SE PREMIA SU INVESTIGACIÓN SOBRE GÉNERO, DEPENDENCIA Y EXCLUSIÓN SOCIAL
Por Melchor Villalba
Impresiona leer el currículum de Yolanda de la Fuente (Linares, 1970). Además de ser la única catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales de Andalucía en la Universidad de Jaén, es coordinadora de varios masters, ha ocupado varios cargos de gestión en organizaciones universitarias, ha publicado en revistas nacionales e internacionales, dirige una investigación sobre género, dependencia y exclusión social y es consultora internacional del Banco Mundial.
Hoy cambia las aulas por el Teatro Central de Sevilla para recoger uno de los premios Andalucía + Social. Un reconocimiento de la consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía que, por primera vez, se concede a la modalidad de Investigación e Innovación en Servicios Sociales. De la Fuente, que compartirá escenario con el bético Joaquín o los cantantes María Peláe y Miguel Poveda no esconde su felicidad por el galardón que reconoce más de treinta años de trabajo dedicado a los servicios sociales.
-“Para mí es un orgullo recibir este premio y lo recojo con entusiasmo ya que sigo teniendo la misma ilusión que aquella niña del barrio de Santana. A pesar de todo, siempre es importante tener los pies en el suelo, seas quien seas y recibas lo que recibas. Y en mi caso, el equilibrio ha sido la base del éxito. Seguir siendo yo sin perder mi identidad”, dice la catedrática con el pensamiento puesto en su equipo de trabajo y en su madre, a quienes dedica con cariño el premio.-
UNA VIDA DEDICADA A LA INVESTIGACIÓN
Yolanda de la Fuente estudió Derecho y ha centrado su trabajo docente y de investigación en los mayores, la dependencia, la exclusión social y la perspectiva de género. Su objetivo es contribuir a que las ciudades sean cada día más inclusivas y que poco a poco los temas relacionados con los servicios sociales dejen de enfocarse únicamente hacia grupos minoritarios y mujeres maltratadas.
-“Parecía que a los servicios sociales solo pueden acercarse las personas en riesgo de exclusión o con maltratos físicos o psicológicos. Sin embargo, ahora estamos perdiendo la coraza coreferencial a la marginación, puesto que cada vez son más las persona que agradecen contar con alguna ley o reconocimiento de dependencia. Hemos sabido ver la parte amable de los servicios sociales”, se congratula la linarense. “Llevo toda mi vida dedicada al ámbito de la ayuda y soy una militante convencida de la inclusión social, de luchar por un mundo mejor sin necesidad de tener que hacer grandes viajes, basta simplemente con girar la cabeza a nuestro alrededor.”
Su investigación sobre Género, dependencia y exclusión social, premiada hoy, conforma el hilo conductor del trabajo de quien es, sin pretensiones, la única mujer directora de una cátedra de Trabajo Social en la universidad andaluza. Un cargo al que llegó en 2013 sin la ayuda de ningún mecenas.
-“Yo no tenía a nadie. Después de empezar en Servicios Sociales en Linares me fui a Granada y adquirí los libros que tenían mis compañeros para poder formarme correctamente y poder explicarles a mis alumnos la materia. Ahora, con el paso del tiempo, si cuento con un equipo de trabajo con el que investigamos sin descanso y al que estoy muy agradecida. Es imprescindible que Andalucía reconozca la labor investigadora y los servicios sociales”.
EL PAPEL DE LAS MUJERES
Es indiscutible que resulta un avance social y un galardón con perspectiva de género que una institución pública reconozca, por primera vez en los premios Andalucía + Social, la labor de una mujer investigadora.
– “De las ocho provincias andaluzas, sólo Granada y Huelva cuentan con un rectorado femenino, Y a nivel global ocurre algo similar. Creo que es interesante visualizar el papel de la mujer investigadora, sobre todo en aquellos campos con más dificultad de publicación, como las Ciencias sociales y jurídicas”, reivindica la catedrática.
Yolanda de la Fuente se reconoce como “mujer, madre e hija”, algo que según ella le ha salvado la vida: “Fundamentalmente me considero una mujer normal, una persona alegre que, aunque no siempre tiene claro dónde quiere ir, hace todo lo posible por conseguir lo que se propone e intentar que salga ben con esfuerzo y trabajo. Nada de lo que tengo me lo han regalado. Creo que de lo que más orgullosa me siento es de haber sido una superviviente.”
La catedrática trabaja en dos proyectos de asistencia personal, además asesora al partido político Más Madrid y lleva una investigación sobre la soledad no deseada de las personas mayores durante la pandemia de la Covid-19.
Hoy, aquella niña que nació en Linares y estudió Derecho, recibe el reconocimiento público a toda una vida dedicada a mejorar la de los demás. Un premio único para una mujer única.