TREINTA Y CUATRO AÑOS TRABAJANDO POR LAS MUJERES DESDE LOS BARRIOS DE SEVILLA
.-El Ayuntamiento le ha reconocido su labor social con la rotulación a su nombre de una rotonda en el barrio de Juan XXIII, en el distrito Amate.
.-En 2022 se le concedió otra rotonda en la zona del cerro del Águila a otra mujer feminista, Mª Reyes Jiménez.
Por Victoria Giráldez
Corrían los años 90 cuando Mª Ángeles Soler, igual que tantas otras mujeres de este país, se animaron a constituir asociaciones para cubrir los déficits de apoyo a las mujeres que las instituciones políticas y sociales no abarcaban. Era una forma de contribuir al desarrollo igualitario de un país que acababa de sufrir una larga dictadura y sus mujeres fueron las grandes olvidadas. Mª Ángeles Soler empezó fundando la asociación «Rosa Chacel» en el barrio de Juan XXIII, y poco a poco los diferentes grupos creados se unieron bajo el nombre de Federación de Asociaciones de Mujeres del distrito sevillano Cerro-Amate.
–“Sinceramente, yo venía de una familia donde mi padre nunca había sido un hombre represor; mi marido tampoco, pero eso no quita que viera lo que había a mi alrededor. Al principio trabajábamos con el centro de adultos ‘Juan XXIII’ donde dábamos formación en género. Dábamos charlas semanales abietas a todo el barrio…», dice esta activista feminista que, aunque nació en Triana, fue nombrada Cerreña Adoptiva por su esfuerzo y dedicación a este barrio obrero de Sevilla.
La asociación empezó a crecer y llegó a tener más de 500 socias en poco tiempo. «Las mujeres venían de toda la zona. Además de formación organizábamos viajes para el conocimiento del patrimonio histórico de Sevilla y de Andalucía y, sobre todo, muchos talleres y charlas con coros ygrupos de teatros», dice M. Ángeles Soler. «Nosotras lo que queríamos es que las mujeres tuvieran espíritu crítico, que ellas pudieran criticar y ser objetivas a la hora de valorar las políticas que se hacían y que tanto repercuten, por ejemplo las urbanísticas, en las mujeres”, añade.
Soler estuvo muy ligada siempre a las actividades municipales de Sevilla, además su marido, José Gallardo Fernández, fallecido en 2011, ocupó cargos de concejal en el Ayuntamiento, entre 1995 y 2003, primero en las filas de la oposición socialista en el mandato de alcaldesa de Soledad Becerril, y después en la primera legislatura de Alfredo S. Monteseirín (PSOE). Ella recuerda cuando se casó en 1967, que las cosas eran muy diferentes para las mujeres:
-“Yo me topé con la primera desigualdad de género que hasta esa fecha no había percibido como tantísimas mujeres, cuando estando trabajando decidí casarme. Al decirle a mi jefe que iba a aprovechar las vacaciones, que entonces eran 15 días o 20 días de verano, para unirla a las de la boda que eran 10 días me respondió: ‘No, no, usted ya se tiene que marchar si se casa, porque el convenio laboral nacional así lo exige’. De hecho, allí no había ninguna mujer casada trabajando en la fábrica. Yo estaba en la oficina, llevaba Recursos Humanos, las nóminas, los permisos… Allí no había ninguna mujer casada. Yo no lo había percibido porque como eran todas jóvenes…pero ya después me quedé en paro. Te daban un despido que le llamaban ‘dote‘ porque era un especial, pero te tenías que ir”.
Era una época en la que no se registraban todavía como tales los casos de violencia de género, pero se sufrían con tanta o mayor intensidad que ahora. Hasta entonces, bien por miedo al cónyuge o por temor al rechazo social, la mujer que había sufrido malos tratos en el hogar mantenía silencio al no encontrar un espacio seguro al que poder acudir, denunciar y donde su testimonio tuviera credibilidad.
Cuenta Mª Ángeles Soler que en los 90, las mujeres ya empezaron a acudir a las asociaciones de mujeres cuando necesitana ayuda para salir de situaciones de malos tratos: «Las mujeres venían a las asociaciones pero tampoco teníamos recursos suficientes para atenderlas. Fue ahí cuando creamos la Federación Sevilla Este que después se llamó Cerro-Amate, así pudimos mrecaudar fondo. Fue el primer punto de atención a la mujer que sufría violencia gratuito que hubo en Sevilla. Nuestra primera abogada fue la veterana especialista Amparo Díaz que entonces acababa de terminar la carrera.»
El último reconocimiento en vida a María de los Ángeles, tras recibir el Premio Meridiana en 2015, ha sido nombrar una rotonda como agradecimiento a la labor social que desempeña en el distrito Cerro-Amate. Un mérito que, asegura, deberían recibir más personas que actúan de forma anónima para apoyar a las mujeres y alcanzar la igualdad.
– “Ha sido un detalle de las personas que pensaron otorgarme este reconocimiento que, estuviera al lado del puente que rotularon en nombre de mi marido”, dice Mª Ángeles, trabajadora infatigable y la primera siempre a la hora de movilizarse en favor de las mujeres. La rotonda «Mª de los Ángeles Soler» es la 2ª que se concede en Sevilla como homenaje a activistas feministas. La primera, concedida en 2022 pero pendiente de la aprobación de su ubicación definitiva, se rotulará con el nombre de Mª Reyes Jiménez.