
«SIRAT»: EL VIAJE A NINGUNA PARTE
Por Carmen Jiménez

Esta firmante ha hecho una lectura, personal, subjetiva e intransferible de la hipnótica, brutal, inmisericorde, osada y siempre al filo ‘Sirat’, de tal modo que – sin hacer spoilers, va a ser complicado explicarlo…– las motivaciones ignotas de los personajes, sus comportamientos peregrinos y erráticos y su inquebrantable afán por un viaje sin retorno, por un viaje a ninguna parte en pos de una rave maldita, corresponden a un contexto conocido por ell@s, aunque no para quien la visiona.
Esta firmante entró en la sala pensando que iba a ver una película y se encontró con otra. Porque, aunque el hilo conductor sigan siendo un hombre, un niño, y su perrita, en busca de su hija y hermana perdida hace meses en una de las «fiestas de música electrónica, a menudo ilegales o informales, que se organizan en lugares inusuales como almacenes o zonas rurales, que suelen atraer a grandes multitudes por su ambiente energético»…

… O lo que es lo mismo, las raves antes citadas. Porque, aunque ambos la buscan, enseñando y repartiendo sus fotos, en el desierto marroquí – está rodada entre Monegros y Marruecos, con las escenas finales en el imponente Cañón Rojo de Teruel – y siguen, contra viento y marea, a un grupo de hombres, dos de ellos con la pierna y el brazo mutilados respectivamente, y de mujeres que van a la última fiesta clandestina que promete ser la mejor, este viaje será aún más díficil y peligroso de lo esperado.
Porque en su transcurso se va revelando que el contexto en el que se mueven estos personajes trasterrados es extremadamente hostil con las gentes nativas y con ell@s. Que el ejército hace acto de presencia. Que hay una muchedumbre que huye. Que la música, el baile y sus percusiones, además de las diversas sustancias consumidas, son la única vía de escape, de placer y de expresión que les queda.

Porque estas personas, que se desplazan a través de un desierto árido, inabarcable mar de arena, plagado de trampas letales, son conscientes del peligro que corren, oyen la radio, están informad@s. Gentes habitadas por la audacia, por la desesperación contenida, pero también por la empatía, por el compañerismo, por la búsqueda de otro universo posible, que deberán llegar a un pathos difícilmente soportable hasta un final abierto e incierto…
Coproducción hispano-francesa, fechada en el año en curso, de 114 minutos de metraje. La escribe el propio director, junto a Santiago Fillol. La fotografía con excelencia y talento, Mauro Herce y su banda sonora, tan desasosegante, está a cargo de Kangding Ray.

En un reparto coral ajustado y ad hoc, sobresalen un inmenso Sergi López y el niño Bruno Núñez, sin desmerecer las composiciones de Jade Oukid y el resto de viajer@s. Obtuvo el Premio del Jurado en Cannes.
Todos los reconocimientos le son debidos a esta inquietante, intensa, desgarradora, poderosa, y por momentos insoportable de contemplar mezcla, de drama, thriller, western, road movie y distopía que nos interpela como sociedad y nos invita a asomarnos a sus abismos.
Ni se les ocurra perdérsela.
Artículo compartido, publicado en el Blog de Cine de Carmen Jiménez, «Sevilla cinéfila»: https://sevillacinefila.com/
Sirat: Trailer oficial