EL ÚNICO FRENO QUE TENEMOS LAS MUJERES NOS LO PONEMOS NOSOTRAS MISMAS
.-Como agente del Servicio de Vigilancia Aduanera lucha a diario contra el narcotráfico y el contrabando en el mar.
.-Aprobó sus oposiciones en plena pandemia y con tres hijos adolescentes. Dice que el miedo la «hace más fuerte».
.-Apenas el 15% de la plantilla del SVA está compuesta por mujeres que desempeñan las mismas tareas que los hombres. Por razones de seguridad Sara oculta su imagen.
Por Irene Cotrina
Sara Rodríguez Herrero, madre de dos hijos de 21 y 17 años y de una hija de 13, se enfrenta a diario a una de esas faenas que hasta hace poco tiempo han estado vetadas a las mujeres: el combate de la delincuencia en el mar. Se trata del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), un cuerpo armado integrado en la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), a través del que se llevan a cabo labores de represión y de lucha contra delitos de contrabando, tráfico de drogas, fraude fiscal, el blanqueo de capitales, así como la persecución, investigación y descubrimiento de la economía sumergida.
Cada tarde noche Sara se lanza a la mar en la zona del Golfo de Cádiz y el Estrecho. No sabe cuántas millas recorrerá esa jornada en la patrullera de servicio pero sí que su atención estará en todo momento puesta en la localización de posibles cargamentos ilegales de alcohol, tabaco, armas de fuego y, sobre todo, de drogas. Es la única mujer de su tripulación con la que se siente muy compenetrada. De igual a igual:
S.R.: -«No me siento diferente, ni mucho menos. Estoy muy contenta con mi trabajo y orgullosa de pertenecer al Servicio de Vigilancia Aduanera y de trabajar codo con codo con mis compañeros para proteger nuestras costas de la entrada de sustancias ilícitas. Que la mujer quiera y haga este tipo de trabajo es una gran evolución en el feminismo. Estamos perfectamente preparadas y capacitadas para trabajar en todo lo que nos propongamos. Las únicas que se pueden frenar a sí mismas son las mujeres».
Es muy delgada, de complexión menuda y testigo directo de que la igualdad de género se va consolidando, tal como establece la Constitución en materia de derechos. El colectivo femenino forma ya parte activa de cualquier sector socio productivo sin límites ni condiciones. El caso del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) es uno de ellos, ya que hasta hace poco era uno de los menos poblados para las mujeres por su propia complejidad y peligrosidad. Sara no es ajena a todas estas dificultades pero para ella «el miedo acaba convirtiéndose en fortaleza».
S.R.: -«Es cierto que hay momentos difíciles. Además, tengo familia y pienso en muchas cosas, sobre todo cuando conoces noticias de compañeros que pierden su vida trabajando. Es una labor que entraña muchos riesgos, pero te armas de valor y piensas que sí, que hay que tener cuidado, pero sabes que debes hacerlo todavía incluso mejor. Eso es lo que te hace más fuerte. El miedo te da fuerzas».
En la plantilla del SVA las mujeres no llegan a 300 de un total de 1.673 hombres en el año 2020, apenas el 15%. Se trata de un trabajo que tardará todavía en alcanzar la paridad. Sara es consciente pera está segura de ella misma, convencida de que ha elegido el buen camino. Hasta ahora y pese a la dureza del trabajo, nunca se ha arrepentido.
S.R.: -«Los que trabajamos como agentes del SVA tenemos que tener cierta formación física y ser ágiles para poder abordar los barcos, subirnos a cualquier patrullera, estar en movimiento en la cubierta y hacer trabajos de fuerza. Nos preocupamos, tanto si eres mujer como hombre, de estar en forma. Eso sí, hay algunas cosas que ellos desempeñan mejor que yo y otras que yo desempeño mejor que ellos, pero hacemos lo mismo. No hay discriminación, el trabajo es igual para hombres y para mujeres y nos ayudamos».
LA EDAD NO ES UN IMPEDIMENTO
Desempeñar el papel de madre y de haber trabajado anteriormente en otros sectores, no han sido obstáculos para que Sara se decidiese a ingresar en el SVA. Fue en un momento en su vida en el que quería hacer algo que realmente le gustase: «Al final estoy haciendo lo que quiero y cada día es una locura», añade. Aprobó las oposiciones en plena pandemia:
S.R.: – «Por el COVID, mi firma como funcionaria se retrasó casi un año. Yo aprobé las oposiciones con tres niños y con cierta edad, aunque no había cumplido los 50. Eso es lo único que me echaba para atrás. La edad es una losa que llevaba a cuestas. Pensé que no lo conseguiría, pero aquí estoy. Quiero transmitirlo porque hay personas que llegan a los 40 años, o más incluso, y se quedan sin trabajo. Es difícil contratarlos con esa edad, y piensan en opositar si sus circunstancias se lo permiten. Por ello, las animo, porque la edad no debe ser un impedimento para nadie».
Como en otros sectores relacionadas con la seguridad, las mujeres han ido ganando presencia entre los efectivos. Cada vez hay más en primera línea, «lo que aporta -dice Sara- una perspectiva valiosa en el cumplimiento de sus funciones y demuestra que las mujeres pueden desempeñar roles importantes en áreas tradicionalmente dominadas por hombres. En el SVA hay desde maquinistas, hasta patronas y agentes. Cada vez se está haciendo un cuerpo más conocido y estamos con más fuerza que nunca». dice.
A Sara Rodríguez herrero no la ha frenado ni la maternidad ni el matrimonio ni el miedo ni la fuerza física y, ni mucho menos, ser mujer. Ella lo tiene claro cuando cada noche se enfunda su uniforme y se echa a la mar.
S.R.: – «Con respecto a otros cuerpos de seguridad la presencia de la mujer en el SVA está siendo más lenta pero va en aumento, como en la Policía Nacional, la Guardia Civil o el Ejército. Eso me gusta.»
Los estereotipos sociales anclados en la debilidad femenina para trabajos de riesgo no tienen lugar a bordo de las embarcaciones aduaneras ni en las operaciones que sus agentes, hombres y mujeres, realizan a diario. Tampoco en los despachos y muchos menos en las pruebas de acceso al cuerpo en las que, precisamente, el porcentaje de mujeres que aprueba es superior al de los hombres. Sara Rodríguez es una de las 300 mujeres que se ha abierto paso en una plantilla muy masculinizada y encima en condiciones difíciles. Ha cumplido su sueño, hacer lo que le gusta, pero además se ha convertido en referente para muchas otras. Sin más pretensiones que vencer su miedo.
Ilustración: Carmen Herrera Castro
Fotos: SVA
CASI 9 TONELADAS DE DROGA EN LO QUE VA DE AÑO
A lo largo del año 2023, el SVA ha registrado 8,58 toneladas de drogas incautadas entre la zona del Golfo de Cádiz y el Estrecho. El pasado mes de marzo, una operación de la misión ‘Atalanta’, controlada desde la Base de Rota, ha incautado más de 1 tonelada
de estupefacientes, entre los que se encuentran 573 kg de hachís, 305 kg de
heroína y 210 kg de metanfetamina. Este mismo mes, funcionarios del SVA han
aprehendido un total de 23 fardos que contenían 846 kg de hachís lanzados a las
aguas del Estrecho, pero que fueron recuperados por los efectivos. Y en mayo, la operación ‘Atalanta’ registró 2 toneladas de estupefacientes en la costa de Omán. Además, se embargó un alijo de 4 toneladas de drogas en el río Guadalquivir. Por último, en otra intervención en el Estrecho, se recuperaron un total de 18 fardos de hachís con un peso de 646 kilos.