UNA VIDA AJENA
Por Carmen Jiménez.
Elena Tejada es una policía nacional que, bajo el pseudónimo de Aránzazu Berradre Marín, se infiltró en la izquierda abertzale, y en la propia ETA, durante los 90, desde que contaba 22 años y estaba recién salida de la Academia hasta los 30. Sus trabajo, valor, inteligencia y compromiso, junto a la información que proporcionó a sus superiores, permitieron el desmantelamiento del Comando Donosti.
Ningún otro agente había llegado tan lejos durante tanto tiempo. Una mujer que tuvo que renunciar a su familia, entorno, amistades y afectos para vivir una vida ajena. Una vida ajena, en un entorno hostil y enemigo, con una falsa identidad que la puso en serio peligro muchas veces.
Una vida ajena en la que tuvo que fingir ser otra persona durante 24 horas al día y siete días a la semana. Una vida ajena en la que el único contacto con el exterior era su jefe, un alto cargo policial, que ha aportado datos e informaciones valiosas para el rodaje de esta película.
Una película, producción española, fechada en el año en curso, de 118 minutos de metraje. Escrita, con Amélia Mora, y dirigida por la productora de cine y televisión, guionista y cineasta Arantxa Echevarría, cosecha del 68, entre cuyos créditos están las celebradas ‘Carmen y Lola’ (2018) o ‘Chinas’ (2023).
Fotografiada con excelencia por Daniel y Javier Salmones, su vibrante banda sonora la firma Fernando Velázquez. De su reparto, sólido, solvente y en estado de gracia, se escribirá luego.
La mirada de la realizadora sobre esta historia y este personaje reales, que nunca hasta ahora se había contado – algo impensable si hubiera sido un varón el infiltrado… – que la enganchó desde el primer momento y que tuvo claro que sería un reconocimiento al valor heroico de la protagonista…
… Es una mirada tensa, intensa, admirada, respetuosa, emotiva y enérgica, que contextualiza muy bien el tiempo y el país que retrata. Que sabe hacer las elipsis temporales que corresponde. Que la convierte en un thriller político de alto voltaje, pero también en el retrato íntimo de un aislamiento radical tan arriesgado como alienante.
Es una mirada lúcida, sabia y desgarrada a quien renunció a todo por una misión y sólo puede ser ella misma con su superior, con su preciosa gata –por cuya seguridad también temió la animalista que esto firma– y en la soledad de una casa que tampoco es la suya.
Es una mirada a sus momentos de rabia, de desahogo, de miedo, de dolor, de incurable nostalgia y de repulsa a las concesiones que debe hacer. Es una mirada, la de Echevarría, que interpreta con enorme talento la extraordinaria Carolina Yuste, una de las mejores actrices de este país, desde ya es seria candidata al Goya por esta memorable composición.
Es también una mirada a la réplica que le da un magnífico, como suele, Luis Tosar y un reparto entregado en el que destacar a, el orden de los factores no altera el producto, Nausicaa Bonin, Víctor Clavijo, Iñigo Gastesi, Pepe Ocio, Diego Anido o Pedro Casablanc.
Es una mirada, es una película a la que todos los reconocimientos le son debidos, de la que oiremos hablar mucho y bien, que estará en todas las quinielas de los galardones más importantes y que no deberían perderse bajo ningún concepto.
Escrito queda.
Crítica publicada en el Blog de Cine de Carmen Jiménez, «Sevilla Cinéfila»: https://sevillacinefila.com/