LA JOVEN COORDINADORA DE MONTAJES DE EVENTOS EMPEÑADA EN SUPERAR LA DISCRIMINACIÓN LABORAL
.- A sus 23 años es conscientes de las dificultades de ser mujer a la hora de afrontar responsabilidades logísticas con un equipo de 70 personas, en su mayoría hombres.
.- En su empresa, Pennywise Andalucía, especialista en todo tipo de montajes de eventos, Mónica entró hace tres años como auxiliar y ahora es la primera mujer coordinadora regional.
Por Carmen Larios
Una vez celebrada en Sevilla la Copa del Rey, y constatado la intensidad con la que se ha vivido en la ciudad los previos de este partido con más de 100.000 aficionados desplazados a lo largo del pasado fin de semana, cabe preguntarse también por quienes han hecho posible con su trabajo discreto pero imprescindible, que el evento se pudiera llevar a cabo. Es decir, por quienes han procurado que todo funcionase a la perfección en el Estadio de la Cartuja para poder cumplir la finalidad de albergar un partido de tal magnitud.
Y es esas estábamos cuando nos hemos topado con Mónica Lamprea, la primera coordinadora regional de la empresa de montajes PennyWise en Andalucía. Una joven mujer cuya valiente determinación le ha permitido afrontar con éxito las normas establecidas en el masculino mundo de la logística y demostrar una eficacia a la altura de sus más experimentado colegas.
Entró en la empresa hace tres años como auxiliar técnica, ha ido escalando puestos pese a ser la única mujer en un equipo de alrededor de 70 personas y demuestra día tras día que se merece su actual responsabilidad acertando con la logísica y además solventando episodios de discriminación que le caen encima por el mero hecho de ser mujer. “He consiguido ser fija discontinua, algo que para muchos de mis compañeros que no lo son, he podido lograrlo supuestamente porque soy una ‘lameculos’. Por eso me doy cuenta de que, como mujer, en el mundo laboral tengo mucho menos valor que mis compañeros hombres.”
Mónica no es un caso aislado de mujer que sufre el desprecio masculino en la valoración de su trabajo, ese que se origina en estereotipos, sesgos y roles de género que nuestra herencia cultural aún sigue perpetuando y ella como nadie lo sabe porque lo ha vivido en sus carnes:
M.L.: -«“Decían que me iban a llamar menos para trabajar porque soy mujer, además de que hay técnicos que no soportan trabajar con mujeres. Cuando tuve que montar el primer bolo, como se trataba de una estructura pesada, nada más llegar un técnico, dio por hecho que, por ser mujer, no iba a tener la fuerza suficiente para hacerlo y llamó a un compañero que estaba haciendo otras tareas, para que la levantara y a mí me puso a sujetar un martillo».
Ella achaca a la «mentalidad antigua» el que todavía levante recelos el hecho de que una mujer haga trabajos tradicionalmente masculinos: “En el concierto de C. Tangana, una vez que terminó, teníamos que recoger el escenario y limpiar la moqueta este. Pues el responsable de producción asimiló que yo tenía la función de limpiar por ser mujer, así que a mi me dio la aspiradora y no a otros compañeros que estaban sin hacer nada».
ACOSO LABORAL
A sus 23 años, y mientras organiza y monta vallas, asientos, césped, pantallas y todo tipo de elementos para las más variadas celebraciones, Mónica ya conoce, como tantísmimas mujeres, la dureza y el desazón del acoso laboral. “Una vez, cuando estaba terminando de quitar el mobiliario que se había instalado, uno de los compañeros me dijo que me fuera con él a quitar unos carteles. Lo hice y enseguida empezó a preguntarme si tenía novio, a decirme que era muy guapa y cosas así en medio de la jornada laboral. Cuando me empecé a sentir intimidada porque los comentarios fueron a más, pedí ayuda a un compañero. Pero el acoso se mantuvo con llamadas a todas horas hasta que lo bloqueé. Me pregunto quién le dio mi número».
La discriminación laboral está detrás de muchos de los problemas de desigualdad que experimentan las mujeres en el trabajo, y hay muchos ejemplos de desigualdad de género. La brecha salarial es el más notorio porque pone de manifiesto que los hombres cobran más que las mujeres a la hora de hacer el mismo trabajo, aunque en ocasiones cueste demostrarlo, puesto que estas diferencias salariales no están en el sueldo base, sino en ciertos complementos y pluses de la nómina, así como en la forma en la que se valora el trabajo desempeñado por mujeres.
El techo de cristal, junto al suelo pegajoso, es también una de las problemáticas que enfrentan las mujeres, que ven cómo sus carreras, a partir de cierto punto se estancan y no pueden seguir progresando. Detrás de esta ausencia de mujeres en puestos directivos hay diferentes causas, varias de ellas relacionadas con la discriminación laboral contra la mujer, que provoca que no se las vea como posibles líderes y jefes de equipo, por los estereotipos de género.
Ahondando en la discriminación, Mónica Lamprea como especialista en eventos multitudinarios, considera que también también se producen diferencias de género en la naturaleza en sí de los propios eventos según sus protagonistas sean masculinos o femeninos. Para ello analiza la logística empleada en los encuentros de fútbol de hombres o de mujeres a través de su experiencia: “ El fútbol masculino tienen un espectáculo central de más de dos horas que se le niega al femenino. Tiene pantallas de dimensiones más grandes y lo que es más graves un importante dispositivo de seguridad de al menos una decena de patrullas policiales. Cuando juegan las mujeres la seguridad se minimiza hasta el punto de que con par de destacamentos todo solucionado».
En su tarea diaria y, aunque fija discontinua, Mónica ha podido detectar como tantas trabajadoras muchos de los obstáculos que la sociedad patriarcal incluye en la mochila laboral de las mujeres. Sabe que para que la valoren por lo único importante, su trabajo. no tiene más remedio que demostrarlo en todo momento ante sus colegas hombres. Un esfuerzo más que ellos se ahorran.