LA ACTIVISTA SEVILLANA QUE CAMBIÓ EL MUNDO TRANS
.-Las personas trans no sufrimos una patología mental, somos una expresión más de la diversidad humana.
.-Yo no soy un hombre que se cambió a mujer. Soy una mujer trans desde que nací, y como mujer trans me voy a morir, me opere o no.
.-He tenido la suerte de tener una familia que me quiere como soy y que siente orgullosa de mí.
.-Con las feminsitas me llevo tan bien como siempre porque, antes que nada soy una mujer feminista y de izquierdas.
«No me siente menos mujer que otras, sino parte de la diversidad de las mujeres», me dice esta vieja amiga que cuando la conocí se llamaba Francisco José.. Era, y sigue siendo guapa, alta, atlética, resultona… Vino a verme a la casa de Fulmen de la calle Zaragoza, en Sevilla, lugar que antes solía frecuentar, me dijo, y en el que conoció a muchas feministas de la hoy llamadas históricas. Ya por entonces, comenzaba el siglo, estaba fraguando la Asociación Trans de Andalucía.
M.C.-» Soy una activista histórica, pero también de hoy y de mañana. La primera asociación Trans la fundamos en 2007 y gracias a nuestro trabajo pudimos conseguir que el Parlamento andaluz aprobase la primera Ley de España y de Europa que reconocía los derechos de las personas trans. Eso se logró en 2014 y por unanimidad.»
Ciertamente, la Ley Integral de Transexualidad de Andalucía se aprobó el 25 de junio de 2014 y reconocía en sus dos primeros artículos que «1. Todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, con independencia de su identidad de género. 2. Ninguna persona podrá ser objeto de discriminación, acoso, penalización o denegación de servicio por motivo de su identidad de género.» Fue la primera ley de España y de Europa que reconoció estos derechos y se la trabajó nuestra Mar:
M.C.-«La Ley contenía principios novedosos e imprescindibles para abordar la discriminación de las personas trans. Uno era entender las identidades trans como diversidad y no como patologías mentales, como hasta entonces las consideraba la Organización Mundial de la Salud e incluso la Asociación de Psiquiatría americana. Otro fue acoger la tesis que se había introducido por primera vez en el mundo desde Argentina en 2012: la libre autodeterminación de género».
Actualmente 15 de las 17 comunidades autónomas españolas protegen los derechos de las personas trans. Sólo faltan Castilla y León y Asturias. Gracias a estas leyes, en 2022, el 80% de las personas trans están hoy «estudiando en universidades y no ejerciendo la prostitución por las esquinas», nos recuerda esta incansable mujer con las fechas de su rebelión grabadas en el cerebro. El fenómeno trans, cuenta Mar Cambrollé, ha seguido un proceso similar al de las mujeres y el feminismo:
M.C.-«Toda la vida ha habido grupos de izquierdas- dice- sin embargo, ni siquiera en esos partidos las mujeres teníamos visibilidad. Y lo mismo sucedía en sindicatos o en organizaciones empresariales. Las mujeres hemos tenido que organizarnos como grupo independiente porque sufrimos una discriminación estructural. ¿Qué que nos pasa a las personas trans? pues que, aunque tenemos unas organizaciones que se llaman LGTB, que son generalistas, consideramos que no abordan de manera integral la discriminación específica que sufrimos. Por eso, igual que las mujeres, también hemos tenido que organizarnos de forma autónoma y desde 2014 contamos con una federación de colectivos específicos trans, que no son LGTB, sino que son trans.»
La federación trans, que tiene presencia en 14 de las 17 comunidades del estado español, es la que ha impulsado la necesidad actual de un mayor avance legislativo como el que se contempla en el proyecto de Ley Trans que en estos momentos tiene en estudio el Congereso de los Diputados. Los ordenadores de la Asociación de Transexulaes de Andalucía no dan abasto en su sede de la sevillana calle Orfila donde Mar Cambrollé, su pareja, Alejandro, y el resto del equipo ultiman los textos de las posibles enmiendas que que quieren presentar para enriquecer la futura Ley.
M.C.-«Hemos puesto encima de la mesa la necesidad de esa Ley Trans específica. Lo mismo que en su momento las mujeres pusieron la necesidad de una ley contra la violencia de género. No sufren la misma discriminación gays, lesbianas y bisexuales que las personas trans. De la misma forma que hombres y mujeres no sufren la misma discriminación. Gays, lesbianas, bisexuales y personas trans podemos ser colectivo LGTB pero no todas las personas somos discriminadas igual».
Me insiste Mar Cambrollé en que las personas trans sufren una discriminación específica y estructural difertente a la que puede padecer el resto del colectivo LGB. «No son personas, como es el caso de las Trans, que descubren en un momento de su vida que no se reconocen en el sexo que les ha venido impuesto al nacer; tampoco necesitan tratamiento médico; no son gente que debe adecuar su nombre en el DNI; no suelen estar excluídas del mercado laboral ni encuentran dificultades a la hora de alquilar una vivienda. En cambio, todo eso los sufrimnos las personas trans a nivel mundial. Eso se llama discriminación estructural».
«Cuando hablo de estructural me refiero por ejemplo, en el caso de las mujeres, a que vivimos en un mundo hecho por hombres, pensado por hombres, sólo por para hombres y donde las mujeres fueron apartadas. A través de la herramienta del feminismo por fin las mujeres han podido alcanzar cotas de igualdad. Pues lo mismo nos pasa a las personas trans: vivimos en un mundo de persona CIS en el que las personas trans hemos sido expulsadas desde los márgenes de la cultura a las ciencias, el arte, la política… por eso, sólo a través de una lucha autónoma y específica seremos capaces de por un lado de analizar la situación que nos discrimina y, por otro, de definir soluciones».
No habla de cosas inalcanzables, pero sí difíciles, complicadas, duras. Y lo hace de una forma intensa, convencida plenamente, con su seseo andaluz y una ajustada utilización de las palabras. Asombrosa dialéctica para quien se ha hecho a sí misma y se ha curtido a base de afrontar obstáculos.
M.S.-¿Cuántos años llevas luchando para dejar atrás a Francisco José y ser Mar Cambrollé Jurado con todas las de la Ley?
M.C.-«Yo empecéesta lucha cuando aún estaba vivo el dictador en el año setenta y cinco, en Sevilla, en un grupo que al final se consolidaría y que se llamó Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria. Este es el colectivo que convoca la primera manifestación pública trans en Andalucía, el 25 de junio de 1978. Hicimos un gran trabajo que sería pionero, aunque nos llevaba un año de adelanto el Frente de Liberación de Cataluña».
En España, como en el resto del mundo el camino hacia la libertad de la transexualidad ha estado sesgado por la intolerancia de las dictaduras o la ignorancia de las democracias. En los años 70, con Franco aún en plena forma, se renovó la Ley de Vagos y Maleantes y se actualizó bajo la denominación de Ley de Rehabilitación y de Peligrosidad Social. Acto seguido nacería en Cataluña un incipiente movimiento de resistencia en favor de la liberación homosexual -Movimiento Español de Liberación Homosexual (MELH)-que tuvo que dirigir sus reivindicaciones al dictador y a las cortes franquistas a través de correspondencia enviada desde localidades europeas. «Era la única forma de que no nos siguieran la pista, dice Mar Cambrollé. Te hablo de una Ley que estaba en vigor y que decía que de manera individual éramos un peligro social, así que organizados figúrate: una banda de terroristas».
«PACA LA BRAVA»
En aquella primera manifestación del 78 Mar todavía no era Mar. Tampoco Francisco José. En el ambiente se la conocía como Paca la Brava.
Fue una mnifestación seguida de un mitin que se celebró en los antiguos locales de CCOO de Sevilla, en la calle Calatrava. Toda la documentación de la época y de las actividades posteriores de la lucha transexual andaluza puede consultarse el el Archivo Histórico de Andalucía porque ha sido cedida y lleva el título de «Colección Mar Cambrollé».
CAMINO AL ANDAR
No tanto la de Paca la Brava pero sí la pista de Mar Cambrollé era fácil de seguir para la gente de los medios de comunicación. Recuerdo haberla entrevistado para TVE en varias ocasiones y siempre tuve la impresión de que terminaría sometiéndose a una operación de cambio de sexo. Nada más lejos de la realidad:
M.C.-«No me he operado de cambio de sexo. Todo el mundo trans recibe como una gran presión un binario que impone la sociedad que no solamente es sexista sino que también excluye la diversidad . Es un binario en la expresión de género y en la expresión corporal. Pero todo esto lo he aprendido yo ahora, porque he tenido que deconstruirme de forma autónoma, aprendiendo, He abierto camino andando.»
De chica no tuvo tiempo para estudiar pero andando, andando, como ella dice, se ha recorrido Mar etapas maratonianas. Hoy presenta enmiendas a las leyes del Congreso, preside federaciones estatales y es toda una autoridad nacional e internacional en el discurso y la reivindicación del colectivo trans.
M.C.-«Mi familia era muy humilde y desde los 14 años estoy trabajando porque necesitaba mi ayuda. No me arrepiento de nada pero fue una época dura: yo era muy femenina, me acosaban mucho y recibía muchas burlas. Mi infancia fue difícil porque mi padre no me entendía. Me dió la primera paliza cuando tenía 6 años porque me cogió vestida de niña y jugando con niñas y me hizo pasar una adolescencia muy mala. Sin embargo no siento ningún tipo de recelo ni por mi madre ni por mis hermanos y hermanas, y puedo decir que he tenido la suerte de tener una familia que me quiere como soy y que incluso se ha sentido y se siente orgullosa de mí. Pero como mujer he tenido que hacerme un espacio en la vida».
TRANS DESDE QUE NACE
Cambrollé se emancipó con 19 años. Se fue a vivir con un chico y montó un puesto de artesanía en la sevillana Plaza del Duque: «Así trabajé unos 10 o 12 años, hasta que consideré que era el momento de dar un salto. Y lo dí para hacer mi transición social. Tenía 25 años.»
M.C.-«Hay algo que la gente tiene que entender y es que para las personas trans no hay un momento en que se produzca una necesidad o un deseo de cambio de sexo, es que somos personas trans desde que nacemos hasta que nos morimos. Otra cosa es que no tengamos conciencia o que no sepamos expresarlo con palabras. Yo no soy un hombre que se cambió a mujer, yo soy una mujer trans desde que nací y como mujer trans me voy a morir».
M.S.-¿Y con las feministas como te llevas?
M.C.-«Siempre me he llevado bien. Creo que el feminismo es una herramienta qué sirve para luchar contra todo tipo de opresiones y además creo que sus señas de identidad como la transversalidad o la interseccionalidad me afectan como mujer además de por por mi circunstancia especial. Creo que el feminismo no es una alternativa hegemónica pensada sólo para mujeres blancas, burguesas o heterosexuales, está ahí para todas las mujeres, las pobres, las ricas, las trans, las lesbianas…»
M.S.-¿Está entendiendo el movimiento feminista la lucha específica trans?
M.C.-«Creo que ha habido una intención perversa por parte de mujeres con mucha influencia que se han podido sentir invadidas por un feminismo novedoso, más amplio, que se posiciona frente al colonialismo, que viene hablando desde el ecologismo, desde el anti racial o desde el el anticapitalismo, y por supuesto, también desde el transfeminismo. El feminismo es de todas, por eso tiene que incluir la perpectiva trans».
LA MADRE DE TODAS LAS IDEOLOGÍAS
Mar Cambrollé reconoce que el feminismo es la mejor propuesta para un orden social basado en la igualdad para todos y todas, la base del cambio:
M.C.-«Yo he vivido la foto en blanco y negro y ahora vivo en la época del color y de la digitalización. He recibido palizas y castigos que hoy hemos cambiado por el amor y el acompañamiento de los padres y de la familia en general. Yo no pude estudiar pero hoy si es posible estudiar. Gracias a nuestra lucha hoy existen protocolos en los colegios y en las universidades que protegen a las personas trans del acoso y del bullying y se exige un respeto a su dignidad y a su identidad sexual, y eso ha sido posible gracias a una revolución que se ha gestado en las últimad décadas en el activismo trans».
Activismo cuyo liderazgo ha sido mayormente encabezado por Mar Cambrollé, una mujer enérgica que ha sabido ganarse el respeto y el cariño de buena parte de la sociedad. Una mujer cien por cien que además se siente feliz por el logro de haber subvertido y calado en una generación que ya no cree en el cuento del cuerpo equivocado ni en otras patrañas que confunden y paralizan su derecho a la libre identidad de género.
Nani Carvajal