TRAS EL ASESINATO DE LAS DOS JÓVENES DE TERRASA SE EXIGE UNA INVESTIGACIÓN A TODO EL ÁMBITO FAMILIAR.
.-Hasta ahora están detenidos como presuntos autores los hermanos y los maridos forzosos de las víctimas.
.-A las jóvenes les dijeron que su madre estaba muy enferma para que volvieran a su país, Pakistán.
.-Las organizaciones de mujeres piden que se depuren todas las responsabilidades dentro de la familia. Se sospecha también del padre.
.-Exigen además a las autoridades catalanas un mayor control en los permisos y visados para impedir estos matrimonios.
Por MD. Valenzuela y J.L.Tremols (Barcelona).
Aunque el concepto de “matrimonio forzado” nos suene muy antiguo y convencional en nuestro entorno europeo, desgraciadamente existe en muchos países como Pakistán, Bangladesh o República Centroafricana y muchas niñas y mujeres son obligadas por sus familias a contraer matrimonio sin tener en cuenta su opinión. Esta práctica habitual en algunas comunidades tiene una gran importancia tanto social como económica para ambas familias, que asumen unos compromisos que en realidad son una forma de esclavitud para sus hijas. Y los crímenes al deshonor a la familia continúan en muchas comunidades. Y para poner punto y final a esta práctica de violencia machista que se ejerce contra jóvenes mujeres migrantes, nuestro entorno social debe estar alerta y controlar aquí los matrimonios forzados.
Urooj y Anisa Abbas, hermanas de 21 y 24 años y residentes en Terrasa, fueron asesinadas en su país, Pakistán, por una cuestión de honor. Se negaron a mantener el matrimonio forzado que les impuso su familia. La muerte la encontraron en Gujrat, un pueblo situado precisamente en la zona del país donde se producen más crímenes de honor. Tanto es así, que la policía mantiene un programa especial que se dedica a los matrimonios forzados.
Los asesinatos de las dos jóvenes de Terrasa tuvieron lugar el 21 de mayo pasado y enseguida la policía pakistaní detuvo a los supuestos autores, los dos hermanos y los dos primos con los que se habían casado las dos hermanas. El motivo, una tradición que, según datos de la ONG Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP), produjo el año pasado 478 crímenes de honor en el país. Aunque actualmente esta práctica está prohibida por ley, y parece que disminuye. Entre 2005 y el 2018 se conocieron 17.628 casos, si bien se cree que el número real podría ser mucho mayor debido a la falta de denuncias, sobre todo al tratarse de familiares.
Ambas hermanas llevaban viviendo en la ciudad catalana de Terrassa desde 2022 con su madre, padre y tres hermanos. Habían venido por reagrupamiento familiar y, hace unos meses, se casaron por poderes -obligadas por su familia- con dos primos suyos, que residían en Pakistán. Cuando el padre de ambas, Ghulam Abbas, reclamó a sus hijas hace unos meses que trajeran a sus maridos a Terrassa para agrupar a toda la familia, ellas se negaron, le dijeron que querían pedir el divorcio y se fueron de casa.
Aunque el trágico suceso está bajo secreto de sumario, se cree, que el padre también es cómplice. En sus primeras declaraciones dijo que no sabía nada de sus hijas, porque para él “habían muerto cuando no quisieron traer a sus maridos a vivir con ellas en Terrassa”. Según el jefe de policía de Gujrat, Ata Ur Rahman, los responsables de los asesinatos que están detenidos podrían ser castigados con la pena de muerte.
En Terrassa, representantes de asociaciones de mujeres han pedido que se investiguen los hechos para depurar responsabilidades familiares, y para que se controle mejor cuándo se dan permisos de residencia y los matrimonios forzados, igual que ya se hace con la ablación del clítoris.
LA LUCHA CONTRA EL MATRIMONIO FORZADO DESDE DENTRO
La madre de Urooj y Anisa, Azra Shaheen presenció los asesinatos, quiso salvar la vida de sus hijas y luchó por impedir sus muertes, pero los familiares, incluidos sus propios hijos, la amenazaron con el mismo destino mortal si trataba de impedirlo. El pasado 28 de mayo, Shaheen volvió de Pakistán a Barcelona y agradeció todo el apoyo, el respeto y la ayuda que recibió por parte de las autoridades, tanto en Pakistán, como en Terrassa.
La consternación en la sociedad catalana es total. En cuanto llego la noticia a Terrassa diferentes asociaciones de mujeres, del vecindario y representantes políticos y municipales se concentraron a las puertas del ayuntamiento de la ciudad,. Posteriormente en Barcelona, la asociación de Mujeres Pakistanesas ACESOP, también organizó una concentración ante la sede del ayuntamiento de Ciutat Vella.
Por su parte, la Associació Cultural Educativa i Social Operativa de Dones Paquistaneses (ACESOP) organizó una concentración en Barcelona para denunciar «las injusticias que vive su comunidad en todas partes» y, al igual que en Terrassa, se guardó un minuto de silencio frente al ayuntamiento. Huma Jamshed, la presidenta, fue muy clara en su discurso:
–“Basta ya. No queremos que muera ninguna mujer, y que todo el mundo sepa que nos oponemos a los matrimonios forzados. Nadie puede decidir sobre nosotras y nuestro futuro. No tenemos que pagar con nuestra vida los compromisos de nuestros padres. Somos personas libres que queremos vivir tranquilas. Hay que prevenir y alertar sobre los casos que se conozcan en nuestra comunidad”.
Isabel Marqués, síndica de «greuges» (agravios), comentó sobre este trágico suceso a los medios que, de acuerdo con los mozos de escuadra, y a través de consultas de algunas jóvenes paquistanesas han tratado de controlar los matrimonios concertados sin el consentimiento explícito de las afectadas, e incluso consiguieron que uno de estos matrimonios no se realizara: “Pero es difícil hacer un seguimiento eficaz. Dos chicas vinieron a la oficina a preguntar y quedaron en volver para ver que papeles tenían que rellenar para que sus padres no pudieran obligarlas a casarse, pero allí mismo vieron a una vecina, y ya no volvieron”.
La psicóloga especializada en violencias machistas Alba Alfageme en declaraciones al diario ARA, explicaba que los matrimonios forzados son una realidad en Catalunya: “Parece que nos quedan muy lejos, pero los tenemos aquí al lado. Que no se vean no quiere decir que no existan”, comentaba. Y no solo pasa con chicas de origen pakistaní, sino también de otros países. De hecho, en Catalunya hay un protocolo de matrimonios forzados. Ahora lo que falta es sensibilizar sobre el tema, continúa explicando Alfageme: «Es importante que estas jóvenes tengan el referente de otras chicas que hayan dicho no y hayan salido adelante«.
Fotos Medios: TV3, Ara, Diari de Terrassa y Món Terrassa.