MISIÓN CUMPLIDA PARA LAS EURODIPUTADAS QUE HAN VENIDO A EVALUAR NUESTRAS POLÍTICAS DE IGUALDAD.
.-Las nueve europarlamentarias han conocido nuestros avances en derechos para las mujeres, pero también la división en el gobierno por la Ley del sólo sí es sí y las cautelas sociales ante las posibles consecuencias de la Ley Trans.
.-Las diputadas socialistas Carmen Calvo y Lina Gálvez critican que la delegación morada se entremeta en asuntos del Gobierno español.
.-El Consejo General del Poder Judicial facilita a las eurodiputadas cifras oficiales de rebajas de condena de agresores sexuales que la ministra Montero negaba que existieran.
Su visita no suponía una amenaza para nadie. No eran los «hombres de negro» los que venían a España, esos que da canguelo sólo nombrarlos y que manda Europa a los países comunitarios que no tiene las cuentas claras. No, se trata de diputadas representantes de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género de la eurocámara en tareas de evaluación de nuestra ralidad. «Mujeres de morado» en simbología feminista, con la misión de conocer de primera mano lo que por aquí se cuece en materias como el consentimiento sexual, la dependencia, medidas contra el tráfico de personas y contra la explotación sexual.
Y han cumplido su misión: han mantenido interlocución con una importante representación social, política y judicial. Empezaron entrevistándose con la ministra de Justicia, después con la comisión de Igualdad del Senado, del Congreso, organizaciones de mujeres, sindicatos, juristas, ministra de Igualdad, fiscal de Sala de Violencia contra la Mujer y por último con el Observatorio contra la violencia doméstica y de género del Consejo general del Poder Judicial.
LAS MUJERES DE MORADO:
Encabeza Elżbieta Katarzyna Łukacijewska (PPE, Polonia). Junto a ella, la chipriota Eleni Stavrou (PPE), las suecas Carina Ohlsson (Socialistas y Demócratas) y Alice Bah Kuhnke (Verdes), y las españolas Rosa Estaràs (PP), Lina Gálvez (PSOE) y Soraya Rodríguez (C’s). Además, como acompañantes figuranMargarita de la Pisa (ECR España) y María Eugenia Rodríguez Palop (La Izquierda, España).
España y Suecia fueron los países elegidos para recibir a esta delegación europea por ser ambos países los que disponen de las políticas más avanzadas en materia de Igualdad en el ámbito comunitario. Pero este no era el mejor momento para una visita que estaba programada desde hace varios meses, antes incluso de que se aprobara la Ley del sólo síes sí, y resulta que se han topado de lleno con el jarro de agua fría de los fallos de esta Ley y de una pelotera nacional que se ha colado en todas y cada una de sus reuniones de trabajo.
Así lo captó inmediatamente la eurodiputada socialista y también miembro de la comisión «evaluadora», Lina Gálvez, lamentando por activa y por pasiva «la instrumentalización política» de la eurovisita. Pero no hubo forma: las mujeres de morado -las que no lo sabían aún- comprobaron enseguida que PSOE y Unidas Podemos no han logrado hasta el momento, en el seno del Gobierno, el acuerdo necesario para la reforma legal que podría evitar beneficios en las condenas de los delincuentes sexuales.
Las espadas siguen tan en alto que ha resultado imposible esquivar el asunto por ambas partes. Hasta el punto de que la jefa de la delegación, la polaca Katarzyna Łukacijewska, ha sacado como primera conclusión de esta visita su esperanza en que se busque una solución para esta Ley, que se desenrede un entuerto que dice ver «complicado» tras constatar personalmente que las posturas de las ministras de Justicia y de Igualdad son muy dispares.
El broche de su concluyente argumentación se lo había puesto horas antes en bandeja la representante del Observatorio de Violencia doméstica y de género del CGPJ al hablares durante su entrevista del «daño irreparable» causado por la nueva Ley, de los 4.000 presos que podrían seguir beneficiándose de las rebajas de pena y de datos fiables que hasta el día anterior no existían para la ministra Irene Montero: 552 reducciones de condenas y 54 excarcelaciones.
VER, OIR Y CALLAR
El disgusto de Gálvez era compartido por la diputada nacional y también socialista, Carmen Calvo, que no se pudo contener ante la polaca y, con cara de pocas amigas, le indicó que ninguna delegación por muy europea que fuese debía «entrometerse» en los asuntos del gobierno español. ¡Ea!
Por su parte, la eurodiputada de Ciudadanos e igualmente miembro de las «de morado», Soraya Rodíguez, asumía que la pertinaz intromisión de la polémica reforma del sólo sí es sí en esta visita era inevitable. Lo mismo pensó su colega la representante del PP, Rosa Estarás, quien cree que el daño que esta norma ha hecho a la imagen de España como referente de políticas de igualdad en Europa es ya inevitable.
Ver, oir y callar no estaba en el guión de las mujeres de morado, al menos no en todas. Se han contagiado del ambiente nacional y se van más desunidas de lo que vinieron. A ver qué informe de consenso son capaces de elaborar ahora: hay tragos en política que no están pagados.
Sara Lagos