La joven malagueña recrea obras de pintores como Van Gogh, Sorolla o Klimt en billetes de euro para que recorran el mundo
Por Isabel Perea Sánchez
La escritora y activista feminista americana, Vivian Gornick, dice en su libro ‘Apegos feroces’ que «el mundo es un espacio acotado lleno de obsesiones» y las de Mari Roldán son desde siempre los viajes y el arte. En 2017, esta joven artista malagueña anhelaba convertirse en azafata de vuelo y para poder dedicarse profesionalmente a ello decidió apuntarse a una academia. Fue allí donde le comunicaron la mala noticia que marcaría el resto de sus días: no le permitirían trabajar con los tatuajes visibles que decoraban sus brazos.
A pesar del varapalo, ella tenía claro que no quería abandonar su sueño y comenzó a recrear obras de pintores como Van Gogh, Sorolla o Klimt en dinero, uniendo así sus dos obsesiones. «Decidí que si yo no podía viajar lo harían mis billetes», relata Mari Roldán.
La artista malagueña cuenta que al principio su familia reaccionó de forma extraña ante sus obras porque no estaba segura de sí lo que estaba haciendo era del todo legal. «Me encargué de contactar con un abogado para confirmar que no había problemas y me dijo que mientras no tapase el número de serie del billete y no pintase más de la mitad de su superficie, no había nada ilegal en ello. A partir de ahí, mi familia me apoyó en todo momento».
La fama que ha alcanzado Mari Roldán queda clara viendo los seguidores que tiene en los perfiles de sus redes sociales: 38.565 en Instagram (@mariroldan_) y más de 153.000 en TikTok (@soymariroldan). Por si estas cifras fueran poco, la joven también tiene su propia tienda online (https://www.etsy.com/es/shop/MariRoldanArt), en la que acumula ya más de 300 ventas. A pesar de este boom, asegura llevar muy bien la popularidad, aunque no tiene todo el tiempo libre que tenía antes. «Los días después de publicarse una entrevista son los que más trabajo porque me llegan muchos pedidos y estoy varios días seguidos sin parar de pintar. La semana pasada, por ejemplo, vendí 35 billetes en solo un día», expone la artista malagueña. Un dato nada desdeñable teniendo en cuenta que sus creaciones se venden en un arco de precio que oscila entre los 60€ y los 300€, dependiendo de la obra que reproduzca.
Mari Roldán recuerda su infancia siempre rodeada de papeles y lápices de colores. «De pequeña pintaba en cualquier sitio, hasta en los manteles de los restaurantes. Y en vez de reñirme, los camareros me decían que tenía talento«, comenta divertida. Tal vez el mismo talento que un primo de su abuelo. Se llamaba José Cañete y pintaba las antiguas carteleras de los cines de Málaga. Como él, Mari nunca ha ido a clases de dibujo, su formación es totalmente autodidacta.
Admira y reproduce la obra de grandes pintores, aunque reconoce que su artista favorito es Van Gogh por todo lo que transmite y también porque su color preferido es el amarillo. De momento no ha probado con sus propios diseños, pero todo se andará:
–«De momento lo que le ha gustado a la gente es ver cuadros de artistas que conocen, pero poco a poco iré introduciendo mis creaciones. Me gusta pintar sobre todo mujeres porque antiguamente ellas no eran reconocidas, sólo unas pocas destacaban en el mundo del arte. Y yo quiero, de alguna manera, rescatarlas del olvido y darles la visibilidad que se merecen«.
En el futuro Mari Roldán sueña con exhibir su arte en diferentes exposiciones y salas de todo el mundo, empezando por Málaga, claro:
–«Tengo mucha ilusión porque he empezado a hablar ya con algunos centros culturales como La Térmica y otros en Madrid».
Además, declara que una de las cosas que más le gusta de todo lo que está viviendo es saber que muchos de sus seguidores se han adentrado en el mundo de la pintura gracias a lo que hace ella:
-«Creo mucho en el destino y pienso que todo pasa por algo. Hoy en día me puedo dedicar exclusivamente a lo que siempre ha sido mi sueño y no puedo estar más agradecida por ello».
Sus artísticos billetes han llegado muy lejos. «Uno de ellos viajó hasta Hollywood, cuenta Mari. Me lo compró un director y productor de cine que se llama Brett Ratner. Cuando contactó conmigo para que se lo vendiera, no me lo podía creer«.
La mayoría está en manos de amantes del arte y coleccionistas, pero ella quiere que circulen también de mano en mano y que quien se lo encuentre se lo notifique a través de sus redes sociales. Por eso, de vez en cuando, paga sus compras con alguno de ellos. Calcula que habrá un centenar en circulación, así que considerese afortunado si algún día, en un bar o en una tienda, le dan entre la vuelta de su consumición algún billete con una reproducción de Picasso o Degás. Son los billetes viajeros de Mari Roldán.