LA MONJA FEMINISTA CATÓLICA FUNDADORA DE LAS IRLANDESAS
.- Fue la primera religiosa que impulsó la salida de las monjas de los conventos de clausura.
.-Instó a las monjas a no usar hábito y a trabajar contra la pobreza y la persecución.
.-Animó a las mujeres a educarse, a estudiar, a hacer teatro cuando todo eso les estaba prohibido.
.-Adelantada a su tiempo, por sus ideas revolucionarias recibió del Papa Urbano VIII el mismo trato que Galileo por decir que la tierra era redonda: la cárcel.
Por Lucía Franch
Aunque el concepto de feminismo no se conocía a finales del siglo XVI, época en la que nació Mary Ward, esta mujer, además de ser llamada por Dios, al que dedicó su vida, creía total y firmemente en la capacidad de las mujeres para liderar y ser independientes del habitual dominio masculino de su tiempo.
Quiso demostrar todo lo que ellas eran capaces de hacer en una sociedad de hombres y fue la primera mujer cristiana decidida a sacar a las monjas de los conventos de clausura, donde los varones las tenían encerradas. Decía Mary Ward que el amor divino que ardía en ella, como el fuego, no se podía encerrar.
Ward nació en Ripon, pequeña ciudad al norte de Yorkshire, Inglaterra, en 1585, en el seno de una familia profundamente religiosa, un tiempo en el que el catolicismo sufría de una gran represión y persecución por parte de la aristocracia protestante y la Casa Real inglesa.
Alguno de los miembros de su familia participaron en la famosa “Conspiración de la Pólvora”, un levantamiento de los católicos ingleses contra Jacobo I, descontentos con las severas medidas penales y la represión adoptada contra ellos, y que finalizaría con la instalación de un rey obediente al Papa en el trono inglés, pero el gobierno descubrió la conjura que acabó con la ejecución de la mayor parte de los conspiradores y con el consiguiente endurecimiento de las medidas anticatólicas.
La familia de Mary Ward, así como el resto de las familias católicas, tuvieron que vivir en permanente estado de fuga, hasta que ella, a los 15 años cruzó el Canal de la Mancha para ingresar en la orden de las Clarisas, una orden franciscana estrictamente ortodoxa , de monjas que llevaban una vida permanente de oración y de penuria.
Pero Mary Ward se cansó pronto de las rígidas restricciones impuestas a las monjas católicas y en 1609 fundó su propia orden, «Instituto de la Bienaventurada Virgen María», en Saint Omer, (Países Bajos, entonces bajo dominio español), dentro de la orden de los jesuitas. Pretendía que las hermanas religiosas fueran más activas en la comunidad y que trabajaran con los pobres y perseguidos y las instó a no usar hábitos.
Creía firmemente en la educación de las mujeres jóvenes, incluso las animó a actuar en obras de teatro, una medida que se consideró escandalosa en tiempos de Shakespeare , cuando todos los papeles femeninos eran interpretados por chicos.
A LA CÁRCEL POR HEREJE
En 1631, a los 46 años, camino más de 1500 millas hasta llegar a Roma, a las puertas del Vaticano para pedirle al Papa Urbano VIII, la aprobación oficial de su orden rebelde, pero el Papa la declaró hereje y la mandó a la cárcel, además de emitir una bula papal, ordenando la supresión de su orden, siendo en Inglaterra sus monjas ridiculizadas cómo «Hussies” (desvergonzadas) y miradas con el mismo desprecio que a las coristas o las prostitutas.
Tanto por la forma con la que fue tratada, como por sus ideas revolucionarias, la igualaron en esa época con Galileo, quien fue también encarcelado por Urbano VIII por atreverse a sugerir que la tierra orbitaba alrededor del sol.
Dicen de Mary Ward, que tuvo una visión sobre la igualdad del hombre y la mujer ante Dios, y habló de lo que las mujeres podían hacer en la iglesia y en la sociedad en general ….todo en un momento en el que las universidades todavía estaban discutiendo si las mujeres tenían alma…..
Fue perseguida ferozmente por la iglesia, pero ella nunca se permitió una palabra de amargura o resentimiento en sus escritos contra aquellos que la persiguieron. Cuando fue apresada, dijo: “sufrir sin culpa, no es carga… Iré gustosa a la cárcel que deseen» y ya estando en la cárcel, nunca perdió ese extraordinario don de la esperanza y la confianza en Dios.
Meses después de ser apresada, el propio papa Urbano VIII la sacó de la cárcel y la recibió en el Vaticano, y en su entrevista, Mary Ward le dijo: «Ni he sido ni soy hereje». Y volvió a comenzar su vida abriendo una nueva casa en Roma, aunque todavía no fueron reconocidas sus hermanas como religiosas.
INCOMPARABLE Y VENERABLE
Nuestra religiosa feminista murió en 1645 en el asedio de York, durante la guerra civil inglesa y fue enterrada en la iglesia parroquial de Oshaldwick. Su gran obra siguió adelante, siendo además motivo de inspiración para muchas fundaciones femeninas posteriores.
Un siglo después de su muerte, monjas inglesas persuadieron a varios Papas para levantar la supresión de la orden, pero solo lo consiguieron con la condición de que no fuera Mary Ward reconocida como su fundadora.
El Instituto de la Bienaventurada Virgen María, Hermanas de Loreto -conocido con el nombre de colegio de “Las Irlandesas” en España- sería reconocido en 1877.
En la década de 1900 el Papa Pío X llegó a la conclusión de que no había ningún caso en su contra y en 1932, el Papa Pío XII la elogio como una mujer «incomparable» y ya durante el papado de Benedicto XVI, en 2009, Ward fue declarada “Venerable”, paso previo a la santidad. El papa Benedicto XVI estuvo en el jardín de infancia con las hermanas de Mary Ward y por tanto las conoció bien.
ADELANTADA A SU TIEMPO
Hoy en día la orden que fundó tiene cerca de 4000 hermanas en dos ramas, el IBVM o hermanas de Loreto y la congregación de Jesus, que trabajan en todos los continentes.
La gran familia de Mary Ward, hoy no se compone solo de miembros de su congregación, sino también de hombres y mujeres, que buscan iluminar su vida con la luz de la espiritualidad y el ejemplo de su vida.
Mary Ward fue una adelantada a su tiempo. Su actitud para el trabajo de la mujer dentro de la iglesia católica fue relevante , su obra y el desarrollo que esta tuvo en la educación de las niñas supuso un importante avance para la mujer en aquel tiempo.
Lucía Hernández Franch es diseñadora y escritora.