LOS RESULTADOS ELECTORALES ANDALUCES SACUDEN LA POLÍTICA NACIONAL.
.-ANDALUCÍA DA UN VOTO MASIVO A LA DERECHA QUE NO SE ESPERABA JUANMA MORENO NI EN SUS ARREBATOS DE OPTIMISMO.
.- SE DESINFLA EL EFECTO OLONA Y LA AMENAZA QUE SUPONÍA PARA LAS LEYES DE GÉNERO.
.- LA IZQUIERDA TROPIEZA POR ENÉSIMA VEZ CON LA MISMA PIEDRA DE LA DESUNIÓN Y PIERDE 10 ESCAÑOS.
.-Y EL PSOE LLORA POR LAS ESQUINAS SUS ERORES DE CAMPAÑA, TRAS EL PEOR RESULTADO DE SU HISTORIA.
.-PERO TODAVÍA MÁS Y CON LÁGRIMAS DE VERDAD, HA LLORADO JUAN MARÍN (CIUDADANOS) QUE SE «VUELVE A SU CASA CON SUS HIJOS» AL PERDER TODOS SUS ESCAÑOS.
Mientras en Ferraz, Génova o Moncloa se debate sobre una posible o no convulsión nacional tra la aplastante mayoría absoluta conseguida por el PP en las elecciones andaluzas, y si estaríamos asitiendo a un cambio de ciclo que llevaría a un adelanto electoral de las Generales del año que viene, por aquí abajo seguimos todavía de resaca y adentrándonos en una nueva campaña, la de recogida de los despojos que ha dejado a su paso el sunami popular. Votos masivos que ofrecen un nuevo espejo político, insólito hasta ahora en nuestra historia democrática. Pero vayamos por partes y ya veremos si se cumple el efecto mariposa.
MACARENA CON SU PENA
Por lo pronto, la espada de Damocles contra las mujeres que Macarena Olona (VOX) levantó en Andalucía desde que aterrizara en Salobreña a principios de junio, empezó el domingo a desintegrarse a la velocidad de apertura de los sobres de las urnas. Lo mismo sucedía con su cara de presidenta, la que le veía Abascal, y con los ecos de la pregunta que la candidata alicantina le formulaba a un Juanma Moreno casi ausente en los debates electorales: ¿Quiere ser mi vecepresidente, Sr. Moreno Bonilla? ¡Uff! Las mujeres y los inmigrantes conteníamos la respiración.
Felizmente la pregunta se la llevaría el viento. Mucho engreimiento y poca sabiduría sobre la sociedad andaluza llevaron a la presidenciable de VOX a no cumplir ninguna de sus expectativas electorales, pese a incrementar sus votos y subir dos escaños. Hay quien dice que su partido ha tocado techo y que la cunera ya tiene reservado su billete de vuelta a Madrid, donde aún conserva su papeleta del Congreso.
EL ASOMBRO DEL PRESIDENTE
Pero si las mujeres hemos recuperado el resuello más aún ha resoplado Moreno Bonilla ante el pinchazo de la extrema derecha. El masivo voto que el candidato moderado ha recibido de la sociedad andaluza, sea prestado, útil, o ideológico, le ha evitado no pocos dolores de cabeza a corto y medio plazo. Él, que optó por «ir de Belinda» en los debates y no pelearse con nadie, sabe muy bien que no es ningún líder carismático como para sacar por sí solo esta mayoría absoluta tan significativa (58 escaños). Además, la pandemia, la crisis, la inflación y la falta de un presupuesto acorde -motivo oficial del adelanto de las elecciones- tampoco le han permitido ofrecer a la ciudadanía una gestión tan fenomenal como para arrasar en las urnas.
Sucede sin embargo, que se han juntado por un lado, un político nada vanidoso, que ha tratado de no hacerlo mal estos últimos años desde su despacho en San Telmo, que ha querido contentar a todo el mundo y que ha demostrado un talante moderado rallano en lo humilde y, por otro, centenares de miles de personas cabreadas por los precios de la luz, el gas, la gasolina, los alimentos… que lo tienen difícil para llegar a fin de mes y que les da igual que la culpa sea de Sevilla, de Madrid o de Moscú. Gente con un voto de cabreo en su papeleta, precisamente el que esperaba recoger Vox, que ha encontrado en Moreno su mejor depositario -unos 200.000 votos, aparte de los suyos propios, los de Ciudadanos y los del descontento socialistas- por su apariencia de hombre tranquilo, nada sectario y que ha sabido quitar el miedo a la derecha. Claro que a su izquierda esta vez no se encontraba el Podemos ilusionante de la pasada década, que supo canalizar en elecciones anteriores ese voto del descontento. Así que blanco y en botella.
EL LLANTO DE UN BUEN SOCIO
El fiel líder de Ciudadanos, el impecable socio de gobierno para el PP, Juan Marín, no ha podido conseguir ningún escaño para su formación liberal, pero sí ha sabido marcharse con dignidad. Su llanto ante uno de sus hijos, a los que ha «vuelto a recuperar», lo dice todo. Está convencido de haber trabajado bien, y es muy posible que dentro de poco lo veamos de nuevo ocupar algún sillón en alguna consejería. Juanma no lo descarta. Lo que pase con su partido, se refunde o no, es otra historia.
ESPADAS SE QUIERE RESETEAR.
En el PSOE lloran por las esquinas ante el peor resultado de su historia en el que fuera su gran feudo electoral. La cara de entierro de Pedro Sánchez en la reunión de la Ejecutiva del lunes lo dice todo. El millón de votos de Susana Díaz pasó a la historia por mucho que lo reclamó Juan Espadas, el candidato de Sánchez tras unas primarias en las que venció a Susana. Podría haber sido un buen alcalde pero, como mejor monaguillo, aceptó sin rechistar la opción que le encomendaban desde arriba. La retranca nacional no lo ha lo beneficiado ni tampoco el escaso tiempo de que ha dispuesto para que lo conocieran más allá de Sevilla, Cádiz y Huelva. Y lo que es peor, su mensaje amenazador ante el futurible pacto de la extrema derecha con el Partido Popular terminaría por volvérsele en contra y encauzar hacia Moreno Bonilla el voto útil. Ya lo ha dicho el líder de la oposición, no le queda otra que resetearse. Pedro Sánchez… resistirá.
LA IZQUIERDA QUE NO SUMA
Y qué decir de la izquierda más allá del PSOE. Una nueva desunión, un nuevo batacazo. ¿Se ha perdido la receta de Anguita para la confluencia de la izquierda? ¿Por qué la crisis de Podemos ha sido tan determinante en la coalición? La confusión que han generado esta ruptura ha echado para atrás a miles de votantes y dividido todavía a muchos más. Se resume en un caso verídco: jornada electoral 12 de la mañana. Dos jóvenes, chica y chico votan por primera vez. Tras depositar sus respectivos sobres en las urnas se enfrascan en una discusión porque no sabían cuál de las papeletas que habían escogido, uno la de Por Andalucía, la otra la de Adelante Andalucía, correspondía a Podemos.
En Andalucía la izquierda ha restado en estas elecciones. Si quiere replantearse su futuro sumando, como desea la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, haría bien en elegir una calculadora del siglo XXI, sin rémoras trasnochadas ni modelos de otras épocas.
¿Y DEL VOTO FEMINISTA QUÉ SABEMOS?
Decía una compañera feminista que las mujeres comprometidas con la Igualdad deberíamos de conocer también el recorrido de nuestro voto. ¿Vota lo mismo el feminismo en Andalucía o reparte sus papeletas a derecha e izquierda eludiendo, obviamente, a VOX? ¿En qué proporción llega nuestro voto a los partidos?
Mientras nadie nos facilite esos datos aquí seguiremos viéndolas venir, haciendo cábalas sobre el efecto mariposa y esperando algún aleteo contundente contra las violencias machista que cada mañana nos atragantan el café.
Nani Carvajal