
«EMILIA PÉREZ» DECIDE ESCAPAR DE LA CLAUSURA SOCIAL QUE SE ENSAÑA CON LAS MUJERES
Finalmente, Karla Sofía Gascón ha decidido viajar a Los Ángeles para estar presente el próximo 3 de marzo en la 97ª edición de los ÓSCAR, premios a los que está nominada como Mejor Actriz por su papel en «Emilia Pérez». El film ya recibió el Goya a «Mejor película europea» sin que su protagonista estuviese presente a causa del veto de la comercializadora tras la polémica desatada por unos mensajes de la actriz publicados en las redes hace varios años y calificados de xenófobos y racistas. Netflix, la compañía comercializadora de «Emilia Pérez», ha tratado de eclipsarla en la difusión de la cinta y no le pagará a la actriz el viaje a Hollywood. Pero Gascón, que se ya se disculpó y pidió perdón por aquellos mensajes, de momento cuenta ya con el voto positivo para su Óscar por parte del director español, Alejandro Amenábar. Desde Mujeres delo Sur nos preguntamos: si Karla Sofía Gascón hubiese sido un hombre y no una mujer trans ¿le hubiera ocurrido lo mismo?.

Por Natalia Marín García

La protagonista de «Emilia Pérez», Karla Sofía Gascón, no está dispuesta a perder el tren de ningún premio más y ha confesado a una amiga que viajará a Hollywood y asistirá a la gala de los Óscar en la madrugada del próximo 3 de marzo, si es posible para recoger su premio a «Mejor Actriz», en caso de poder ganarlo, le pese a quien le pese. Una decisión valiente que contrasta con lo sucedido hasta el momento tras ser vetada por la comercializadora de la película después de conocerse que publicó en Twitter, hace unos años, una serie de comentarios de carácter racista e islamófobo, los cuales han salido a la luz tras convertirse la actriz en el foco de atención del cine actual. Debido a ello, el galardón fue recogido por los productores españoles de «Emilia Pérez» quienes criticaron públicamente el linchamiento que está recibiendo su protagonista femenina que también estuvo nominada para «Mejor actriz» en los premios españoles. Del mismo modo, artistas del sector se unieron para defenderla.

Previo a la celebración de los Goya 2025, la actriz protagonista de «Emilia Pérez» que recibió el premio a “Mejor Película Europea”, se vió envuelta en una gran problemática mediática. Karla Sofía Gascón publicó en Twitter hace unos años una serie de comentarios de carácter racista e islamófobo, los cuales han salido a la luz, tras convertirse en el foco de atención del cine actual.
La ausencia de Karla Sofía Gascón en los actos que dan premios a su película refleja un punto de inflexión en la relación entre la industria del cine y la cultura de la cancelación. Por un lado, es innegable que sus comentarios fueron ofensivos y han generado una reacción legítima de rechazo a pesar de que la actriz hizo públicas también sus disculpas y arrepentimiento. Sin embargo, el debate no debería centrarse únicamente en el castigo, sino en qué significa realmente la responsabilidad y el aprendizaje en la era digital.
¿Es correcto que alguien sea vetado de un evento de su propia industria sin aceptársele sus disculpas?
El hecho de que «Emilia Pérez» ganara el Goya y que sus productores defendieran a su protagonista con el mensaje «Ante el odio y el escarnio, más cine y más cultura» sugiere que hay quienes buscan equilibrar la crítica con el reconocimiento de su talento. Al mismo tiempo, la industria aún no tiene una postura clara sobre cómo manejar estas situaciones sin caer en linchamientos mediáticos.

Este caso abre preguntas más profundas sobre la coherencia del mundo del cine en temas de inclusión y diversidad. Gascón fue celebrada como la primera actriz transgénero nominada al Óscar, pero al mismo tiempo enfrentó un rechazo masivo por errores del pasado.
¿Si hubiese sido hombre, se le hubiese juzgado igual?
A través de las redes sociales se ofrecen oportunidades a grupos sociales en situación de minoría para expresarse libremente con el fin de ser visualizados. En este aspecto, recientemente surgió el movimiento de la cultura de la cancelación, el cual divulga información considerada ofensiva o inadecuada sobre los actos de una o más personas. Principalmente, el objetivo de cancelar, en este caso, a un artista, es limitar su vida laboral y su libre movimiento en los espacios sociales, pudiendo llegar a perder su reputación. Se le reprocha una actitud socialmente incorrecta, como ha sucedido con la nominada al Goya y sus comentarios en la plataforma Twitter.
Numerosos hombres, tanto a lo largo de la historia como en la actualidad, cometen injusticias o se posicionan del lado de entidades que abogan por destruir la diversidad. Sin embargo, tales actos quedan en el olvido, o comúnmente ni siquiera llegan a la opinión pública.

Muchos artistas fueron cancelados socialmente en algún punto de sus vidas, sin embargo, no han perdido su estatus de ídolos de masas, apoyados generalmente por otros hombres. Este fenómeno expone cómo funciona diferencialmente la cultura de la cancelación entre mujeres y hombres. Se genera impunidad a través de la denominada complicidad machista, donde los hombres ejercen un pacto de silencio cuando se trata de su propio género. Por el contrario, muchas mujeres célebres, como es el caso de Karla Sofía Gascón, han sido canceladas mediante la censura de su reconocimiento.
Para las mujeres, demasiadas veces esta cultura de la cancelación termina siendo una herramienta patriarcal y autoritaria, puesto que no afecta del mismo modo a mujeres y a hombres. Esta varía en función del nivel de concientización y de complicidad que presente la sociedad y las personas usuarias de Internet, y en este caso, las mujeres son las más desfavorecidas. Un error permanente podría significar el fin de la carrera profesional de una mujer, mientras que, sus compañeros de profesión, quedan libres de cualquier represalia, sin importar el agravante.
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