LA HUELLA DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO SE AGRAVA EN LA CÁRCEL
.-Según estudios del IAM, el 80-90% de las mujeres presas han sido víctimas de violencia de género.
.-Desde las Instituciones y asociaciones de mujeres se han puesto en marcha iniciativas para intentar reparar la huella del maltrato del que han sido víctimas.
Por Sergio Callealta Barrante
«A las mujeres les cuesta mucho hablar de violencia, es un tema que casi marca debilidad y en la cárcel no puedes dar una imagen de débil»
Así habla Juan Ignacio Paz, uno de los responsables de las actividades de resocialización que se están llevando a cabo en las cárceles para atender a mujeres presas que han sido víctimas de malos tratos. Si una media de 30.000 mujeres sufren los estragos de la violencia machista en nuestro país y la mayoría lo hace en silencio, más silenciadas aún se encuentran las mujeres encarceladas, independientemente de la causa de la expropiación de su libertad.
Desde el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) y la Consejería de Igualdad ya se están aplicando una serie programas de reintegración destinados a estas mujeres, teniendo en cuenta la diversidad de su problemática. La población penitenciaria femenina a escala nacional es de 4.189 mujeres de las que, al menos 534 residen en los cuatro centros penitenciarios destinados exclusivamente a mujeres, uno de ellos en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira. En Andalucía hay encarceladas unas 800 mujeres, en torno al 7% de la población reclusa total, que están internadas además de en la cárcel de Alcalá, en otros centros penitenciarios para mujeres de Málaga y Córdoba.
Para paliar la invisibilización de la mayoría de estas mujeres presas, cada vez son más frecuentes los talleres de integración realizados por entidades públicas y privadas. Desde el IAM se ha incrementado la atención psicológica a las mujeres víctimas del maltrato y de la violencia a través de actividades y sesiones terapéúticas dirigidas por el psicólogo Juan Ignacio Paz:
-“Era importante empezar a trabajar con ellas, crear ambiente grupal y, a partir de ahí, podremos obtener resultados. Cuando esto se consiguió, empezaron a salir muchas historias. Se hizo una propuesta de un taller específico de violencia de género, pues ya en las mujeres había una predisposición y confianza conmigo como profesional y con las terapeutas que lo avalan. Todo salió muy bien.”.
Otro de los métodos utilizados por Juan Ignacio Paz es el de la escritura. Gracias a ella, cuenta, muchas de las mujeres presas se sienten capaces de sacar a la luz violencias que han sufrido y que nunca antes se habían atrevido a contar.
J.I.P.: -“La escritura para eso es un ámbito estupendo, porque obliga a mirar las cosas de otra manera”.
Para muchas de las mujeres, decir que son víctimas resulta difícil, y más aún si están en la cárcel. El IAM calcula que el 80%-90% de estas mujeres han sido o son víctimas de violencia de género, y por ello requieren una atención especial también de cara a su reinserción.
J.I.P.: –«Estas mujeres necesitan de una atención especializada. Las instituciones penitenciarias tienen programas como el «Ser Mujer» donde se trabaja mucho la problemática de género, pero una intervención especializada es imprescindible porque la violencia de género no se parece a otra violencia, hace falta un trabajo incidir muy específico”.
ATENCIÓN INTEGRAL
La resocialización de las mujeres presas que además han sido víctimas de violencia de género es un proceso complejo que requiere una atención integral. Estas mujeres enfrentan el desafío de reconstruir sus vidas tras haber sido doblemente marginadas: primero como víctimas de abuso y luego como reclusas. En muchos casos, el encarcelamiento es el resultado de circunstancias vinculadas a la violencia sufrida. No existen estudios que revelen cifras reales sobre esto. Pero desde las instituciones que trabajan en las cárceles y escuchan a estas mujeres, se asegura que el porcentaje es muy elevado.
J.I.P.: –«Ahora mismo no hay estudios de estos casos pero nosotros pensamos que hay bastantes, por lo que estamos escuchando el relato de las mujeres y de las intervenciones que hacen en los grupos. Pensamos que se han visto condicionadas en muchas ocasiones, tal vez porque la violencia de género las ha llevado a temas de toxicomanía y eso las ha conducido al delito.Y en otros casos también porque el hombre que las maltrataba las ha empujado a una historia delictiva».
El objetivo es la creación de espacios seguros que permitan a estas mujeres poder contar sus historias, así como conseguir ayuda para superare la victimización que han sufrido.
J.I.P.: -«Que todo esto sirva para dar conciencia es nuestra ilusión y nuestra esperanza. Estamos demostrando que si se hace una intervención con perspectiva de género adaptada a las características de las mujeres presas y con un nivel de calidad suficiente, las mujeres responden muy positivamente”.
SEGUIR AVANZANDO
El próximo objetivo que se ha establecido es integrar también en esta experiencia terapeútica a mujeres que sean madres de niños y adolescentes víctimas de violencia de género. Muchas aseguran que sus hijos no se han enterado del clima de violencia en el que vivían y ellas mismas deben trabajar para formarse y guiarlos como figuras de apoyo. Cada vez es mayor la preocupación para lograr que se expresen quienes no tienen voz especialmente cuando muchas problemáticas sociales, dependiendo del entorno en el que se produzcan, se vuelven más dañinas. Junto al IAM,en las cárceles andaluzas trabajan otras instituciones y asociaciones.
En la Cárcel de Mujeres de Alcalá de Guadaira, en Sevilla, hay varias asociaciones y organizaciones que trabajan para apoyar a las mujeres internas. Algunas de ellas son:
1. Asociación de Mujeres en la Prisión de Alcalá-Meco: Aunque su nombre menciona otra prisión, suelen tener programas que se extienden a otras instituciones penitenciarias, incluyendo Alcalá de Guadaira.
2. Cáritas: Esta organización tiene programas específicos para mujeres en prisión, ofreciendo apoyo en la reinserción social y emocional.
3. Fundación Mujeres: Trabajan en diversas áreas relacionadas con la igualdad de género y pueden tener iniciativas en la cárcel de Alcalá de Guadaira.
4. Asociación de Mujeres Juristas Themis: Se enfocan en la defensa de los derechos de las mujeres y pueden tener programas que incluyan a mujeres en el sistema penitenciario.
5. APAF (Asociación de Padres y Amigos de Personas con Discapacidad): Aunque su enfoque principal es la discapacidad, también trabajan con mujeres en situaciones de vulnerabilidad.
6.- Hay también organismos como el IAPH (Instituto Andaluz del patrimonio Histórico) que se ha unido a la causa del apoyo a la reinserción de mujeres presas con actividades y perspectiva de género. También contribuye con su trabajo la Fundación Prolibertas y diversas asociaciones feministas entre las que se incluye AMAMA.
La colaboración entre gobiernos, instituciones y asociaciones es fundamental para favorecer la reinserción de estas mujeres privadas de libertad, gran parte de ellas también víctimas de violencia machista, porque la condena del silencio no puede ser eterna.