EL AYUNTAMIENTO ESTUDIA REHABILITAR PARA CASA DE LA MUJER EL CHALÉ DE LA CALLE MALLÉN CONSTRUIDO POR ANÍBAL GONZÁLEZ.
Ahora comprendo por qué Sevilla espera desde hace 44 años una red de metro moderna y de vanguardia: si para habilitar una Casa de la Mujer ha tardado más de 35 años desde el momento en que se le solicitó por el movimiento feminista, hagan cálculos y comparen una envergadura con otra. Pero vayamos a lo positivo, despejemos recelos y otorguemos una vez más a nuestra cachazuda institución muncipal el tan reiterado voto de confianza sobre nuestro reclamo histórico. Si a la enésima va la vencida, en Sevilla las mujeres podremos disponer, por fin, de un espacio integral propio donde orquestar la igualdad, concentrar formación, perfilar actividades, atender la vulnerabilidad y dar rienda suelta a nuestra necesaria visibilidad. Será en el nª 7 de la calle Mallén, en el barrio de Nervión, según ha podido saber Mujeres del Sur.
Si no se tuercen las aspiraciones de la delegación de Igualdad, la conocida como ‘casa Mallén’ se perfila como lugar idóneo para establecer la tan reivindicada Casa de la Mujer de Sevilla. Se trata de un chalé de 1300 metros cuadrado de principios del siglo pasado, construido por Aníbal González a petición de J.P. Martin Horticultor, tal como apenas si puede leerse en el viejo cartel que se conserva en el jardín la finca. La casa regionalista con sótano, planta baja y alta tiene edificados 334 metros cuadrados y 125 las estancias auxiliares (aparcamiento y trasteros).
Conozco bien esa joya de chalé, reducto aislado que en su época – se construyó entre 1910 y 1912- cuyo jardín fue mucho más extenso y que ahora sobrevive entre inmuebles de 12 plantas, edificados sobre los terrenos originarios que se conocían como El Jardín del Francés, primer vivero de la ciudad cuando toda la zona lindante con Luís Montoto y Santa Justa era prácticamente campo.
He visitado varias veces esa preciosa casa porque en ella ha vivido mi compadre, Pablo Gómez-Millán, desde que nació hasta que se casó. La finca la mandó construir su bisabuelo (J.P Martin) y perteneció después a su abuelo y por último a su madre que murió en 2002. A través de Pablo y de su familia he conocido de primera mano cómo los herederos del horticultor francés han sobrellevado la inacabable expropiación de su casa iniciada por el Ayuntamiento sevillano hace casi una década. De hecho, está registrada como propiedad municipal desde julio de 2018, tras sentencia de TSJA, y después de que El PGOU calificara esta parcela para equipamiento obligando a la expropiación si el titular la solicitaba.
Aún así, el proceso de incautación ya finalizado ha coleado hasta el punto de el Ayuntamiento ha tenido que desembolsar un total de casi 2.300.000 euros entre justiprecio, costas e intereses de demora. Y todo ello sin disponer de ningún plan concreto que señale el futuro uso de esta reliquia regionalista, incluida por el entonces alcalde, Juan Espadas, en el programa Horizonte Sevilla, destinado a rehabilitar 30 espacios singulares de la ciudad. Ese programa asigna a la Casa Mallén 300.000 euros para su adaptación como Centro Cívico del distrito Nervión y Centro de Emprendeddores.
Tras la marcha del anterior alcalde al Parlamento de Andalucía el asunto está ahora en manos de Antonio Muñoz. La historia le ha puesto en bandeja al nuevo alcalde la posibilidad de brindar una respuesta positiva y firme a la histórica demanda del movimiento feminista y de las asociones de mujeres de Sevilla -canalizada por la delegación de Igualdad con toda la tenacidad y paciencia del mundo en las últimas décadas- de disponer de una Casa de la Mujer como tantas otras ciudades españolas.
Espero vivir para contarles que el nª 7 de la calle Mallén será definitiva y oficialmente, más pronto que tarde, la tan reclamada Casa. Y que ustedes la vean.
Nani Carvajal
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