DISCRIMINACIÓN POSITIVA PERO AL REVÉS
La Ruta Quetzal, una expedición por Europa y América que se ofrece a jóvenes con expedientes académicos muy buenos, ha tomado la decisión de bajar las notas de corte para los chicos con el fin de evitar que el 87% de la participación sea copada por las chicas. En otras palabras, se han fijado notas de corte diferentes por sexo para compensar los mejores expedientes académicos que tiene la mayoría de las mujeres estudiantes. El asunto ha desatado la polémica.
Por Irene Cotrina
Cuando Íñigo de la Quadra-Salcedo, organizador de la Ruta Quetzal e hijo del periodista fundador del programa, Miguel de la Quadra-Salcedo, hizo la revisión de las solicitudes para seleccionar qué jóvenes participarían este año en la expedición, descubrió que la inmensa mayoría de las plazas las ocuparían chicas.
En toda España y siguiendo esta regla, solo conseguirían un puesto 26 alumnos. El resto, hasta 200, serían para las alumnas. Es decir, un 13% de chicos y un 87% de chicas, algo que no ha sido del agrado de la organización y a lo que sin más demora ha querido poner coto rebajando el listón para los chicos como medida ‘justa y necesaria’.
La decisión de rebajar la nota de acceso a los varones ha desatado la polémica, pues nos plantamos ante un claro ejemplo de discriminación positiva hacia los estudiantes masculinos
–“La paridad debe existir porque es una forma de contrarrestar la hegemonía masculina heterosexista, con medidas que nacen por la irregularidad y la desigualdad. Pero la paridad no tiene que ver con la parte intelectual y eso es lo que justamente han tenido que bajar en este caso”, dice Raquel Domínguez, atleta paralímpica, embajadora de la Fundación ADECCO y antropóloga.
TOMADURA DE PELO
Sostiene Raquel Domínguez que esta propuesta no es más que “otra forma de denostar la figura de la mujer con unos argumentos de paridad que según parece, en la organización de la Ruta no saben lo qué es”. Para ella es una “tomadura de pelo” además “ensuciando y manejando unas cuestiones tan serias como las desigualdades entre hombres y mujeres”, añade.
Este programa de educación e intercambio cultural para jóvenes de entre 16 y 18 años, basado en expediciones que recorren América y Europa siguiendo las huellas de personajes relevantes en la historia de la Comunidad Iberoamericana, se presenta como premio a quienes logran los mejores expedientes académicos. La selección se hace en base a las notas medias más altas, y ahí es donde las chicas se llevan la palma. Por ejemplo, en Cataluña la nota de corte para los chicos es de un 9,29, mientras que la de las chicas es de un 10. En España, el porcentaje de fracaso escolar masculino es de un 16,5%, y de las mujeres de un 11,2%.
Ruta Quetzal es un programa creado por periodista Miguel de la Quadra-Salcedo, que a lo largo de más de 40 años ha realizado expediciones por América y España combinando el estudio y la aventura, despertando un espíritu de solidaridad, esfuerzo y cooperación entre sus participantes, y alentando en ellos vocaciones en nuevas disciplinas didácticas.
Este año 2023 la Ruta ha salido el 1 de julio de Vilanova de Arousa (Pontevedra). La nota de corte es diferente en función del sexo, ligeramente inferior para ellos. Por ejemplo, en Catalunya es de 10 para las expedicionarias y 9,29 para los chicos, mientras que en Cantabria es de 9,82 y 9,64, respectivamente. Según explica la organización, el objetivo es “garantizar la proporción adecuada de participantes seleccionados en ambos sexos” y evitar que ellos se vieran disuadidos a participar en próximas convocatorias. Hay que tener en cuenta que tradicionalmente el número de aspirantes femeninas son muy superiores y constituyen el 67% del total.
La decisión de rebajar el listón a los varones no ha sorprendido a la comunidad educativa. Pero en el debate se barajan aspectos difíciles de justificar como el hecho de haber optado por la discriminación en lugar de ir al origen del problema y plantear políticas educativas que palíen las causas por las que los chicos tienen un mayor nivel de fracaso escolar.
El resultado es un planteamiento contradictorio con las mujeres pues ellas soportan en numerosos ámbitos de la vida el llamado «techo de cristal» -barrera invisible basada en el sexismo sociopolítico, económico y cultural que frena el acceso de las mujeres a los puestos de poder- mientras que en una de las pocas ocasiones en las que sobresalen por méritos propios (y no por pertenecer a un sexo determinado), como es en el acceso a la Ruta Quetzal, se modifiquen los parámetros para beneficiarlos a ellos.
¿MIEDO A LA FEMINIZACIÓN?
Tal como explica la antropóloga y atleta paralímpica Raquel Domínguez , “el hombre siente amenazado todos los rincones de sus grandes extensiones. Son señores latifundios”. La existencia de diversidad supone el riesgo de que el hombre pierda poder en la sociedad.
“Cuando se habla de un examen físico, las mujeres, por nuestras características y diferencias biológicas es normal que hagamos 10 flexiones en lugar de 20, pero intelectualmente ¿también necesitan hacer trampas?”
Una opinión más condescendiente con la discriminación positiva (intelectual) decidida por la organización de la Ruta Quetzal la mantiene Irene Hernández, vecina de Morón de la Frontera y participante en el año 2015 de la expedición cuando contaba 18 años. Irene cree que “también harían lo mismo” con las chicas. De hecho, explica, “los valores que defiende la ruta al final son todo lo contrario a todo este debate de desigualdad. La ruta siempre ha buscado la igualdad y equidad”.
LOS CHICOS NO ESTÁN DISCRIMINADOS
Está claro que la organización de la Ruta es libre de buscar cómo conseguir que haya el mismo número de chicos que de chicas en sus expediciones pero, insiste Raquel Domínguez, habría que descartar el recurso a la discriminación positiva porque no se puede decir que los chicos estén discriminados:
R.D.: –«No tiene nada que ver con la discriminación positiva, porque no hay ninguna limitación para los chicos para acceder a la educación en las mismas condiciones que las chicas. Si ellas sobresalen en los expedientes académicos no es porque ellos no hayan tenido las mismas oportunidades. Si lo que quieren en la Ruta Quetzal es conseguir una presencia equilibrada de chicos y de chicas, porque parece que ellos tienen más dificultades para alcanzar los niveles que se piden, que busquen otro tipo de medida reequilibradora».
“La nota nunca se baja por ser mujer, ni siquiera por tener una discapacidad”, añade la especialista deportiva. Y lanza varias preguntas: “¿Eso es lo que van a aprender los chavales? ¿Esa es la gran enseñanza que le van a dar?”.
También resulta necesario preguntarse qué problema habría para la expedición su la mayoría de sus participantes sigue siendo de chicas. Raquel Domínguez aclara que «la sociedad ve con indiferencia lo que considera espacios ‘normales’, es decir, cuando hay una representación mayor de varones, pero se sorprende cuando es al revés. Algo que tiene que ver con el miedo a la feminización porque se teme que conlleve su desprestigio ¿Cómo van a estar las mujeres en el poder?”
«El requisito de la mejor nota va acompañado de una letra pequeña que cuestiona socialmente a las mujeres, a las personas con discapacidades y a todo lo que se salga de lo normal«.
Por su parte, Irene Hernández se muestra de acuerdo con la determinación de la Ruta e insiste en que el hecho de bajar la nota de corte para beneficiar a los chicos “no es ningún tipo de discriminación, de miedo a la feminización, ni desigualdad”, simplemente “de equilibrar”.
I.H.: –“No tiene sentido pensar en una discriminación, ya que son chavales muy jóvenes. Con esa edad, si los chicos ven que la mayoría son chicas, a lo mejor les echa para atrás el presentarse a la expedición”. Y entiende que la decisión de bajar la nota necesaria a los varones es buena “a no ser que tenga un trasfondo más oscuro”, concluye.
SEXISMO PODER
Raquel Domínguez insiste en que alcanzar buenas notas no es una cuestión de discriminación como se pretende plantear en este caso, y que privilegiar intelectualmente a los varones argumentando un «desequilibrio» lo que esconde es una decisión sexista. «Que no pongan más excusas. Que no digan que lo hacen por motivos de paridad e igualdad. Es un premio supeditado a las buenas notas», concluye la antropóloga.
A su vez Irene Hernández, tras su experiencia en la Ruta, apunta como posible alternativa la de “realizar más campañas de publicidad para atraer a más chicos para participar. Quizás eso sería mejor opción que cambiar la nota de corte, ya que puede ocasionar confusión”, explica. En definitiva, se trata del sexismo en el poder, por lo que no hay que ocultar el problema, sino investigar seriamente a fondo sobre el mismo y averiguar qué es lo que se está haciendo mal.
Bajar la nota de acceso a los varones para acceder a la Ruta Quetzal pone sin duda en juego un mecanismo de discriminación positiva hacia ellos que les permitirá obtener una plaza en la expedición de forma injusta puesto que llegan por la puerta de atrás a una meta que podrían haber alcanzado sin ninguna cortapisa sociocultural. No está demostrado que la capacidad intelectual de las mujeres sea superior a la de los hombres y si ellas, con su esfuerzo, consiguen la el nivel, ellos deberían de hacer lo mismo. El machismo, como dice Raquel Domínguez es, en este caso, flagrante: «Tienen que lapidar a las mujeres para eclipsarlas. Ya no saben qué utilizar para que no brillen”.