Por Irene González Rico
CORAZONES DE HIEDRA
«Vuestra hija está muerta —dijo el hechicero».
Con este comienzo tan espeluznante, ¿quién se resiste a leer este libro? Pero si queréis más motivos para adentraros en el mundo de Jaime Sánchez-Crespo, aquí tenéis algunos.
En esta historia se mezclan tres tramas diferentes que, a lo largo de sus páginas, irán entremezclándose hasta unirse en una sola. Tres tramas, con tres personajes completamente distintos que transcurren en años diferentes. Nos encontramos en 1990, Adrián es un adolescente que no tiene una vida fácil. Su padre desapareció cuando era pequeño y en el instituto es el raro de la clase. Pero él se evade de todo eso dibujando y no cualquier cosa, sino el mundo que sueña cada noche y que le resulta tan real. En 2019 seguimos a Héctor, un detective privado que seguramente no le caerá bien a más de una lectora. Es de esos personajes de vida complicada, un trabajo más complicado aún y problemas con el alcohol. Y por último está Lhaysia, una chica pelirroja que vive en Gaedramar, un mundo desconocido y fantástico que corre un grave peligro. Tres personajes que parecen no tener nada en común pero que, poco a poco, a lo largo de la lectura, irán encontrando su camino y sus historias se entrecruzarán de manera irremediable.
Es una historia que atrapa desde la primera página mezclando el suspense con la fantasía y manteniendo la intriga hasta el final, cuando todo se va descubriendo. La única pega, por poner alguna, es que este libro es la primera parte de una saga, Sueños de Gaedramar, y aún no está lista la segunda, aunque el autor ya está trabajando en ella… y yo estoy deseando saber cómo va a continuar esta historia. Si no sois muy amantes de la fantasía, no pasa nada porque también hay mucho de intriga e investigación policial por parte del detective y todo está tan bien hilado que ninguna de las tres tramas te distrae de la historia.
Hay personajes fuertes, como Lhaysia, Es uno de los que más me han gustado. Tiene un futuro difícil, pero no duda en enfrentarse a él y seguir hacia adelante junto a su mejor amigo, Gard. Y Adrián también me ha parecido entrañable. Sin embargo, como ya dije al principio, Héctor es un personaje odioso, por eso me ha gustado tanto. El propio autor ha dicho que lo ha hecho así para que no nos caiga simpático y así entender qué va a ocurrir con él más adelante. Es un personaje retorcido que solo mira por sí mismo y me ha parecido tan real y único que me ha gustado conocer sus pensamientos a lo largo de la historia, igual que me ha gustado acompañarlo en su investigación.
Estais a punto de leer una novela que no solo trata de desapariciones o mundos fantásticos, también hay sitio para el amor y la amistad pero, sobre todo, para hablar sobre la búsqueda interior. Aventurarse en nuestro yo más profundo y luchar contra cualquier adversidad para salir adelante. Un libro que os recomiendo porque estoy segura de que os sorprenderá.