necesidad de dar una vuelta de tuerca a las políticas de conciliación y a las leyes de género:
E.V.: -“Me parece que están fracasando. No es que no esté de acuerdo, sino que habría que mejorarlas y adaptarlas a la realidad para evitar por un lado, tanta violencia contra las mujeres y, por otro, las situaciones de injusticia que muchas veces se provocan contra los hombres. Las mujeres solemos tener un sentido muy privativo de la matenidad.»
«No sé si me estás encontrando muy revolucionaria pero el otro día escuché una cosa que me pareció muy lógica: habría que ampliar el concepto de maltrato y denunciar también a los hombres que no se implican en las tareas domésticas. Al fin y al cabo, eso es también una forma de maltrato hacia las mujeres y hasta que eso no se arregle…”
Con un currículum como el de Enriqueta, a estas alturas de la vida cualquiera podría presumir hasta el agotamiento, sin embargo ella confiesa que “criar hijos, trabajar y quererlo hacer todo bien es casi imposible. Te queda siempre la duda de saber si has acertado o si lo has hecho mal”.
E.V.: -“Por una parte ya tengo ganas de jubilarme, pero por otra no quiero, porque en cuanto lo haga se me va la olla, seguro. Tengo que cuidar mi cabeza con lo único que sé: pensar cosas y escribirlas.”
“Me horroriza que se me vaya la olla a estas alturas de la vida”
A sus 87 años y diez nietos su vida atraviesa un dulce momento de libertad. Se ha acostumbrado a los achaques, “ya no tomo ni Nolotil”, se permite la holganza y no se culpabiliza de la inactividad:
E.V.: -“He tenido siempre mucha iniciativa pero ahora la voy perdiendo porque quiero perderla. Por ejemplo, tendría que andar todos los días y no lo hago porque no me da la gana. Debería sentarme ante el ordenador, pues no: estoy perezosa”.
Lo que no pierde es la satisfacción por “el cariño que he encontrado en todas partes donde he trabajado”, dice. Afecto de sus colegas y de las amistades -también intergeneracionales- que ha hecho tanto aquí como en América. Hasta conserva un buen recuerdo de su paso por la política allá por los años 1991-1995, cuando fue concejala del Ayuntamiento de Sevilla y delegada del Área de Cultura por el Partido Andalucista: “También fui una privilegiada. Me encontré incluso con una camaradería más acusada que en las tareas de investigación”.
ARTEMIS III
Culta, de conversación infinita y de una enorme sencillez, Enriqueta Vila Vilar sólo presume de haber conseguido su estatus profesional siempre a fuerza de trabajo. Por eso, se cogió un enfado horroroso cuando supo que la NASA prepara para 2025 la misión espacial ARTEMIS III con el objetivo de llevar a la luna “a la primera mujer y a la primera persona no blanca”:
E.V.: -“Me parece tremendo. Primero dijeron `una mujer y un negro’. Luego matizaron `una mujer y un subsahariano’. ¿Qué clase de discriminación es esta? y no lo digo por la palabra negro. ¿Cómo pueden plantearlo así? Las mujeres tendrían que haber ido ya a la luna y no llevarlas por ser mujeres y los negros igual. Si en la tierra hay el triple de personas de color que de raza blanca ¿Por qué no están los negros en la NASA? ¿Por qué no han pisado la luna las mujeres?
Me alegra, Enriqueta, que nos haga usted esas preguntas.
N.C.
ENRIQUETA VILA VILAR
Nace en Sevilla el 14 de mayo de1935.
Doctora en Historia de América por la Universidad de Sevilla, es Profesora de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas recientemente jubilada. Sus líneas de investigación más destacadas han sido sobre distintos países americanos, historia de la esclavitud africana y aspectos sociales de grandes comerciantes con América. Tiene publicadas un total de 22 monografías y cerca de un centenar de artículos en revistas especializadas nacionales y extranjeras y libros colectivos editados en España, Italia, USA y Alemania, así como reseñas críticas en revistas especializadas y prensa diaria. Ha participado en más de cuarenta Congresos nacionales e internaionales y ha dictado conferencias y cursos en la UNAM y en el Colegio de México (México), Universidades de Baton Rouge, Austin y Lubbook (USA), Universidad de Panamá, Academia de la Historia de Colombia y Universidad Católica e Instituto Riva Agüero de Perú y en varias Universidades europeas. Ha participado en proyectos de investigación de I+D y ha sido investigadora principal en varios de ellos. Fue Directora de la Escuela de Estudios Hispano Americanos, Directora de su Biblioteca y Directora de las revistas Historiografía y Bibliografía Americanistas y Anuario de Estudios Americanos, a cuyo Consejo Asesor pertenece actualmente. Es Medalla de Oro de Andalucía y Medalla de Oro de la Provincia de Sevilla y la primera mujer que ingresó como numeraria en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, creada por Fernando VI en 1751. Es también Correspondiente de las Academias de la Historia de Madrid, Santo Domingo, México y Puerto Rico. Desde el pasado mes de mayo ocupa el cargo de Directora de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y acaba de otorgársele el XII Premio de periodismo Joaquín Romero Murube, que cada año convoca ABC de Sevilla y el Premio del Cabildo Alfonso X el Sabio, por su trayectoria investigadora. Colabora asiduamente en la prensa sevillana (Mundo y ABC).