«CUANDO TIENES UN SUEÑO Y UN PROPÓSITO TE PLANTEAS EL FUTURO CONTRA VIENTO Y MAREA»
Sandra Rodríguez es la directora de Dones pel Futur, una asociación que trabaja para dar visibilidad a las mujeres empresarias, directivas y emprendedoras, que promueven el empoderamiento de las mujeres en todo tipo de iniciativas para reforzar su presencia en el mundo empresarial, civil y social, visibilizando su presencia y su liderazgo en todos los sectores de la sociedad.
Por Alicia Oliver
Sandra Rodríguez, nacida en Colombia, trabajó para el Ministerio de Desarrollo Económico, en el Departamento de Caquetá (Región de la Amazonía) una zona de alto conflicto, donde operaban las FARC y donde trabaja apoyando a las comunidades indígenas, en la sustitución de cultivos ilícitos a través de proyectos productivos. Cuatro años después, y a causa de las amenazas recibidas, decidió tomarse un año sabático, esperando que las condiciones cambiasen. Así llegó a Barcelona para realizar un máster que después fue la puerta de entrada a hacer un doctorado. Y de eso ya han pasado más de 20 años.
¿Cómo fue tu llegada aquí?
Siempre vine con la intención de regresar, pero estando estudiando el doctorado conocí a mi pareja y aunque mi jefa me esperaba en Colombia, decidí quedarme aquí. Luego viendo la situación acá comencé a estudiar catalán como vía para poder acceder a un trabajo. Después, por cosas del destino, vi una convocatoria de la Escuela Pía de Cataluña, de la Fundación Servicio Solidario (ahora Fundación Camins), que necesitaban a una persona que trabajara en el tema de emprendimiento, preferentemente colombiana o ecuatoriana, ya que estaban trabajando en un proyecto de codesarrollo para el retorno de personas. Así trabajé con los Escolapios en el Raval durante 15 años hasta que en el 2020 decidieron cambiar de línea y enfocarse más a proyectos relacionados con niños y familias, dejando el programa de emprendimiento para personas adultas migradas.
¿Y es cuando empiezas a trabajar en Dones pel Futur?
Sí, yo ya conocía a Núria Viñas, presidenta de Dones pel Futur, con la que colaborábamos en algún proyecto conjunto. Así que le comenté, para no perder todo el conocimiento acumulado durante tantos años, si les interesaría continuar con el programa de emprendimiento y hacer una transición de todo el Know-how hacia Dones pel Futur. Y después de hablarlo también con los directivos de los Escolapios, iniciamos el traslado con los mismos programas y ampliando la cobertura con muchos más proyectos.
Durante el 2022 montamos la sede que tenemos en Barcelona. Y gracias a un proyecto del Departament de Treball de la Generalitat ampliamos la cobertura al Vallés Oriental y Occidental, continuamos trabajando en Barcelona y el Maresme que es donde más se nos conoce como entidad social. Actualmente trabajamos en programas de orientación laboral, programas de emprendimiento, programas de apoyo a las mujeres víctimas de violencia de género… temas muy necesarios.
¿Cuáles son los programas de apoyo a las mujeres víctimas de violencia machista?
Tenemos varias líneas y en mi etapa con los Escolapios ya lo planteaba como línea necesaria a trabajar, ya que llegaban muchas mujeres que habían sido víctimas o que estaban siendo víctimas de violencia de género y ya habíamos detectado, más o menos, a un 70% de mujeres participantes en nuestros programas que lo padecían. Es así como nacen iniciativas como Aurora – Grupos solidarios de mujeres emprendedoras; nuevas líneas como el programa Nos queremos Vivas, que además contempla el tema de inserción laboral. Adicional a esto iniciamos la prestación de servicios en este tema, como alternativa a la financiación de entidades públicas. Por este motivo y en aras de darle continuidad a los programas, nos hemos planteado salir a vincular a la empresa privada con estas iniciativas.
¿Cómo habéis ido ampliando las sedes?
En el 2023 nos salió un proyecto que tenía como una envergadura más grande y además de Barcelona nos permitió tener sede en Mataró, Granollers, Manresa. Pasamos de 4 personas contratadas en el 2022, a 20 personas trabajando en diferentes sitios. A partir de ese proyecto empezamos a evaluar qué podíamos hacer en determinadas zonas donde detectamos necesidades de los servicios que prestamos y que están centralizados en Barcelona.
Por eso, decidimos tener técnicas destinadas en zonas como Granollers que trabajan con municipios vecinos donde hay mujeres rurales que desean ocuparse ya sea buscando un empleo o iniciando un emprendimiento. En el Maresme, tenemos sede en Mataró y Cabrils donde trabajamos de la mano con el Consell Comarcal del Maresme. Y aquí en Barcelona, como ya estábamos situadas a partir del equipo que traía de los Escolapios, la gente nos siguió y nos hacen de prescriptores mandando personas para atenderlas. Así que conservamos los mismos vínculos que ya teníamos en el Raval, y seguimos ampliándonos ya que allí solo hacíamos emprendimiento y ahora también hacemos orientación laboral, acompañamientos en temas de género, educación financiera, formación en tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y más materias que son necesarias y funcionan bien para nuestras usuarias.
¿Cuál es el proyecto que os da mejores resultados?
Nuestra misión como entidad es alcanzar la autonomía económica de las mujeres, ya sea porque encuentran un trabajo o se autoocupan. Por experiencia, obviamente el emprendimiento es el que más se ha realizado aquí en Barcelona y es donde tenemos mayor número de usuarias. Pero en el caso del Maresme y el Vallès Oriental, el que empieza a tener más relevancia es el tema de la orientación, pues son otras las necesidades del territorio.
Cuando llega una mujer a la entidad, lo que nosotras hacemos al atenderla es ponerla en el centro, escucharla, saber con quién vive, cuál es su situación familiar, saber cómo se encuentra emocionalmente. Estas pautas nos dan indicios de por dónde podemos ayudarla. Por ejemplo, una persona puede querer montar un negocio, pero ¿realmente está en el momento apropiado para hacerlo? Puede tener el perfil emprendedor, pero muchas veces es la situación personal la que no te permite iniciar el negocio. Entonces, aconsejamos la orientación laboral como salida en ese momento y, mientras tanto, la mujer puede ir trabajando en su idea de negocio y más adelante llevarlo a cabo.
A veces las situaciones de vulnerabilidad son tan grandes que no es el momento de iniciar un negocio, porque tu vida personal tiene que estar bien, al 100%, y en todas las áreas para emprender. Es por esto que a veces se les ha de aconsejar no iniciar el negocio. Si es necesario, tenemos un equipo de psicólogas, con las que evaluamos la situación de la mujer y llegamos a un acuerdo para, entre todo el equipo, ver la forma de poderla direccionar hacia la inserción laboral, sin dejar de lado su idea de negocio.
¿Cómo llegan las mujeres a vuestro servicio y cuántas habéis atendido en el último año?
Vienen por el boca a boca, derivadas de otras entidades sociales, también del Departamento de Trabajo, de Servicios Sociales, por otras entidades públicas como Consejos Comarcales o el Servicio de Ocupación de Cataluña.
Teniendo en cuenta que tenemos proyectos tanto anuales como bianuales, desde mitad del año pasado hasta este mes de marzo, habremos atendido a unas 670 personas. Y ahora mismo, hay casi 250 personas activas en nuestros programas. Y aunque sea muy minoritario, también atendemos a hombres, los cuales representan un 10%, aproximado, del total de personas que llegan a la entidad. Muchas veces vienen con sus parejas, o porque les aconsejan nuestros servicios, y para un hombre entrar en un lugar que tenga un rótulo con el nombre “Dones pel Futur”, es una persona especial. No todos los hombres están dispuestos a ir a un sitio con este nombre. Es curioso, pero a veces abren la puerta y preguntan qué hacemos aquí, cuando les indicamos nuestros programas, la pregunta siguiente es: ¿Y atienden también a hombres? Obviamente que sí, como siempre digo la lucha feminista necesita cómplices masculinos, ellos también necesitan ayuda y nos pueden ayudar a alcanzar nuestra meta que es la igualdad.
Centrándonos en las mujeres, ¿cuál es el perfil de las mujeres que llegan aquí?
Cuando estábamos en el Raval fundamentalmente eran mujeres muy vulnerables. Ahora que estamos en el distrito de Sant Martí, que es como una Barcelona en pequeño, porque tienes el Besós, Diagonal Mar… nos llegan mujeres con perfiles más diversos. Vulnerabilidades que no tienen precisamente relación con la situación económica, sino que pueden ser de tipo emocional, de violencia machista, de violencia institucional, -de esta última poco se habla, pero existe-, personas que acaban de llegar con niveles altos de estudio que no encuentran donde les den indicaciones claras para encontrar trabajo o simplemente les da vergüenza preguntar. Muchas veces tener altos niveles educativos no significa que puedas solucionarlo todo y a veces las cosas más sencillas pueden volverse todo un mundo.
¿Cómo funciona el área de emprendimiento?
En emprendimiento tenemos dos líneas: una incubadora de negocios, para las personas que no tienen aún muy clara su idea de negocio, que traen consigo también una mochila y que hay que acompañarla en su parte psicosocial. Estas personas van al programa Aurora, porque entendemos que, por perfil y por su vulnerabilidad económica van a buscar solucionar su subsistencia inmediata; por este motivo, es seguro que se van a demorar un poco más en poner en marcha su negocio. En el programa Aurora te puedes demorar un año o dos, todo depende de la situación y problemáticas personales con la que lleguen. Generalmente por lo que tenemos visto, entre mayor sea la mujer más acompañamiento psicológico requiere. Las mujeres más jóvenes suelen estar en este programa entre seis meses a un año; generalmente, les es más fácil entablar redes con otras mujeres que les ayudan a encontrar empleo.
En cambio, hay otras personas que tienen las ideas más claras, que tienen el local, que su situación personal es más estable… estas mujeres van al programa Acelera, y en unos tres meses ya están en condiciones de iniciar su negocio. A estas personas generalmente les ayudamos también en la búsqueda de financiación.
En todo caso, tenemos un filtro muy alto porque la idea no es que monten un negocio y que a los seis meses lo estén cerrando, y con deudas hasta el infinito y más allá. Queremos ver a las mujeres empoderadas y con negocios funcionando; eso requiere una gran labor de nuestra parte para evitar ideas inviables. Muchas mujeres inician el proceso, y en el transcurso se dan cuenta que les sale más a cuenta buscar un empleo y de esto se trata, que busquen la mejor alternativa a su situación y si esto pasa por aparcar un tiempo su idea de emprendimiento se ha de hacer.
¿Hay algún tipo de negocio que pueda funcionar mejor que otro?
Todo va en función de la persona. Cuando tienes un sueño y un propósito te planteas el futuro contra viento y marea. Que tengas un sueño, un propósito, unas habilidades y una experiencia seguramente te va a permitir salir adelante con tu negocio.
Pero cuando el sueño viene impuesto porque lo haces por necesidad, es más fácil de que acabes frustrándote. Por ello, es importante que tu propósito de vida esté alineado con lo que quieres hacer, no importa si es buscar un empleo o poner en marcha un negocio. Se trata de estar feliz con lo que haces, esa es la primera pregunta que has de hacerte.
Alicia Oliver es miembro fundadora de la Asociación de Mujeres Periodistas de cataluña, de la Xarxa Europea de Dones periodistas y de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género. También forma parte de la Junta Directiva de la Asociación de periodistas Europeos de cataluña.
Entrevista compartida con el boletín «Visibilizando la diversidad»: Nº 1 (Diciembre 2024)