ASÍ LO AFIRMA SUSANA GAYTÁN, PRESIDENTA DE LAS MUJERES INVESTIGADORAS Y TECNÓLOGAS DE ANDALUCÍA, EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER Y LA CIENCIA.
Por Melchor Lechuga
Hablar de mujeres y ciencia supone viajar en el tiempo a los años 355 a 370 d.C, hasta Egipto, para conocer a la que se considera primera científica de la Historia. Hablamos de Hipatya de Alejandría, una mujer que sacudió los cimientos del saber masculino de la época enseñando Filosofía, Astronomía y Matemáticas. Como ella, otras muchas mujeres han dedicado su vida a la Ciencia, aunque casi todas se han mantenido en la sombra:
-«Ahora, aunque su trabajo tenga más visibilidad, parece que contamos con un techo de cristal y un suelo pegajoso. Pero esta situación cada vez avanza más hacia un techo antibalas y hacia arenas movedizas”, afirma rotunda Susana Gaytán, bióloga, responsable para la promoción de la perspectiva de género en la Universidad de Sevilla y presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas de Andalucía. «Una sociedad que olvida que el cromosoma XX, la mujer, es una mitad real y contable de la población”.
Desgraciadamente, asegura la bióloga, hoy no es un día para celebrar nada:
«Estamos perdiendo la mitad del talento al rechazar a las mujeres. Y la humanidad se enfrenta a retos de un calibre tan enorme que perder ese talento es sencillamente irresponsable. Y eso está pasando actualmente.»
-«Hay algo que no estamos haciendo bien- dice– y que hace que las niñas pierdan interés y abandonen determinados estudios científicos, que son los que nos están sacando de la pandemia, por ejemplo. Ellas son las que descubrirán en el futuro nuevas fuentes de energía o serán capaces de gestionar el cambio climático. La solución está, asegura con firmeza, en la política de cuotas».
-«No podemos esperar – añade– a que, espontáneamente, las cosas vayan hacia otra dirección. Porque resulta que cuando hay una población privilegiada, hasta inconscientemente, va a intentar perpetuar sus privilegios, por lo que hay que invertir las normas”.
Así lo refleja también el resumen ejecutivo “Científicas en Cifras 2021”, publicado por el Ministerio de Innovación y Ciencia, donde se exponen datos tan alarmantes como que las mujeres no participan de forma plena e igualitaria en la toma de decisiones en el ámbito científico (solo hay un 23% de rectoras y directoras en institutos de investigación), o que a pesar del aumento de mujeres en el campo de la ciencia, no todas continúan en el mundo de la investigación, ni progresan al mismo ritmo que sus compañeros.
Para cambiar las cosas hay que empezar por el principio. Y el principio es la educación infantil. La relación entre niñas y ciencia es una asignatura pendiente de aprobar por nuestro sistema educativo que hace que la brecha ente ambas se agrande con los años y se acentúe drásticamente en estudios superiores y universitarios, dando lugar a esta ya tristemente famosa «gráfica de la tijera».
Susana Gaytán afirma que el conocimiento no tiene género. Esto, que es un concepto plenamente asumido en educación Infantil y Primaria, y algo menos en Secundaria:
–Comienza a invertirse, según la investigadora, en los estudios superiores debido a falsos prejucios como , por ejemplo, que al sexo femenino se le dan peor las matemáticas. Y eso no es verdad. Hay multitud de estudios que demuestran que no hay nada que se le de peor a las niñas que a los niños«.
Por eso hay que seguir luchando contra los estereotipos. “Al igual que el conocimiento, el talento tampoco tiene género. Los retos a los que se enfrenta la humanidad tampoco. Necesitamos a todas las personas apoyando para salir adelante. Necesitamos formar a niños y a niñas para que se conviertan en tecnólogos y en tecnólogas en pie de igualdad, colaborando y haciendo que el futuro sea mejor para todos y para todas”, asevera con rigor Gaytán.
Susana Gaytan recuerda con ternura sus años de estudiante y las sabias palabras de su madre …
-«No te dejaré en herencia nada más que lo que consigas aprender...»
Y cree que haber llegado hasta donde está hoy en día, no es más que un cóctel que incluye cabezonería, oportunidad y serendipia: estar en el lugar adecuado en el momento preciso:
-«Estudiar para mí era aprovechar mi oportunidad. Pero, es que, además, encontré que podía estudiar algo que me apasionaba. Y a partir de ahí, empezó a jugar la cabezonería. Cuando cerraba el aula, me iba al laboratorio como las ratas”, recuerda con ilusión y mucho esfuerzo la que años más tarde se convertiría en profesora titular de la Universidad de Sevilla.
Actualmente, Susana Gaytán tiene su propio libro de divulgación, titulado ¿Por qué me duele? (un trabajo que explica los mecanismos neuronales del dolor)y ha participado en importantes proyectos de investigación para la comprensión de la enfermedad del síndrome de muerte súbita en el lactante, o el estudio para la comprensión de la vulnerabilización de la víctima, entre otros.
“La ciencia es divertidísima y absolutamente adictiva. Cuando te das cuenta, comienzas una guerra contigo misma”.
Este interés y amor por la Ciencia que siente Susana Gaytán, es el que hay que potenciar entre las niñas y las mujeres. Para que la investigación científica, la herramienta más potente para luchar contra la ignorancia, no se esconda detrás de falsos patrones y avance de manera conjunta e igualitaria, gracias al trabajo y el esfuerzo de hombres y mujeres.