UN CORTOMETRAJE SOBRE EL CONSUMO DE PORNOGRAFÍA POR MENORES Y SU INCIDENCIA EN LAS AGRESIONES SEXUALES
.-Los menores tienden a imitar las escenas de sexo, en las que los hombres aparecen crueles y sádicos y las mujeres pasivas y masoquistas.
.- Producido por la asociación de mujeres «Páginas Violetas», el corto narra como la pornografía perjudica también las relaciones afectivas.
.-Siete de cada diez menores son consumidores de porno on line y se inician desde los 8 años.
.-Hoy llega a la televisión en «Los Reporteros» de Canal Sur Televisión a las 21, 25 H.
Por Isabel Rodríguez
El cortometraje Tras la pantalla, producido por la Asociación Páginas Violetas, ofrece una reflexión sobre cómo el consumo de la pornografía afecta a los menores y a su desarrollo personal y emocional. Dirigido por Charo Ruiz Gitrama, tiene como protagonista al actor Pedro Romero, que encarna a «Manu», un joven al que su novia «María», la actriz Paula Ramírez, le ha bloqueado en todas las redes sociales. Comienza así una investigación junto a su grupo de amigos, en la que toma conciencia de cómo la pornografía ha perjudicado sus relaciones con los demás.
La pornografía y la violencia sexual son algunos de los temas de referencia por su gravedad y repercusión social para la asociación de mujeres Páginas Violetas, presidida por la profesora Teresa Alba. Una de las cuestiones que el cortometraje aborda es cómo el espectador anónimo traslada la ficción pornográfica a sus relaciones personales y sexuales. “Las chicas quedan expuestas a una violencia extrema. También se ven obligadas a realizar prácticas que en absoluto son propias de menores, muchas de ellas tomadas directamente de la prostitución”, denuncia la titular de Páginas Violetas.
“Las últimas investigaciones realizadas sobre violencia sexual manifiestan que el consumo de pornografía online es uno de los motivos en las agresiones sexuales múltiples”, expone Alba, consciente de que casi 7 de cada 10 menores ven pornografía, en la que se inician alrededor de los 8 años y “muchas veces sin buscarlo, pues reciben por casualidad una página web porno”.
Denuncia Teresa Alba que los menores pasan a imitar lo que ven en las escenas de sexo, en las que el hombre aparece “cruel, sádico y sin ningún tipo de empatía y las mujeres son pasivas y casi masoquistas, puesto que se muestran como si disfrutasen mientras las están violentando”. Un trato que se expone claramente a través de este cortometraje que cuenta con la colaboración de Carmen Ruiz Repullo, socióloga especializada en violencia de género en adolescentes y Jorge Coronado Díaz, empresario de Quantika14 y experto en ciberviolencia machista.
M.S.: -¿Cómo puede ayudar «Tras la pantalla» a terminar con esta lacra de la pornografía y el daño que está haciendo a los menores? preguntamos a la presidenta de Páginas Violetas.
T.A.: –«Este cortometraje tiene la finalidad de denunciar esta realidad a la que no se está haciendo frente. Es además una herramienta pedagógica para llevar a los centros educativos porque a ciertas edades no se percibe qué es realidad y qué es ficción. También para que el profesorado tenga material para detectarlo”.
El cortometraje «Tras la pantalla», que ha contado con una subvención del Instituto Andaluz de la Mujer, se puede ver en You Tube y hoy se emite dentro del programa de Canal Sur Televisión. Ya ha sido proyectado en las universidades de Sevilla y Cádiz, en las que se acompañó de sendos debates sobre lo que hay detrás de la industria pornográfica y “el negocio de los cuerpos de los hombres y las mujeres”. Páginas Violetas ha realizado cursos de formación a los actores y actrices, entre estudiantes de la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla, para que enfocaran con perspectiva de género su papel, conocieran en profundidad el mundo de la pornografía y sus consecuencias en la violencia hacia las mujeres.
En los últimos meses se ha incrementado notablemente el número de agresiones sexuales y violaciones múltiples contra mujeres, especialmente menores y jóvenes, siendo también en su mayoría menores, adolescentes y jóvenes los agresores.