Desde que se inventara la publicidad, la imagen de la mujer ha sido oscuro objeto de deseo y manipulación constante y se ha utilizado de forma ofensiva y vejatoria atribuyéndonos en la mayoría de las ocasiones papeles subalternos relegados a las tareas domésticas, cuando no a incentivar el deseo sexual con cuerpos esculturales, inocencia rayana en la estupidez o fragilidad que, claro, justificaría nuestra dependencia del macho y nuestra necesidad de protección. Ha costado muchos años y mucho esfuerzo poner pie en pared a estos desafueros, a tantos disparates y a tanta distorsión, han sido muchas denuncias públicas, muchos dedos en la llaga, algunos boicots a determinadas marcas, mucha concienciación e incluso la promulgación de algunas leyes que prohíben taxativamente el uso de la imagen de la mujer en la publicidad en según qué situaciones y circunstancias. Pero, como en todo, queda aún bastante camino por recorrer, especialmente cuando nos enfrentamos a campañas que sin llegar a ser abiertamente delictivas, sí entran de lleno, aun sin quererlo, en lo ofensivo y en el menosprecio. Por ejemplo, la campaña televisiva que una conocida empresa de joyería española ha lanzado este año con motivo del día de la madre que se celebra del 2 de mayo. En el anuncio, durante un minuto, y sobre sugerentes imágenes de mujeres embarazadas, van apareciendo, superpuestos, rótulos que rezan:” orgullosas, valiosas, grandiosas, ambiciosas, curiosas, dolorosas, orgullosas, hermosas, ansiosas, miedosas…” para concluir extrañamente y no se sabe mediante qué extraño razonamiento, “SOMOS MADRES, SOMOS OSAS”. Cabe señalar, por si sirve de algo, que la joya más popular conocida e icónica de la susodicha empresa es un pequeño oso plateado lo que es de suponer que justificaría el insólito reclamo publicitario y el coger el rábano por las hojas de manera tan estrambótica y ofensiva para con las madres y las embarazadas-
Porque vamos a ver, ¿Cómo que somos osas?, Qué quieren decir con eso?. ¿Qué insinúan?, ¿Me cabreo o me siento halagada porque me llamen osa? A lo largo de los años hemos aguantado mucho, hemos soportado todo tipo de insultos y menosprecios pero hace tiempo que dijimos hasta aquí hemos llegado. No podemos seguir soportando ni un minuto tales faltas de respeto y mucho menos, como es el caso, a través de campañas orquestadas incomprensiblemente por profesionales que son mujeres a las que, sin entrar en cuestionar su valía profesional como publicistas, solo tengo una cosa que decirles: Osa será usted, señora.
Maruja Limón