- La Térmica (Málaga) estrena temporada con «This is my swim lane», una exposición inédita de María Svarbova.
- La muestra reúne casi 70 fotografías, material audiovisual y atrezzo que la artista usaba en sus montajes.
- La fotógrafa eslovaca ha construido su imaginario personal a partir de su memoria familiar y cultural.
La exposición recorre la trayectoria artística y personal de Svarbova y se divide en dos partes. Por un lado recoge las series «Swimming pools», donde aparecen nadadoras con sus llamativos gorros rojos o amarillos y por otro el resto de las series, más narrativas, que la artista engloba bajo el título de «Futuro retro».
«Swimming pools» y «Futuro retro»
María Svarbova se dió a conocer en 2014 con las imágenes de «Swimming pools», piscinas públicas donde las nadadoras anónimas, enfundadas en sus trajes de baño y gorros de colores se convierten en algo más que humanas. La fotógrafa rompe el control y las imposiciones sociales, representadas por letreros en eslovaco donde se puede leer «no saltar» o «Prohibido el paso». Las nadadoras, sus sombras y reflejos, transmiten calma y serenidad.
Las fotografías limpias, minimalistas y algo nostálgicas de su país captan enseguida la atención de la escena artística internacional y su trabajo aparece en The Guardian, la CNN, Forbes y galerías de todo el mundo.
Junto a la figura humana, la arquitectura es uno de los elementos principales de las imágenes de María Svarbova, también en las que componen «Futuro retro». Interiores de edificios, brutalismo arquitectónico, la moda popular, los uniformes y la estandarización forman parte de sus fotografías inspiradas en la nostalgia de los tiempos comunistas de su Eslovaquia natal.
Espacio, color y atmósfera
El estilo personal de Maria Svarbova se aleja del retrato tradicional para centrarse en la
experimentación con el espacio, el color y la atmósfera. Interesada en la arquitectura y los espacios públicos de la época comunista, Svarbova transforma cada escena con una frescura moderna que pone de manifiesto la profundidad y la variedad de su paleta creativa. Las figuras crean escenas temáticas y oníricas con objetos ordinarios.
La visión posmoderna de la artista articula con audacia un diálogo que obliga al espectador a responder al misterio, la soledad y el aislamiento. Su obra manifiesta una sensación de frío y distanciamiento atemporales reproduciendo rutinas, como el ejercicio, las citas con el médico o las tareas domésticas.
María Svarbova
Desde que era pequeña, en el pequeño pueblo eslovaco de Slepčany, Svarbova siempre quiso ser artista. Empezó a perseguir su sueño a los 15 años, cuando se fue a un instituto de arte en Bratislava donde se especializó en la conservación y restauración de tallas de madera. Sin embargo, en el momento de su graduación, sufríó un bloqueo creativo y no pudo dibujar ni pintar nada durante mucho tiempo. Más tarde, se matriculó en la Universidad Filósofo Constantino de Nitra, donde se especializó en Arqueología. Cuando estaba en su tercer año, su hermana le regaló una cámara DSLR. Svarbova no tardó en darse cuenta de que había encontrado su medio y el propósito de su vida: la fotografía.
Empezó a fotografiar varias veces a la semana y se dedicó a aprender, a retocar y editar sus fotos. A pesar de haber dejado de lado su especialidad, se graduó en Arqueología, y hoy está agradecida por la experiencia. Dice que el enfoque de un arqueólogo a su trabajo es muy valioso. La forma en que piensa en sus proyectos es minuciosa, detallada y los proyectos posteriores se desarrollan a partir de la experiencia de los anteriores. La exposición, de entrada gratuita, puede verse en La Térmica hasta el 12 de febrero de 2023.
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