EL PROPÓSITO DE LA VIDA
«Tal vez sea llegado el momento de que las mujeres negociemos, como siempre hemos hecho, en lugar de pelear y matar, para alcanzar acuerdos de bien común.»
Por Cristina Martínez
Para quienes estén familiarizados con la cultura japonesa, el Ikigai es el propósito de la vida, es decir, aquello que le da sentido y que nos motiva a levantarnos de la cama con energía pese a que todavía tengamos sueño, el cuerpo nos pese y ver el mundo en el que estamos al despertarnos requiera mucho valor.
Es un hecho. A nivel mundial nuestros esfuerzos por intentar amortiguar el cambio climático son fútiles. Cualquiera de las guerras sin sentido, como lo son todas las guerras (la de Ucrania y Rusia, la de los numerosos países africanos en guerra, la del Yemen de la que nadie habla pese a las matanzas diarias de civiles, la de Israel y Hamás ahora etc.), lanzan a la atmósfera en un sólo día más gas invernadero del que hemos podido evitar en nuestras ciudades con nuestras medidas de reciclaje en todo un año.
La única religión que prolifera con pujanza es la musulmana; una religión que convierte a las mujeres en ciudadanas de segunda cuando no en meras reproductoras de la especie.
Y las continuas demostraciones de los líderes de la tierra para ostentar su poder con armas cada vez más poderosas, mortíferas y eficaces nos ponen los vellos de punta.
Está claro que, salvo algunas honrosas excepciones, el poder está en manos de ellos, de los hombres, y que su exceso de testosterona y arrogancia nos está llevando a la destrucción del planeta.
En esas condiciones, nuestros jóvenes y no tan jóvenes se suicidan más que nunca; las drogas campan a sus anchas destruyendo familias y quienes vamos teniendo una edad miramos con horror e importancia para otro lado. Tal vez sea llegado el momento de una gran revolución que descarte los esquemas de poder consabidos y entregue el poder a las madres y abuelas, es decir, a las mujeres.
Nosotras no queremos que nuestros hijos mueran en ninguna guerra y, por lo tanto, no vamos a alentar conflicto alguno… Tal vez sea llegado el momento de que las mujeres negociemos, como siempre hemos hecho, en lugar de pelear y matar, para alcanzar acuerdos de bien común.
Tal vez sea llegado el momento de que el Ikigai de las mujeres sea tomar el poder al menos hasta que el planeta recupere la paz.
Cristina Martínez Martín es escritora feminista, empresaria y profesora.