«IGUALDAD DE GÉNERO PERCIBIDA EN EL REPARTO DE CUIDADOS Y SALUD MENTAL»
De
Ana Muñoz, María García Jiménez y Mª Jesús Cala Carrillo
Financiada y editada por la Fundación María Fulmen, la obra «IGUALDAD DE GÉNERO PERCIBIDA EN EL REPARTO DE CUIDADOS Y SALUD MENTAL: Impacto de la crisis sanitaria por Covid-19 en una muestra de mujeres andaluzas» era necesaria para conocer de primera mano hasta qué punto la pandemia de Covid ha dejado secuelas en la vida cotidiana de la sociedad, y especialmente de las mujeres, en Andalucía.
El libro se presenta mañana jueves día 24 de octubre, en la Casa de las Sirenas de Sevilla, en la Alameda de Hércules, a las 19,00 horas. Estarán presentes las tres profesoras de la Universidad de Sevilla que han llevado a cabo esta investigación, fruto de una propuesta trasladada al Patronato de la FMF por la patrona y catedrática, Consuelo Flechas que coordinará el acto.
La investigación de las profesoras Ana Muñoz, María García Jiménez y Mª Jesús Cala Carrillo, desarrolada durante varios meses con la rigurosidad propia de sus actividades científicas se ha centrado en el impacto de la pandemia en el sector de los cuidados, en el que las mujeres son las principales protagonistas y se ha extendido a los aspectos relacionados con la salud mental. Una repercusión profunda que ha exacerbado las desigualdades preexistentes que se vieron enormenmente intensificadas durante la pandemia.
IMPACTO EN LAS MUJERES CUIDADORAS:
-Sobrecarga de trabajo doméstico:
Con el cierre de escuelas, guarderías y otros centros de atención, las mujeres asumieron una mayor parte de las tareas de cuidado no remunerado. El aumento en las responsabilidades de cuidado, además de las tareas domésticas, fue una de las principales fuentes de sobrecarga para ellas. Las mujeres dedicaron muchas más horas al cuidado de niños y a la educación en casa, en comparación con los hombres.
Pérdida de empleo y precariedad laboral:
Muchas mujeres trabajadoras enfrentaron despidos o reducciones de horas de trabajo, especialmente en sectores como el comercio, los cuidados y el trabajo doméstico, que fueron duramente afectados.
En el caso de las trabajadoras informales, muchas perdieron sus medios de subsistencia sin acceso a protecciones laborales o medidas de apoyo social.
Mayor vulnerabilidad a la violencia de género:
Las medidas de confinamiento y el aislamiento social también aumentaron la exposición a la violencia doméstica y de género. Muchas mujeres se encontraron atrapadas en sus hogares con sus abusadores, lo que exacerbó esta crisis.
IMPACTO EN LA SALUD MENTAL DE LAS MUJERES:
El estrés, la ansiedad y la depresión aumentaron considerablemente durante la pandemia, afectando más a las mujeres debido a sus múltiples responsabilidades.
Estrés y ansiedad por las responsabilidades de los cuidados:
El estrés crónico relacionado con la combinación de responsabilidades laborales y familiares durante la pandemia afectó gravemente la salud mental de las mujeres. Muchas tuvieron que equilibrar el trabajo remoto con el cuidado de los hijos o familiares enfermos.
La incertidumbre económica, especialmente en los hogares monoparentales encabezados por mujeres, fue una fuente importante de angustia.
Mayor prevalencia de depresión y ansiedad:
Las tasas de depresión y ansiedad se dispararon durante el COVID-19. Las mujeres se vieron afectadas en mayor medida que los hombres. La carga emocional de cuidar de otros, la falta de tiempo personal, y las preocupaciones económicas contribuyeron significativamente a esto.
Dificultad para acceder a servicios de salud mental:
Durante el confinamiento, el acceso a los servicios de salud mental fue limitado, lo que empeoró las condiciones para muchas mujeres que ya estaban luchando con problemas de salud mental.
A pesar del aumento de la demanda, los sistemas de salud pública a menudo no estaban equipados para satisfacer las necesidades de tratamiento.
Aislamiento social:
El aislamiento provocado por las medidas de distanciamiento social afectó especialmente a las mujeres mayores y a aquellas en situaciones vulnerables. La soledad y la desconexión social agravaron los problemas de salud mental en este grupo.
El COVID-19 agudizó las desigualdades de género, sobrecargando a las mujeres con responsabilidades de cuidado no remunerado y afectando negativamente su bienestar emocional. Esta situación destacó la necesidad de políticas públicas que aborden tanto el reparto equitativo de los cuidados como el acceso a servicios de salud mental, especialmente en tiempos de crisis.
Lo sucedido durante la pandemia y recogido en el libro de la Editorial Fulmen debe de servir para que las mujeres cuidadoras, al estar en la primera línea de la respuesta a la pandemia,merzcan un reconocimiento más amplio y apoyo sostenido, no solo en tiempos de emergencia.
Mujeres del Sur