– Sanna Marin, la primera ministra más joven del mundo, considerada por la OMS mejor gestora del Covid-19 en Europa.
– El gobierno de Finlandia, compuesto por cinco partidos de coalición, todos ellos liderados por mujeres, ha sido reconocido por su ejemplar enfrentamiento a la pandemia del coronavirus en la UE.
BIENVENIDAS AL NORTE
Hay un país en el norte de Europa que sirve arroz con leche como plato principal, que tiene los semáforos más altos del continente y las ventanas más gruesas del mercado. Alejado del estridente vaivén de automóviles madrugadores, hay un país donde el silencio y la calma son el bien más preciado.
Los blogs de la hemeroteca digital dicen que, si quiere meditar, váyase a Tailandia. Yo le digo que no se lo piense y váyase a Finlandia. Si está buscando hacer de su reinado el más feliz, también vaya allí.
Cuatro años coronando el podio de la felicidad por la ONU. Cuatro años para la tierra de la confianza gubernamental y la seguridad urbana. Para un país de corresponsabilidad, donde no existen pronombres ni artículos de género, donde tanto él, como ella, se han configurado como unanimidad. Y donde desde diciembre de 2019 en el poder, la primera ministra más joven del mundo ha sido reconocida por llevar a cabo la mejor gestión de la pandemia en la Unión Europea según la OMS.
“SI LAS M UJERES PRESIDEN EL GOBIERNO, ACEPTADLO” (Sanna Marin)
En política no hay prórroga que nos deje alcanzarles. Treinta y cinco años de vida, mucho temple y una historia de “caer y levantarse” para Sanna Marin, creadora de un Ejecutivo de coalición de cinco partidos, todos ellos liderados por mujeres. Quien también ha sido criticada por ir acorde al mundo que merecemos y posar con escote en la revista femenina finlandesa ‘Trendi’. Al machismo evidenciado, ella respondió: “Sí, las mujeres presiden el gobierno. Aceptadlo”.
Debe ser que a algún quinceañero y quinceañera se le olvidó leer ‘Todos deberíamos ser feministas’. Ensayo de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie que el Ministerio de Cultura y Educación de Finlandia les regaló a sus alumnos y alumnas en 2017.
Si algo aprendí de Finlandia es que puedes ser, lo que quieras ser y que la inexistencia de testosterona no te pondrá tantas piedras en el camino. Siendo aún una niña, la madre de Sanna se divorció de su padre alcohólico y formó pareja con una mujer. Desde que tenía 15 años, tuvo que compaginar sus estudios con trabajos eventuales. Trabajó duro y lo demostró al mundo. Se convirtió en el primer miembro de su familia en conseguir un título universitario al graduarse en Administración Pública. Y fue precisamente en la universidad donde empezó a interesarse por la política, afiliándose a las juventudes del SDP.
A partir de ahí, su carrera política fue fulgurante. Tras su paso por el gobierno local de la ciudad de Tampere, en apenas un lustro pasó de conseguir su primer escaño en el Parlamento finlandés a convertirse en la primera ministra más joven en la historia del país escandinavo (y del mundo).
Elegida entre las 100 mujeres más influyentes y poderosas del mundo en 2020 por la BBC y la revista Forbes, Sanna Marin es acogida también de manera positiva por aquellos que en el país nórdico residen. Para Anne-Mari Rajala, Manager de Comunicación en ‘Yle’, la compañía de radiodifusión pública de Finlandia, “los finlandeses y las finlandesas confiamos en nuestra ministra, es un gran paso hacia la igualdad entre mujeres y hombres”. Y en palabras de Antton Rönnholm, secretario del Partido Socialdemócrata de Finlandia (SDP), “Marin tiene la capacidad de inspirar a las niñas y mujeres jóvenes. Demuestra que es posible alcanzar posiciones de influencia a un ritmo muy rápido si se tienen cualidades y determinación”.
LIDERESAS, JÓVENES Y BUENAS GESTORAS
La coalición gubernamental del país nórdico vio la luz de nuevo gracias a la llegada de Sanna Marin a la jefatura del Gobierno. Finlandia pasó a estar liderada por cinco mujeres, cuatro de ellas menores de 35 años. El Ejecutivo mantuvo la mayoría de ministras (11 frente a ocho ministros). Y ahora, todas ellas, mujeres, jóvenes y líderesas, se han convertido en el mejor ejemplo de correcta, positiva y gran gestión de la pandemia mundial que no entiende de poderes ni de género.
Al éxito evidenciado de Sanna Marin y su equipo de gobierno se han unido otros países que también han destacado por su gran gestión de la crisis del coronavirus. Alemania, Taiwan, Islandia o Nueva Zelanda. Todos ellos presididos por mujeres. La anticipación, la realización de pruebas generalizadas, el confinamiento desde un primer momento y acciones de concienciación conforman la designada postura clave y las decisiones acertadas, que Forbes y BBC han destacado y que para el resto del mundo no debería pasar desapercibidas.
Por ello, a todas ellas, gracias. Angela Merkel, Katrín Jakobsdóttir, Jacinda Ardern, Mette Frederiksen, Erna Solberg.
Por Adela Requena