
LAS MUJERES FRENAN EL ÉXODO RURAL: SI ELLAS SE QUEDAN LA FAMILIA SE QUEDA
.- Es la primera presidenta de la organización agraria ASAJA (Sevilla), desde su creación hace 30 años.
.- Asegura que las mujeres son la base de la economía rural además de parte activa en frenar la la huída del campo a la ciudad.
.- En los últimos 10 años las mujeres han dado un gran salto en su incorporación a los nuevos retos tecnológicos agrarios.
.-María Morales pide a las Administraciones y a la Unnión Europea que cuando tomen decisiones tengan siempre presente el campo, pues el sector primario es básico y sin comida no se puede legislar.
Por Raquel Cervantes

La falta de mano de obra, la maquinaria antigua y el envejecimiento de la población rural complican el desarrollo y las perspectivcas del sector agrario en nuestro país. A ello hay ue sumarle los aranceles que ha impuesto EEUU al aceite de oliva (25%), y las aceitunas negras (34,7%) que reducen la competitividad de nuestros productos con especial incidencia en Andalucía. La amenaza de incrementar estos impuestos por parte de Donald Trump y el hecho de que España importa más de aquel país de lo que exporta, arecienta la brecha ya existenten en el rendimiento de nuestros campos.

Si la situación en el campo es ya de por sí difícil, aún lo es más para las mujeres. Ellas tienen más dificultades para acceder a los recursos y, a la hora de tomas decisiones, no están lo suficientemente representadas. Sin embargo la mujeres han desempeñado siempre un papel esencial en la agricultura andaluza, pese a que históricamente su labor ha sido invisibilizada y considerada una extensión de las tareas domésticas: participan en todas las etapas de la producción agrícola, desde la siembra y la cosecha hasta la transformación y comercialización de los productos. Han sido víctimas de un trabajo escasamente valorado e incluso muchas veces no remunerado, que ha limitado su acceso a los derechos laborales y económicos.
¿Qué perspectivas de cambio tiene esta situación para las mujeres campesinas? Hablamos de ello con María Morales, la mujer que por primera vez está al frente en la provincia de Sevilla de la organización ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores), desde su creación hace ahora 30 años.

Mujeres del Sur: –María Morales asumió la presidencia en septiembre de 2024, un paso importante hacia una mayor presencia femenina en el sector. ¿Cuáles son los principales retos del sector agrario en Andalucía?
María Morales: –«Ahora mismo hay algo bastante importante, que es la falta de mano de obra. Las máquinas no lo hacen todo, necesitamos personal cualificado. No cualquier persona sabe podar, coger un tractor, echar herbicida. Además, hay muchísima falta de relevo generacional, porque al final, todas las personas que están trabajando en el sector agrícola y ganadero, son personas que van teniendo ya su edad y no hay gente joven por detrás que vayan aprendiendo lo que ellos saben».
M.S.: -¿A qué se debe esta falta de mano de obra en el campo?
M. M.: -«Hay cierta reticencia a venir a trabajar al campo, es verdad que es duro, por el frío, el calor, la lluvia… bueno, cuando hay lluvia no se trabaja, pero cada vez se está intentando mantener mucho más presente el tema de la seguridad y de la salud. Estamos intentando hacer un poquito más atractivo el sector. Y la mano de obra falta mucho y no entendemos por qué, porque después vas al INEM y hay muchísima demanda de empleo, la gente está en paro, pero cuando les dices que hay trabajo en el campo no responden de la misma manera que para cualquier otro sector».

M.S.: –Las mujeres representan el 25,5% del personal del sector agrario y pesquero de Andalucía. En 2024, según la EPA (Encuesta de Población Activa) del INE, el empleo agrícola creció en 3.200 personas ¿Cómo describiría la situación concreta de las mujeres en la Agricultura andaluza?
M. M.: -«En el campo hay pocas mujeres, y las que están han tenido mucha valentía y han tirado para adelante, también llevando sus casas. Las mujeres creo yo que son la base de la economía rural y de que no haya una huida hacia la ciudad, porque si la mujer se queda, la familia se queda, es así».
M.S.: -Desde los sindicatos se destaca un aumento reciente de mujeres en áreas técnicas como investigación y gestión agraria. ¿Están preparadas las mujeres para el reto tecnológico?
M.M.: -«En el tema de la parte técnica, de visitar campos, de ver plagas, de cuadernos de expropiación, de investigación y desarrollo en laboratorios, en proyectos europeos para el desarrollo de la tecnología en el campo… todo eso lo están haciendo también muchísimas mujeres, ahí sí que encuentro yo una incorporación importante en los últimos 10 años, que no existía antes».
M.S.: –¿Existe entonces una evolución real de la situación de las mujeres en el campo?
M.M.: -«Sí es verdad que hay una evolución. Pero una evolución, ahora mismo ni equidad ni igualdad en ese sentido con respecto a los hombres, ni mucho menos».

M.S.: -Y, a pesar de esa evolución, ¿qué obstáculos encuentran para acceder a puestos de liderazgo o mejorar sus condiciones laborales?
M.M.: – «Yo creo que la formación es importantísima, la sociedad se cambia siempre de las aulas. Desde los colegios, decirle a las niñas y a las mujeres que hay muchas carreras técnicas, muchos trabajos de campo que son exactamente igual de válidos para las mujeres que para los hombres, pero hay que hacerlo desde las aulas y encontrar el respeto y la igualdad desde las aulas».
“Queda muchísimo trabajo por recorrer, porque en las empresas de liderazgo todavía se ve que no hay para nada una paridad. Y yo no hablo de que sea una paridad forzada, si la mujer vale, vale y si el hombre vale, vale”.

UN SECTOR MUY MASCULINIZADO
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) destaca que, aunque las mujeres en el medio rural son clave para la innovación y el emprendimiento, todavía padecen desigualdades significativas en el mercado laboral como la brecha salarial y los prejuicios estructurales que limitan su acceso a puestos de liderazgo. La tasa de empleo femenino es de 51,6 % frente al 60,6% de los hombres, debido a que la agricultura es un sector que está masculinizado. Las mujeres tienen salarios bajos (inferiores a los 1.000 €), en cambio, los hombres tienen salarios medio-altos (superiores a 1.600€).
M.S.: –Desde ASAJA, ¿qué iniciativas están promoviendo para mejorar la situación de la mujer dentro de este sector en Andalucía?
M.M.: -«Siempre apoyaremos la incorporación de la mujer. Por ejemplo, una mujer de mediana edad que ha tenido que estar en casa criando niños en los últimos 15 o 20 años, pues siempre intentamos trabajar en su apoyo, sobre todo para darles visibilidad y para que no pierdan la esperanza. Que sepan que tienen hueco en el sector tanto agrícola como ganadero. Además, en ASAJA Sevilla siempre se trabaja desde la meritocracia. Si vales, trabajas como cualquier otra persona».

En el portal de ASAJA se menciona el Plan de Igualdad que promueve oportunidades equitativas para mujeres y hombres en el ámbito rural, fomentando el liderazgo femenino y mejores condiciones laborales en la agricultura.
M.S.: ¿Qué medidas cree que deberían tomar las administraciones públicas para garantizar un futuro sostenible para el sector agrario?
M.M.: -«Lo primero es reforzar muchísimo la población rural. Que llegue el 5G y que llegue la fibra a los pueblos, eso es lo que hace conectar al pueblo con el resto del mundo. Que el transporte público sea muy flexible y frecuente para poder conectar el mundo rural con todo, porque al final muchas veces casi todas las administraciones están en las ciudades. Pero es verdad que tendría que haber infraestructuras para que la población rural se encuentre muy cómoda y decida vivir en su pueblo, porque al final, la población rural somos los que sostenemos la sociedad, somos el sector primario. El secundario y el terciario dependen del primario, por lo tanto, hay que mantener la población, la sostenibilidad y el trabajo en el campo, tanto la agricultura como en la ganadería.«
GINA: Sobre el terreno hablamos con una veterana agricultora que se dedica a la recolección de cítricos. Gina Lleva más de 20 años trabajando en el campo andaluz, una labor que le ha permitido conocer de primera mano las dificultades con las que lidian muchas mujeres en el sector agrario. Sin formación previa, aprendió sobre la marcha, dependiendo únicamente de su experiencia y esfuerzo. «Yo no tenía otra opción, así que me dediqué al campo», afirma.

Uno de los principales problemas que afronta en su labor diaria es la falta de
adaptación de las infraestructuras agrícolas. Gina considera que muchas fincas con
terrenos complicados entorpecen el trabajo. «Hay fincas donde no se puede ni manejar, tendrías que ser un mono para trabajar ahí. Eso deberían prohibirlo», denuncia. Además, critica la falta de medidas efectivas en prevención de riesgos laborales: «Vienen los de riesgos laborales, se pasean, miran, y ya está. Y así no cambia nada.«
M.S.: –¿Y qué medidas cree la presidenta de ASAJA que se deberían tomar para que los jóvenes encuentren un futuro en el campo?
M.M.: -«Más agilidad, más cobertura total de nuevas tecnologías para que los jóvenes que están en los pueblos se adhieran a este sector y, por supuesto, una estabilidad para que puedan seguir desarrollándose y hacer la agricultura y la ganadería atractiva y rentable, porque un joven no se va a querer venir al campo si no ve que no tiene rentabilidad. Desde la Junta de Andalucía se ha hecho una convocatoria muy importante para la incorporación de jóvenes agricultores en el campo».

LA AMENAZA DE LOS ARANCELES
M.S.: -Los aranceles impuestos por los Estados Unidos suponen una merma para la competitividad de los productos andaluces y españoles. ¿Cómo valora ese impacto negativo y las amenazas de incrmentar todavía más estas medidas arancelarias que ha lanzado el presidente americano, Donald Trump?
M.M.: -«Trump lo que quiere es que todas las empresas del mundo se vayan a trabajar a
Estados Unidos. ¿Por qué? Porque desde los años 70, la balanza comercial de
Estados Unidos, es decir, la diferencia entre las exportaciones y las importaciones es
negativa. Es decir, Estados Unidos importa muchísimo más productos que los que
exporta. Entonces, se está viendo que necesita mucho de los productos que hay fuera
de Estados Unidos, y eso es lo que quiere revertir. Yo siempre pienso que Trump no ve
más allá de lo que es la inmediatez».

M.S.: ¿Es el campo un sector rentable, está infravalorado?
M.M..-«El precio de la semilla que me dan es el que tengo que pagar. Yo no decido el precio, el precio lo decide el mercado, lo decide el comprador. Por lo tanto, por un lado, estamos consumiendo y cada vez suben más los costos en todo. A la hora de vender no podemos tener la rentabilidad para simplemente cubrir esos costos o tener un mínimo de margen para seguir funcionando pues el mercado no nos deja porque no podemos intervenir en ningún tipo de precio».
M.S.. -¿Cómo es la situación de los pequeños y medianos agricultores en la región?

M.M. –«La agricultura y la ganadería se desenvuelve en medio de una guerra de altísimos costes, tanto para las pequeñas y medianas explotaciones como para las gandes. Los pequeños es cierto, dependen también de otros servicios y se encuentran en una situación más vulnerable en ese sentido. Pero eso afecta al campo en general porque, al fin y al cabo, nos asfixian los altos costes y los precios de venta pues hay productos como el trigo y la naranja que mantienen el mismo precio que hace décadas, algo inviable para el sector.»
Lleva pocos meses en el cargo y es consciente de la ardua tarea a la que se enfrenta. Por eso María Morales hace un llamamiento desde ASAJA a las Administraciones públicas y especialmente a la Comunidad Europea para que “que en la toma de decisiones siempre tengan en cuenta el campo, ya que el sector primario es básico y sin comida no podemos legislar. Necesitamos un respaldo de la sociedad entera ante un trabajo tan esencial como el que tenemos”.