SECRETARIA E IMPULSORA HACE 30 AÑOS, DE LA ASOCIACIÓN DE MUJERES OCIO Y SALUD DEL CERRO DEL ÁGUILA
.-«AQUÍ SOMOS TODAS UNA FAMILIA. LA ROTONDA IRÁ A MI NOMBRE, PERO TAMBIÉN VA POR TODAS ELLAS», AFIRMA MARI REYES JIMÉNEZ.
.-OCIO Y SALUD LUCHA CONTRA LA FIBROMIALGIA A PARTIR DE UN PROYECTO TERAPEÚTICO QUE SURGIÓ EN LA DÉCADA DE LOS 90. ACTUALMENTE LA PRESIDE CARMEN LINARES.
Por Miguel Walls
Una mañana lluviosa de noviembre enmarca nuestra visita al centro cívico del Cerro del Águila. Los charcos empañan las calles de este sevillano barrio y reflejan las nubes oscuras que cubren todo cielo. En la entrada, un grupo de mujeres con camisetas fucsias esperan en los asientos. Tras subir las escaleras que conducen hasta la primera planta del edificio encontramos a Mari Reyes Jiménez mientras lee algunos papeles en su escritorio. Saluda y se presenta. Es la activista feminista que tendrá una rotonda en su barrio por su implicación en la lucha por los derechos de la mujer.
«Cuando me dijeron lo de la calle, al principio me negué. Pero me enteré de que mi nombre iría al final de la Avenida de Hytasa, en la zona donde las mujeres nos manifestábamos y lo reivindicábamos todo, me alegré mucho«, cuenta Mari Reyes.
Mari Reyes Jiménez nació en Cazalla de la Sierra, un pueblo de la Sierra Norte de Sevilla. Llegó a la capital a los seis meses por el trabajo de su padre. Ahora tiene 65 años. Trabajó como administrativa, pero su corazón está en la asociación. «Ocio y Salud y Mari Reyes van de la mano», dice entre risas. «Soy la secretaria, la que lleva las relaciones públicas y el papeleo», explica.
La Asociación de Mujeres Ocio y Salud parte de un programa pionero contra la fibromialgia que surgió en la década de los 90 en el Cerro del Águila. En su centro de salud acudían numerosas mujeres con fuertes dolores y falta de movilidad que les impedía realizar una vida normal. La receta para la enfermedad: antidepresivos, un medicamento inservible. Pero Pilar Romero, una religiosa de la Hermandad de las Asuncionistas, decidió cambiar el rumbo y creó esta organización que existe hasta nuestros días.
La gimnasia terapeútica centra la actividad de Ocio y Salud en su lucha luchar contra la fibromialgia. Pero además lleva a cabo un programa de actividades durante todo el año. De esta manera, clases de teatro, yoga, terapias de grupo psicológicas, apoyo a víctimas de violencia de género y organizaciones de viajes vertebran la vida de esta entidad. Todo ello de forma altruista y voluntaria: el espacio de convivencia entre las mujeres del Cerro del Águila queda asegurado.
Premio a la Mujer Sevillana en el año 2008 por su trayectoria como activista por los derechos de la mujer, Mari Reyes Jiménez continúa con su labor en la Asociación Ocio y Salud:
– «Actualmente mantenemos los vínculos con el centro de salud. Los médicos de cabecera siguen derivándonos mujeres para las terapias. Algunas tienen más de 80 años, pero les sienta bien porque están solas. Nuestro objetivo es que las mujeres sean felices, aquí somos todas una familia. La rotonda irá a mi nombre, pero también va por todas ellas», expresa Jiménez.
Mari Reyes Jiménez ingresa en la asociación recién creada después de trabajar en las entidades ciudadanas del barrio. La primera sede de Ocio y Salud estuvo en el Colegio Manolo Reyes, donde Jiménez trabajaba como administrativa, un factor determinante en el desarrollo de la entidad que luchó durante largos años hasta que por fin pudo conseguir sede propia en el Centro Cívico de Cerro del Águila.
Una asociación muy popular
Ocio y Salud es una de las asociaciones de mujeres más populares del Cerro. Carmen Linares, su actual presidenta, nació en el barrio de Heliópolis. Tiene 75 años y lleva 60 de ellos como vecina del Cerro del Águila. Forma parte de Ocio y Salud desde su gestación como asociación y es monitora de gimnasia. «Yo hice un curso a través de varios médicos. Son 2 horas de clases y desde siempre he sido voluntaria, como todo lo que se hace en esta asociación. Si no, esto no saldría», comenta Linares.
Otra de las integrantes de la asociación desde hace 22 años y vecina del barrio es María. «En mis 22 años todavía no me he ido. El taller de psicología ayuda mucho. Las compañeras tienen terapia de grupo e individual por si lo necesitan», cuenta. Un testimonio similar al de Concepción Torres. Lleva 18 años en la asociación y es otra de las mujeres que esperan la clase de gimnasia terapéutica en las sillas del vestíbulo del centro cívico. «Estamos estupendas y encantadas. Todas somos compañeras. Venimos a nuestra gimnasia, pero también hacemos otras cosas».
Sin embargo, algunas de las mujeres que pertenecen a Ocio y Salud llevan una gran carga a sus espaldas. Es el caso de Mari Carmen, alumna que asiste a clase de gimnasia. Tiene 56 años y padece fibromialgia. Su enfermedad ataca a la práctica totalidad de los músculos de su cuerpo. «Cuando tengo brotes tengo que tumbarme en la cama y tomarme una medicación que me relaje, porque esto no tiene cura. «Gracias al ejercicio mi situación ha mejorado un poco. No llega a ser por esto y yo no sé cómo estaría», declara Mari Carmen.
La clase continúa y las nubes dan paso al sol entre las ventanas del edificio del centro cívico. Mari Reyes Jiménez sigue con su trabajo en el despacho y sus mujeres de Ocio y Salud avanzan en la clase de gimnasia. A veces es necesario ser como Mari Carmen y agradecer el trabajo incansable y altruista de las asociaciones de nuestros barrios. Una entidad que al fin verá reconocida su gran labor con la rotonda en honor a una de sus históricas activistas, Maria Reyes Jiménez.