CONSUELO FLECHA:
El ACOSO EN LA UNIVERSIDAD ES ESPECIALMENTE DOLOROSO E INJUSTO
.- La catedrática vasca, Hija adoptiva de Sevilla y patrona de la Fundación María Fulmen, acaba de recibir el Premio de la Universidad a su trayectoria en materia de Igualdad.
.-Su labor está dedicada a la investigación sobre las mujeres y a la docencia, siempre con la igualdad como objetivo.
Por Noelia Díaz
Aunque nació en Bilbao, la vida de Consuelo Flecha se encuentra estrechamente ligada al territorio andaluz. Patrona fundadora desde hace 22 años de la Fundación María Fulmen, esta catedrática universitaria acaba de recibir el premio de la Universidad de Sevilla a su trayectoria en favor de la igualdad, y dice sentirse satisfecha por el reconocimiento que supone hacia el profesorado: “Son quiénes hacen posible un espacio académico con equidad y con respeto, con libertad y justicia para las mujeres. En mi caso es un premio que incluye a muchas mujeres, las que hemos sido compañeras en la trayectoria de las iniciativas de igualdad.«
Actualmente, Consuelo Flecha, imparte clases de Historia en la Facultad de Ciencias de la Educación, pero también dedica parte de la trabajo a investigar sobre la Mujer. De hecho, ha publicado libros y artículos como «Las primeras universitarias en España» o «Repensar la educación en tiempos de igualdad.«
M.S.: -Como docente en el área de Historia de la Educación, ¿cómo ha evolucionado el concepto de igualdad en esta materia?
C.F.: -«En educación hemos confundido a veces la igualdad con el acceso a las situaciones que viven los hombres. Nos parecía un logro. Hoy sabemos la importancia de tener en cuenta las diferencias de ser hombre o mujer sin que estas distinciones sean motivo para la desigualdad. Sin embargo, hay que seguir trabajando para que las aulas mixtas lleguen a ser aulas coeducativas. No conformarnos con lo que tenemos.«
M.S.: -¿Cómo ve la situación de igualdad en España?
C.F.: -«Para quienes tenemos más años, es fácil comprobar los cambios que se han producidos. Pero no son suficientes ni definitivos. Y además, surgen nuevas cuestiones que vuelven a situar a las mujeres en desventaja, que vuelven a poner de manifiesto situaciones de dependencia y de sumisión. Aunque, a primera vista estos escenarios se presenten como de libertad y autonomía, la alerta de las mujeres con mayor conciencia no debe desaparecer. El feminismo tiene seguir reclamando equidad, todas las mujeres deben ganar autoestima y no consentir que se nos sitúe en la irrelevancia, en el silencio impuesto.«
M.S.: -Recientemente existen muchas denuncias en las Universidades sobre casos de acoso, ¿Cree que la educación en las universidades podría ayudar a disminuir esta tendencia? ¿Cómo se debería mejorar?
C.F.: -«El acoso en muchos espacios sociales es insoportable. En la universidad, especialmente doloroso e injusto. La educación tiene una tarea en la prevención, sin duda, pero también nos encontramos con otros medios sociales que difunden mensajes, trivializan actitudes y utilizan lenguajes donde las mujeres son objetos, no sujetos; dependientes, no autónomas; inferiores, no iguales. No muchas universidades han adoptado una postura clara y activa en las situaciones de acoso que sufren alumnas, profesoras o el personal de administración y servicios. Tienen protocolos de actuación, dedican recursos y ofrecen medios para responder al daño causado. Faltan más acciones directamente dirigidas a prevenir cambiando la cultura y mentalidad de superioridad masculina dentro y fuera de la universidad. Un objetivo que está resultando poco fácil.«
Lo cierto es que los casos de acoso en estos centros no paran de aumentar. Según un estudio elaborado por la Universidad de Vigo, casi el 30% de las mujeres miembros de la comunidad universitaria consideran que “es muy probable que sufran acoso sexual”. En dicho estudio se reclama una mayor conciencia por parte de profesores y alumnos sobre el acoso que sufren las mujeres. Exigencias como las de Consuelo Flecha que muchas universidades deberían tener en cuenta para hacer de los centros universitarios un lugar seguro.
Fotos: D. Ojeda Alzueta